El regreso de 'King of the Hill': ¿puede Hank Hill sobrevivir al mundo moderno?
Después de 15 años de ausencia, la entrañable serie animada regresa con nuevas historias, desafíos culturales y el mismo humor sutil que la convirtió en un clásico
Un regreso inesperado pero bienvenido
Después de más de una década fuera del aire, los icónicos personajes de “King of the Hill” están de vuelta, y lo hacen en una era completamente distinta a la que dejaron atrás. Hank Hill —el devoto vendedor de propano, aficionado a las cervezas y defensor del sentido común texano— regresa a Arlen, Texas, junto a su esposa Peggy y un Bobby ya adulto.
Ahora en Hulu, la serie busca reconquistar a su base de fanáticos mientras intenta conectar con una nueva audiencia que quizás nunca vio un episodio original emitido entre 1997 y 2009. ¿Qué tiene que ofrecer una comedia animada centrada en la vida suburbana estadounidense de clase media en un mundo dominado por TikTok, veganismo y cancelaciones?
Una nueva temporada liderada por voces conocidas (y nuevas)
El productor ejecutivo Saladin K. Patterson, conocido por su trabajo en “The Wonder Years” y “Frasier”, se une a los creadores originales Mike Judge (también creador de “Beavis and Butt-Head”) y Greg Daniels (“The Office”, “Parks and Recreation”) para darle vida a esta nueva etapa del show.
“Queremos contar historias que sean reconocibles. Queremos que la gente vea a sus familiares en estos personajes”, señala Patterson. La fórmula parece clara: mantener la esencia mientras se adapta el entorno. No se trata de cambiar la serie, sino de adaptar el contexto.
Hank Hill contra los tiempos modernos
Uno de los ejes cómicos más evidentes del regreso se centra en el desfase cultural de Hank. Después de pasar años trabajando en Arabia Saudita como “gerente asistente de propano y accesorios de propano”, regresa a una Arlen que apenas reconoce: desde el auge del té de boba hasta las parrillas inteligentes con WiFi.
“No debería tener que llamar a soporte técnico para hacer una hamburguesa”, dice Hank, frustrado, en uno de los nuevos episodios. Esa resistencia a lo absurdo del presente funciona como fuente inagotable de sátira, sin recurrir al cinismo puro o a la burla cruel. Esa ha sido siempre la firma de la serie: burlarse con cariño.
Los personajes evolucionan (algunos más que otros)
La evolución de Bobby Hill es uno de los puntos más atractivos de esta nueva temporada. A sus 21 años, es ahora chef de un restaurante de fusión germano-asiática. Lo que sea eso. ¿Un filete de caballa a la parrilla con mostaza y pretzel a un lado? Claro, por qué no.
“Es genial ver cómo adopta características de sus padres que antes rechazaba”, comenta Pamela Adlon, la actriz que da voz a Bobby.
En cuanto al resto del elenco habitual:
- Boomhauer sigue siendo el seductor incomprensible de voz rápida.
- Dale ahora se define como un “negador de elecciones negacionista”. Conspiranoico nivel Dios.
- Bill vive encerrado y ha pedido tanto a Amazon que dice haber "terminado Netflix", algo que activa una “revisión de bienestar”.
Una sátira sin ideología partidaria
Uno de los aspectos más loables de “King of the Hill” es su capacidad para navegar el entorno sociopolítico sin caer en trincheras ideológicas. Aunque muchos debatieron durante años si Hank Hill era conservador, liberal o algo intermedio, sus creadores tienen una respuesta clara: es simplemente una persona sensata.
“Este no es un show republicano ni demócrata, es un espacio común”, dice Adlon. En tiempos de división marcada, “King of the Hill” busca ofrecer un refugio de sentido común donde todos pueden verse reflejados, incluso cuando se satirizan aspectos modernos como los baños multigénero, los carriles de bicicletas o las IPA artesanales.
Éxito crítico... ¿y también comercial?
En sus 13 temporadas originales, “King of the Hill” ganó dos premios Emmy y fue ampliamente elogiada por su retrato matizado y empático de la clase media estadounidense. Nunca buscó los extremos ni los gags salvajes de otras animaciones de la época como “South Park” o “Family Guy”, pero construyó algo más duradero: una familia disfuncional que se sentía real.
Ahora, Hulu espera repetir el fenómeno. Los primeros 10 episodios están disponibles desde el lunes, y según primeras críticas, el tono clásico se mantiene.
“Los guionistas han encontrado un balance entre el ‘King of the Hill’ vintage que adoramos y lo nuevo — y hacen que coexistan”, resume Adlon.
Un espacio para reír(nos) con lo cotidiano
Lo fascinante sigue siendo cómo el programa extrae humor de lo trivial: el miedo de Hank a los cambios tecnológicos, sus choques culturales con las nuevas generaciones y su heroica defensa del propano. Una fórmula que podría parecer simple, pero que resulta profundamente efectiva.
“Tuve que llamar al soporte técnico porque tengo invitados y necesito que la carne esté lista”, admite Patterson sobre su propia vida al hablar de las parrillas inteligentes. Esa conexión entre ficción y realidad ayuda a mantener la serie anclada en lo auténtico.
¿Hay espacio para este tipo de humor en 2024?
Con un panorama televisivo dominado por reboots nostálgicos y un consumo fragmentado, el éxito de “King of the Hill” dependerá de si puede seguir resonando emocionalmente sin perder vigencia. Las primeras señales indican que sí, que aún hay espacio para una comedia pausada, amablemente absurda y centrada en personajes entrañables.
El reto será lograr que una nueva generación se enganche. Y quizás eso no sea tan difícil: todos tenemos un Hank en nuestra vida. Alguien que no entiende qué es el “poke” ni por qué el papel higiénico ahora tiene opciones "ecológicas".
“Los adultos no cambian”, decía un pastor, según recuerda Patterson. Puede que eso sea verdad, y por eso Hank Hill sigue funcionando como brújula en un mundo caótico: no porque cambie, sino porque se mantiene fiel a sí mismo.