Jake Moody, el cañón de los 49ers: ¿puede consolidarse como el nuevo gran pateador de la NFL?
Tras una temporada 2024 llena de altibajos y competencia en el training camp, el joven pateador tiene una nueva oportunidad como titular en San Francisco. ¿Estará listo para mantenerse firme bajo presión?
Un puesto ganado entre 24 intentos
Jake Moody ha sido confirmado como el único pateador de los San Francisco 49ers tras vencer en el campo de entrenamiento a Greg Joseph, veterano con más experiencia pero menos proyección. En un duelo ajustado, Moody convirtió 21 de 24 intentos, mientras que Joseph acertó 22. Aun así, el cuerpo técnico liderado por Kyle Shanahan apostó por Moody, la selección de tercera ronda del Draft 2023.
“Está pateando muy bien ahora mismo. Greg también lo hacía, pero Jake tiene un talento único”, comentó Shanahan. La decisión no fue puramente deportiva: “Con 18 jugadores lesionados no podíamos permitirnos el lujo de mantener dos pateadores. Necesitamos cuerpos sanos que puedan tomar repeticiones”, añadió.
La montaña rusa de 2023 y un nuevo enfoque en 2024
Moody tuvo un año irregular en su segunda temporada en la NFL. Empezó fuerte, con una actuación perfecta en el partido inaugural y una impresionante efectividad (13 de 14) antes de lesionarse el tobillo en la Semana 5 al intentar una tacleada en una devolución de kickoff.
Tras perderse tres encuentros, regresó en baja forma: convirtió solo 5 de 14 intentos desde más de 40 yardas en los últimos nueve partidos. Este bajón encendió las alarmas en la gerencia y el cuerpo técnico, que decidió traer competencia seria para el campamento de verano.
Este año, Moody ha cambiado su mecanismo de golpeo. Ahora da dos pasos en lugar de tres en su preparación al golpear el balón, tras analizar en vídeo que el tercer paso era inconsistente. Además, trabajó con su coach de pateo y veteranos de la liga para perfeccionar su técnica. El propio Moody comentó que siente más control y regularidad con este nuevo enfoque, y sus prácticas lo han empezado a mostrar.
Un historial prometedor con lugar para crecer
En su temporada de novato en 2023, Moody logró 21 de 25 goles de campo (84%) y apenas falló un punto extra, superando el promedio de novatos en la posición. Pero hay marcas que aún pesan: falló un gol de campo ganador ante Cleveland y tres patadas clave en los playoffs, lo que deja dudas de su solidez en momentos de máxima presión.
¿Qué lo hace tan especial para San Francisco?
La elección de Moody en una tercera ronda del draft (99 global) fue polémica en su momento: pocas veces se invierte un pick tan alto en un pateador. Pero los 49ers lo vieron como una inversión para el largo plazo. Su potente pierna, capacidad de enviar la pelota por el centro con precisión en larguísimos intentos y temple bajo presión (demostrado en su paso por la NCAA con Michigan) lo diferencian de otros talentos jóvenes.
Además, Moody tiene la capacidad de hacer kickoffs profundos y de orientar el balón, lo que permite un mejor posicionamiento defensivo en las devoluciones. En una liga cada vez más táctica, esto no es menor: un 60% de los partidos en 2023 se decidieron por una diferencia de una posesión, lo que vuelve a los special teams cruciales para definir victorias.
El contexto actual: lesiones y decisiones difíciles
La decisión de cortar a Greg Joseph también se vio influenciada por la plaga de lesiones que azota a los 49ers. Con 18 jugadores fuera de práctica por molestias —entre ellos nombres importantes como Kevin Givens, Kyle Juszczyk, Ji’Ayir Brown y Andy Isabella—, el equipo se vio obligado a liberar cupos.
Además del corte de Joseph, Shanahan confirmó otras salidas como la del quarterback Tanner Mordecai y las incorporaciones de múltiples jugadores en contratos de un año, buscando profundidad en posiciones clave.
¿Qué podemos esperar de Moody en 2025?
La NFL no perdona: la titularidad de hoy puede evaporarse mañana. El propio Shanahan lo dejó claro: “Los pateadores siempre saben que están compitiendo con lo que hay afuera. Esta no es una excepción”. En otras palabras, si Moody falla en momentos clave al inicio de temporada 2025, no dudará en volver a buscar alternativas.
Aun así, el cuerpo técnico cree tener una joya lista para pulirse. En palabras del especialista Brian Schneider, coordinador de equipos especiales: “Moody tiene una mentalidad ganadora. Lo que necesitamos ahora es continuidad. Si logra eso, podemos hablar de uno de los mejores de la conferencia en dos años”.
Referentes, presión y legado
Comparar a Moody con leyendas como Justin Tucker o Adam Vinatieri sería prematuro, pero no descabellado aspirar a que siga esa línea. La historia está del lado de quienes superan la adversidad. Tucker, hoy considerado el mejor pateador de todos los tiempos, también tuvo un arranque difícil en la NFL antes de consolidarse gracias a pequeños pero consistentes ajustes técnicos y mentales.
Moody parece estar siguiendo esa senda: autocrítica, voluntad de cambiar y hambre de demostrar. Si puede trasladar ese enfoque al campo cada domingo, los 49ers habrán hecho una gran inversión a largo plazo.
¿El nuevo Sebastian Janikowski?
Muchos analistas han comenzado a compararlo con Sebastian Janikowski, otro pateador seleccionado en una ronda alta del draft (1.ª ronda en 2000) y que construyó una carrera sólida en los Raiders, con distancia, potencia y carisma. Moody comparte algunas de esas características, incluyendo también el talento universitario de élite y un arranque lleno de expectativas.
Solo el tiempo y el rendimiento dirán si también compartirá la longevidad y la marca imborrable que dejó Janikowski.
San Francisco, una franquicia que apuesta fuerte
El hecho de que los 49ers usen un pick tan alto en un especialistas refuerza su apuesta por el control total del partido: saben que un gran pateador puede cambiar dinámicas, presionar a rivales en la posición de campo y sellar victorias en partidos cerrados.
En la temporada 2025, con múltiples interrogantes en la plantilla debido a las lesiones y la presión por llegar nuevamente al Super Bowl, tener un pateador confiable será vital. Jake Moody tiene la oportunidad —quizá la última— de convertirse en ese hombre.