Gaza: entre el hambre y el fuego cruzado
La desesperación por comida enfrenta a civiles palestinos con una muerte invisible: el asedio, la metralla y el abandono global
Una lucha diaria por sobrevivir
En la Franja de Gaza, buscar alimento se ha convertido en una sentencia de muerte. La población civil palestina, enfrentada al hambre y al fuego indiscriminado, vive una de las crisis humanitarias más graves del siglo XXI. A casi dos años del inicio de la guerra entre Israel y Hamas, la situación ha cruzado todos los umbrales de sufrimiento imaginable.
Según la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, desde mayo de 2024, cientos de palestinos han sido abatidos a tiros mientras trataban de alcanzar camiones de ayuda humanitaria. La versión oficial del ejército israelí insiste en que se trata de disparos de advertencia, pero la evidencia recogida por personal médico y periodistas apunta a una realidad más brutal.
Hambruna inminente
El bloqueo israelí ha convertido la distribución de suministros en una maniobra de alto riesgo. El Programa Mundial de Alimentos advirtió que Gaza enfrenta una hambruna de proporciones masivas. Las entregas por aire, promovidas por algunos países como alternativa humanitaria, han resultado ser más un símbolo que una solución concreta. De hecho, numerosos paquetes caen al mar Mediterráneo o en zonas consideradas “rojas”, donde el ejército ha ordenado evacuaciones, exacerbando el peligro para la población.
“Desearía que lo entregaran por los cruces terrestres. Esto es inhumano”, comentó Rabah Rabah, al esperar un paquete aéreo en medio del caos.
En un evento reciente en Zuweida, en el centro de Gaza, los habitantes vitorearon mientras los paracaídas descendían. Pero lo que siguió fue un pandemónium infernal: carreras desenfrenadas, peleas, golpes con palos e incluso un paquete que aplastó una tienda de desplazados, dejando a un hombre herido grave, sin que se conozca aún su estado de salud.
Impacto en los más vulnerables
Los niños, sobre todo aquellos con discapacidades o heridos por los bombardeos, sufren los estragos más agudos del hambre. La desnutrición severa se ha disparado. De acuerdo con informes de la organización Save the Children, más del 30% de los menores en Gaza muestra signos de malnutrición grave, agravada por la falta de medicinas y agua potable.
Escenarios de muerte
El domingo 28 de julio de 2024, al menos 16 personas murieron cerca del cruce Zikim, una de las pocas entradas de ayuda al norte de Gaza. Más de 130 personas resultaron heridas, según registros del hospital Shifa en Gaza. Las circunstancias no están claras, aunque testigos señalan a las fuerzas israelíes como responsables de los disparos.
En otro episodio mortal en el llamado Corredor de Morag, al sur de Gaza entre las ciudades de Khan Younis y Rafah, 10 más fallecieron y decenas fueron heridas. Mohammed al-Masri, testigo del horror, explicó: “Las fuerzas de ocupación dispararon a muchos por la espalda y en la cabeza”.
Las ‘zonas de muerte’ de Gaza
En el hospital Al-Awda en el centro de Gaza, se recibieron ocho cadáveres de personas asesinadas cerca de uno de los puntos de distribución del contratista americano-israelí Fundación Humanitaria de Gaza (GHF). La organización asegura que no hubo violencia en esos puntos, salvo usos ocasionales de gas pimienta o tiros al aire para dispersar tumultos.
“Es como ayer. Como el día anterior. Esto es una trampa mortal,” dijo Ayman Ruqab, joven palestino que lleva tres días tratando sin éxito de obtener alimentos.
Las imágenes son devastadoras: cuerpos siendo arrastrados por seres queridos, bolsas de harina manchadas de sangre, niños llorando mientras buscan entre los escombros algún resto de comida.
El dilema de los rehenes y el sufrimiento compartido
Mientras tanto, entre los más olvidados del conflicto están los más de 50 rehenes israelíes que siguen en poder de Hamas. Muchos de sus familiares temen que estén compartiendo el mismo destino de hambre y miseria que la población palestina, una ironía cruel en un conflicto donde todos padecen, salvo quienes manejan las armas o los intereses geopolíticos.
Uno de los familiares declaró al diario Haaretz: “Queremos que vuelvan, pero nos duele saber que pueden estar muriendo como los niños palestinos. Hamas los retiene, pero Israel los abandona”.
Balance y controversia de cifras
Desde el inicio de la guerra el 7 de octubre de 2023, los datos son tan escalofriantes como controvertidos:
– 1.200 israelíes asesinados por el ataque sorpresa de Hamas.
– Se estima que unos 60.900 palestinos han muerto en la ofensiva israelí, según el Ministerio de Salud de Gaza.
– La ONU estima que aproximadamente la mitad de los muertos en Gaza son mujeres y niños.
– Israel disputa esas cifras pero no ha ofrecido otras propias.
Una respuesta global insuficiente
Ante las críticas masivas por la lentitud o el fracaso de los corredores humanitarios, varios países han optado por el lanzamiento de alimentos por aire, lo cual ha probado ser insuficiente e incluso peligroso. Según el Comité Internacional de la Cruz Roja, sólo un convoy de camiones puede entregar el equivalente a 100 airdrops.
“Los lanzamientos desde el aire son medidas de último recurso, no una política de ayuda sostenible”, manifestó Jan Egeland, presidente del Consejo Noruego para los Refugiados.
Lo que no se ve: el trauma colectivo
Más allá de las cifras, Gaza se desangra espiritualmente. El trauma colectivo es tan penetrante que las generaciones venideras llevarán la marca indeleble del dolor. No hay escuelas, ni clínicas funcionales, ni electricidad constante; sólo cenizas, hambre y cuerpos en bolsas negras.
La guerra no sólo devora vidas, devora identidades. Gaza, en el imaginario moderno, se ha convertido en el símbolo más trágico de la deshumanización. El hecho de que todo esto transcurra frente a los ojos del mundo sin una resolución clara, retrata el fracaso estructural de las instituciones internacionales.
¿El fin del túnel?
La presión diplomática aumenta, pero ninguna potencia muestra voluntad real de romper el estancamiento. Las Naciones Unidas repiten llamados al alto al fuego, Europa lanza tímidas sanciones y Estados Unidos se encuentra en su enésima crisis de identidad en política exterior.
Mientras tanto, en un pedazo de tierra ensangrentada y cercada, cada paquete de harina se convierte en esperanza... o trampa mortal.