OPEP+ aumenta producción de petróleo: ¿bajarán los precios o se acerca una nueva guerra energética?

La alianza petrolera internacional pone fin anticipado a los recortes voluntarios de crudo mientras el mercado global se mantiene en alerta

Un nuevo giro en la política energética global

El pasado domingo, la alianza OPEP+ —integrada por países productores de petróleo como Arabia Saudita, Rusia y Emiratos Árabes Unidos— anunció que aumentará su producción de crudo en 547,000 barriles diarios a partir de septiembre. La decisión, tomada en una reunión virtual, marca el inicio del fin anticipado de los recortes voluntarios implementados desde noviembre de 2023. Esta medida se consideraba clave para estabilizar los precios del petróleo tras una caída en la demanda durante los picos más severos de la recesión pospandémica.

Este movimiento no se da en el vacío. Con tasas de interés globales todavía en niveles elevados, temores inflacionarios, tensiones geopolíticas persistentes y un mercado energético que sigue lo que ocurre en Ucrania y Medio Oriente con atención, este repunte en la producción de petróleo tiene muchas aristas que analizar.

¿Quiénes están detrás del aumento de producción?

Según lo anunciado por OPEP, los ocho países que liderarán este aumento son:

  • Arabia Saudita
  • Rusia
  • Iraq
  • Emiratos Árabes Unidos
  • Kuwait
  • Kazajistán
  • Argelia
  • Omán

Estos países habían aceptado anteriormente una estrategia de recortes voluntarios que debía extenderse hasta septiembre de 2026. Sin embargo, con esta decisión, los recortes finalizarán de forma anticipada.

¿Cuál es el objetivo real?

OPEP+ justifica su decisión en una perspectiva económica global “estable” y en inventarios de petróleo relativamente bajos. Pero la realidad es más compleja. El mercado del petróleo ha sido muy sensible últimamente a las fricciones geopolíticas, sobre todo por la actual guerra en Ucrania y por la fuerte dependencia energética de muchos países europeos al crudo ruso.

Según un análisis del grupo Clearview Energy Partners, el presidente Trump ha amenazado con sancionar el petróleo ruso a través de “aranceles secundarios” si el Kremlin no alcanza un acuerdo de paz antes del 7 de agosto. Esto implica que algunos compradores de crudo ruso también podrían ser afectados, desplazando su demanda hacia otros proveedores dentro de la OPEP+.

El rebote del petróleo y la presión de los mercados

Aunque un aumento en la producción podría hacer que los precios del petróleo bajen, el Brent —el principal referencial global— se mantiene cerca de los 70 dólares por barril. Esto refleja no solo incertidumbre geopolítica, sino también un notable crecimiento del inventario de crudo en China, uno de los mayores consumidores del mundo.

De hecho, informes recientes de la Administración Nacional de Energía de China indican que sus reservas de petróleo crecieron en cerca de 70 millones de barriles en lo que va del año, un aumento del 12% con respecto al mismo período de 2023. Esto envía mensajes mixtos al mercado: mientras hay oferta creciendo, también hay una relativa acumulación de reservas que podrían cubrir cualquier déficit temporal.

¿Y los precios de la gasolina?

Los consumidores normalmente se preocupan menos por el precio del barril y más por el precio en la bomba. En países como México, Colombia, España y Estados Unidos, el costo del litro de gasolina depende no solo del precio internacional del crudo, sino también de impuestos, subsidios y costos de refinación.

Sin embargo, un incremento sostenido en la oferta de barriles sí podría iniciar una tendencia hacia la baja en los precios, particularmente en regiones sin fuertes cargas impositivas energéticas. En EE.UU., por ejemplo, el promedio nacional de la gasolina se mantiene cerca de los $3.60 dólares por galón, según la AAA (Asociación Americana del Automóvil), pero se proyecta una ligera reducción si los aumentos de producción logran equilibrar la demanda de verano.

Arabia Saudita y Rusia: ¿aliados o competidores encubiertos?

Es importante destacar que aunque Arabia Saudita y Rusia cooperan bajo el paraguas de la OPEP+, no dejan de tener intereses divergentes. Arabia Saudita ha liderado tradicionalmente los recortes de producción para sostener precios altos, apoyando así su economía basada en gastos públicos y proyectos como NEOM (la megaciudad futurista en el desierto). Rusia, por otro lado, tiene urgencias financieras crecientes dadas las sanciones occidentales, lo que lo lleva a querer vender más crudo al margen del bloque alineado con Occidente.

Por eso, muchos analistas como Amrita Sen de Energy Aspects han argumentado que la cohesión dentro de la OPEP+ es vulnerable. “El aumento en la producción probablemente se coordinó solo superficialmente. Mientras más presión económica sufre Rusia, más dispuesta está a romper filas si le conviene”, advirtió Sen en una entrevista con Bloomberg.

¿Podría esta decisión influir en la geopolítica mundial?

Totalmente. El petróleo sigue siendo no solo un producto básico, sino también una herramienta de poder internacional. EE.UU. ha buscado reducir la influencia energética de Rusia y aumentar su propia producción de shale oil, mientras países como China o India han diversificado sus fuentes de energía mediante acuerdos múltiples con productores africanos y del Medio Oriente.

Además, hay que considerar que un aumento temporal de producción no garantiza su permanencia. La misma OPEP+ aseguró que la decisión “podría revertirse o pausarse dependiendo de la evolución del mercado”. Esto implica una zona de influencia volátil y ofrece oportunidades tácticas que podrían afectar otras industrias globales desde la aviación hasta la energética renovable.

Una historia que aún no termina

La próxima reunión entre los países responsables del aumento de producción está programada para el 7 de septiembre, lo que sugiere que se analizará en corto tiempo el impacto y se podrán hacer ajustes. Mientras tanto, los consumidores globales vigilan los surtidores de gasolina y los economistas hacen nuevas proyecciones sobre inflación e inversión energética.

En términos generales, la decisión de la OPEP+ puede leerse como una apuesta arriesgada: aumentar la producción en medio de incertidumbre global podría dar frutos si los precios se mantienen rentables, pero también corre el riesgo de desestabilizar un mercado que ha demostrado ser extremadamente volátil desde 2020.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press