Son Heung-min se despide de Tottenham con lágrimas y gloria en Seúl

Tras una década con los Spurs, el ídolo surcoreano fue homenajeado por jugadores y fanáticos en un emotivo adiós que dejó huella en el fútbol

SEÚL, Corea del Sur. Son Heung-min, el rostro más reconocido del fútbol surcoreano e ícono del Tottenham Hotspur durante los últimos diez años, vivió uno de los momentos más emotivos de su carrera. En un partido amistoso entre Newcastle y Tottenham en el Estadio Mundialista de Seúl, ante casi 65,000 espectadores, el jugador de 33 años recibió una despedida a la altura de su legado.

Un adiós inolvidable ante su gente

Mientras el marcador final reflejaba un empate 1-1, la gran noticia no fue el resultado sino la salida del capitán surcoreano, probablemente en su último partido vistiendo la camiseta de los Spurs.

En el minuto 60, Son fue sustituido entre lágrimas. No fue solo el banquillo de Tottenham el que lo aplaudió; los jugadores de ambos equipos lo rodearon en señal de respeto. El gesto fue espontáneo, sincero y lleno de admiración.

"Primero tuvimos la vuelta al campo y luego los compañeros se reunieron alrededor de él. Fue muy emocionante", dijo el entrenador de Tottenham, Thomas Frank. "En el vestuario fue igual. Dije algunas palabras, pero este momento era para Sonny".

Más que un goleador: una inspiración

Son Heung-min no solo es un jugador brillante, con 173 goles en 454 partidos para el club londinense. Su ética de trabajo, humildad y comportamiento ejemplar lo han convertido en uno de los profesionales más respetados de la Premier League.

El técnico de Newcastle, Eddie Howe, lo resumió bien: "La reacción de mis jugadores fue instintiva. Eso dice mucho sobre él. No es solo el talento que tiene, sino la manera en que se ha manejado todos estos años".

Su estilo de juego veloz, su capacidad de finalización desde todas las áreas del campo y su icónica celebración con gestos de “cámara fotográfica” lo convirtieron en uno de los favoritos de la afición global, no solo del Tottenham.

Una carrera marcada por hitos

Son Heung-min es el máximo goleador asiático en la historia de la Premier League y ha sido elegido Jugador del Año en Asia múltiples veces, además de recibir el gol del año de la FIFA en 2020 por su increíble carrera desde su propio campo contra el Burnley.

Llegó al Tottenham en 2015 procedente del Bayer Leverkusen por £22 millones, convirtiéndose en el futbolista asiático más caro en ese momento. Rápidamente se ganó su lugar en el equipo titular, asociándose notablemente con Harry Kane para formar una de las duplas más efectivas del fútbol inglés moderno.

Un legado global

El impacto de Son va más allá del terreno de juego. Ha sido una pieza clave en el crecimiento del fútbol en Asia y particularmente en Corea del Sur, donde su éxito ha inspirado a jóvenes de todo el continente.

En varias ocasiones, ha mencionado su deseo de ser un modelo a seguir. En Corea, su imagen se encuentra en anuncios de televisión, productos deportivos, y se considera una figura de unidad nacional.

Incluso su paso por el servicio militar obligatorio en Corea del Sur, que completó en 2020 mientras la pandemia paralizaba el fútbol mundial, fue cubierto con respeto por los medios. Obtuvo reconocimiento por ser uno de los mejores de su cohorte.

¿Destino: Los Ángeles?

Mientras no se ha confirmado oficialmente, los rumores apuntan a un posible fichaje con Los Angeles FC de la Major League Soccer. De concretarse, el salto al fútbol estadounidense sería una nueva aventura para el jugador nacido en Chuncheon.

La MLS ha sido destino reciente de otras súper estrellas del fútbol europeo como Lionel Messi (Inter Miami) y Giorgio Chiellini (quien también jugó en LAFC). Para Son, la liga podría representar una mezcla de menor exigencia competitiva pero con gran exposición mediática y comercial.

Unirse a LAFC también lo acercaría a la numerosa comunidad asiática en California, lo cual podría ampliar aún más su marca personal y alcance.

Tottenham se prepara para una nueva era

La salida de Son representa una pérdida emocional e histórica para los Spurs. Bajo la dirección de Thomas Frank, el club ya ha comenzado a mirar al futuro, aunque la sombra de su capitán será inevitablemente larga.

En el partido ante Newcastle, Brennan Johnson marcó el primer gol para los Spurs, y celebró a lo "Sonny", imitando su gesto de fotógrafo, en claro homenaje. Harvey Barnes empató para las Urracas antes del descanso.

No todo fueron buenas noticias para Tottenham. James Maddison sufrió una lesión en su rodilla y podría perderse la Supercopa de la UEFA del 13 de agosto, cuando los Spurs enfrenten al PSG tras ganar la Europa League.

El fútbol también se despide de una era

Son Heung-min representa un perfil cada vez más escaso en el fútbol moderno: un jugador leal, sin escándalos, que pone el colectivo por delante del ego individual. En una etapa donde las redes sociales, contratos millonarios y traspasos estratosféricos dominan las portadas, su salida del Tottenham marca el fin simbólico de una era.

Como mencionó un aficionado surcoreano en redes sociales: "No nos duele que se vaya del club. Nos duele que este tipo de jugadores esté desapareciendo del fútbol".

¿Qué sigue para Son?

Al despedirse, Son no dio mayores pistas sobre su futuro inmediato. Lo que sí queda claro es que seguirá siendo embajador del deporte asiático donde sea que juegue. Su carrera aún tiene capítulos por escribir. Si decide unirse a la MLS, puede que incluso lo veamos como un candidato al Balón de Oro de esa liga, algo que se mencionó con Messi tras su llegada.

Además, con la Copa Asiática y la posibilidad de Olimpiadas en el horizonte, su figura será clave para Corea del Sur al menos un par de años más.

Ya sea que juegue en Los Ángeles, regrese algún día a Europa o inicie una nueva aventura en otra parte del mundo, el legado de Son Heung-min está asegurado.

“Los goles se olvidan. Las lágrimas no.”

Este artículo fue redactado con información de Associated Press