Ejecutar por gas: el controversial regreso de la pena capital en Arkansas

Una ley que reactiva las ejecuciones con gas nitrógeno revive el debate sobre métodos crueles y derechos constitucionales

Una decisión polémica en el corazón del sur

Este año, el estado de Arkansas aprobó una nueva ley que permite la utilización de hipoxia por nitrógeno como método de ejecución. Esta innovación legislativa, respaldada por la gobernadora republicana Sarah Huckabee Sanders, ha generado una ola de críticas, demandas judiciales y una creciente preocupación sobre los derechos de los condenados a muerte.

La hipoxia por nitrógeno, un método relativamente inexplorado en el sistema penitenciario estadounidense, priva al condenado de oxígeno mediante el uso de gas nitrógeno puro. Sus defensores lo califican como un proceso limpio y sin dolor, mientras que sus detractores lo tildan de grueso, inhumano y carente de supervisión adecuada.

Contexto histórico: una pausa prolongada

Arkansas no ejecuta a un recluso desde 2017, cuando llevó a cabo cuatro ejecuciones consecutivas debido a la inminente expiración de sus reservas de fármacos utilizados en inyecciones letales. Desde entonces, el acceso a estos compuestos se ha tornado prácticamente imposible debido a la oposición de las farmacéuticas a su venta para fines de ejecución.

Esto forzó a muchos estados a buscar alternativas novedosas. El nitrógeno es ahora el foco de atención.

¿Qué es la hipoxia por nitrógeno?

La hipoxia por nitrógeno consiste en hacer que una persona respire gas nitrógeno puro, lo que desplaza el oxígeno en los pulmones y provoca la asfixia sin dolor, según algunos expertos y legisladores. Pero sus críticos aseguran que la evidencia empírica es insuficiente.

La Asociación Médica Americana no recomienda este método, que fue usado por primera vez en Alabama en 2023. Durante esas ejecuciones, testigos afirmaron ver a los condenados temblar, luchar por respirar y hacer gestos convulsivos, lo cual contradice la narrativa de una muerte pacífica.

Una ley impugnada en tribunales

Diez reclusos del corredor de la muerte en Arkansas interpusieron el martes una demanda estatal cuestionando la constitucionalidad de la nueva ley. Alegan que el texto legal otorga a la División Correccional del estado un poder excesivo y poco claro para decidir entre usar inyección letal o nitrógeno.

Esto no brinda respuestas, solo preguntas”, especifica la demanda. Existen inquietudes sobre cómo se obtendría el gas, cómo se administraría y qué salvaguardas existen para evitar errores en la ejecución.

¿Aplicación retroactiva?

Uno de los puntos más críticos de la demanda es que los reos fueron condenados a muerte por inyección letal, no por gas. “El asambleísta estatal no puede reescribir el veredicto de jurados para imponer muerte por un método completamente distinto y altamente problemático”, declaró Heather Fraley, abogada defensora de los condenados.

Los abogados argumentan que aplicar la ley retroactivamente viola derechos fundamentales y debilita los principios de justicia al imponer una modalidad de ejecución que podría ser más dolorosa y humillante.

Arkansas: ¿pionero o rezagado?

Arkansas es el quinto estado que aprueba el uso de la hipoxia por nitrógeno, sumándose a Alabama, Luisiana, Misisipi y Oklahoma. Solo Alabama y Luisiana han aplicado esta técnica hasta ahora.

En Luisiana, la primera ejecución por gas se llevó a cabo en marzo contra un hombre condenado por un asesinato cometido en 1996. Aunque el procedimiento se desarrolló sin complicaciones visibles según los reportes oficiales, no hay estudios científicos concluyentes que avalen la eficacia y humanidad del proceso.

Los dilemas morales y éticos

No hay consenso científico ni legal sobre si el uso de hipoxia por nitrógeno puede considerarse un método “cruel e inusual”, prohibido por la Octava Enmienda de la Constitución de EE.UU.. Organizaciones como Amnistía Internacional califican la técnica como una forma sofisticada de tortura.

  • ¿Cómo se garantiza una ejecución sin sufrimiento?
  • ¿Quién supervisa técnicamente la correcta administración del gas?
  • ¿Cómo evitar errores humanos en un proceso sin precedentes científicos profundos?

Las respuestas, hasta el momento, brillan por su ausencia.

El precedente de Alabama

Desde que Alabama llevó a cabo su primera ejecución con nitrógeno, cinco personas han sido ejecutadas con dicho método. Sin embargo, demandas federales en curso cuestionan posibles violaciones a los derechos civiles y constitucionales de los presos bajo este nuevo protocolo de ejecución.

Un testigo en una de esas ejecuciones afirmó: “Lo que vi fue agónico y contradictorio con la premisa de que era una muerte sin dolor”. La falta de supervisión médica directa y de protocolos estandarizados genera un caldo de cultivo para errores fatales.

Ejecuciones y democracia: ¿decidimos todos?

Uno de los aspectos más debatidos es el papel del ciudadano común. Si bien la pena de muerte tiene apoyo en ciertos sectores, cada vez más estados están abolíéndola o paralizándola:

  • En los últimos 20 años, 23 estados han derogado la pena de muerte.
  • En estados como California y Oregon, las ejecuciones están suspendidas de facto.

¿Es el nitrógeno un intento desesperado de mantener un castigo que está siendo abandonado a nivel nacional?

Lo que sigue: incertidumbre institucional

Pese a la aprobación de la ley, Arkansas aún no ha fijado fecha para ejecutar a ningún preso con este nuevo método. La gobernadora Sanders ha declarado que no tiene un calendario definido y que “no hay prisa”.

Mientras tanto, los procesos judiciales seguirán su curso. Y con ellos, el debate sobre si el castigo más severo del Estado tiene cabida en una sociedad moderna.

En palabras del especialista en derechos constitucionales David Garland:

“La pena de muerte dice tanto sobre quienes la aplican como sobre quienes la sufren.”

El futuro de la pena de muerte con nitrógeno en Arkansas está en juego. Y con él, la imagen de una justicia que debe decidir entre moral, ciencia y poder institucional.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press