El renacer de Matthew Boyd y el nuevo paradigma del manejo de lanzadores en las Grandes Ligas

Con un aumento significativo en su carga de trabajo, el zurdo de los Cubs lidera una nueva oleada de lanzadores que desafían las antiguas reglas sobre limitaciones de innings

Un regreso inesperado: Matthew Boyd y su temporada estelar con los Cubs

Con 34 años y tras superar la cirugía Tommy John, Matthew Boyd está protagonizando uno de los regresos más sorprendentes y alentadores de la temporada 2025 de las Grandes Ligas. En lo que va del año, el zurdo ha lanzado 130 2/3 innings para los Chicago Cubs, superando con creces sus totales combinados de las últimas dos temporadas. Su récord de 11-4 y una efectividad de 2.34 lo han llevado al All-Star Game y lo han convertido en pieza clave para un equipo que lucha por meterse en los playoffs.

La apuesta de los Cubs al ofrecerle un contrato de dos años y $29 millones en la agencia libre ha dado frutos inesperados. Después de su breve, pero eficiente, regreso con Cleveland en 2024, donde tuvo una ERA de 2.72 en ocho aperturas, pocos pronosticaban que Boyd se convertiría en uno de los brazos más confiables de la Liga Nacional.

El envejecimiento de la sabiduría convencional: ¿adiós a los límites estrictos de innings?

Durante años, especialmente tras el auge de las cirugías Tommy John en los años 2000 y 2010, las organizaciones de MLB adoptaron una postura conservadora con sus lanzadores. Límites rígidos de entradas, descansos extra y monitorización extrema se volvieron norma. Sin embargo, algo está cambiando.

David Stearns, presidente de operaciones de béisbol de los Mets, resumió el nuevo paradigma con precisión:

“Cada vez más tratamos a cada lanzador como un individuo. Si un jugador se siente bien, tanto a nivel subjetivo como objetivo, evitamos apagarlo artificialmente.”

Este enfoque más personalizado está desplazando la fórmula de "20% de aumento anual" que dominó la planificación de cargas de trabajo durante varias décadas. Esta revisión normativa se observa en varios equipos que permiten a sus lanzadores estirarse más allá de lo presupuestado inicialmente.

Otros casos que reflejan la tendencia

  • Clay Holmes, con un pasado predominantemente como relevista, ha alcanzado ya 117 1/3 innings en su temporada debut como abridor con los Mets.
  • Jesús Luzardo (Phillies) pasó de lanzar 66 2/3 innings en 2024 a 127 innings en esta campaña.
  • Garrett Crochet, recientemente transferido a los Red Sox y firmante de un contrato de $170 millones por seis años, va camino a superar las 141 1/3 entradas. Su transición de bullpen a rotación ha sido ejemplar.

Lo más alentador en estos casos es que el incremento de carga no ha provocado descensos preocupantes en rendimiento o lesiones nuevas. ¿Podríamos estar ante un nuevo modelo funcional de desarrollo de lanzadores?

La tecnología como aliada en la toma de decisiones

Hoy en día, los equipos tienen una batería de herramientas tecnológicas que reemplazan la intuición por datos objetivos: análisis biomecánico, spin rate, velocidad, tracking de mecánicas y fatiga. Todo ello permite hacer ajustes en tiempo real y ofrecer al cuerpo técnico y al lanzador un panorama más claro.

Matthew Boyd explica esto con claridad:

“Hay datos tangibles a los que puedes prestar atención. Si tus mecánicas comienzan a desalinearse, los datos lo mostrarán. Entonces puedes corregir de inmediato, sin necesidad de frenar en seco.”

El caso Cubs: equilibrio entre ciencia y experiencia

El manager Craig Counsell y el preparador de lanzadores Tommy Hottovy han adoptado un enfoque basado tanto en ciencia como en comunicación constante. En el caso de Boyd, incluso se le concedieron nueve días de descanso tras el All-Star para monitorear su respuesta física y mantenerlo fresco para la recta final.

El ejemplo más radical dentro del club es el rookie Cade Horton, quien ha lanzado 102 2/3 innings este año entre Triple-A y Grandes Ligas, comparado con solo 34 1/3 en 2024. Horton es un caso bisagra: un prospecto al que se le permite competir más intensamente gracias a la tecnología y monitoreo continuo.

Perspectiva histórica: una evolución necesaria

Las limitaciones de innings no siempre existieron. En la década de 1970, lanzadores como Steve Carlton o Gaylord Perry superaban los 300 innings por temporada. Pero la irrupción de lesiones como las del codo y hombro forzó a la industria a virar.

La cirugía Tommy John, creada en 1974 por el Dr. Frank Jobe, salvó cientos de carreras, pero también instauró una atmósfera de temor ante la sobrecarga física. En el siglo XXI, muchos lanzadores ya no tenían permitido superar cierto umbral de entradas, incluso si físicamente se encontraban en buen estado.

Sin embargo, conforme se ha entendido mejor la fisiología del brazo y han surgido herramientas avanzadas de monitoreo (cámaras de alta velocidad, sensores inerciales, análisis computarizados de movimiento), la industria comienza a considerar que esas viejas reglas podrían estar más basadas en superstición que en ciencia.

¿Riesgos calculados o apuestas peligrosas?

Algunos expertos todavía levantan una ceja. Will Carroll, reputado periodista médico deportivo, ha advertido que la acumulación rápida de innings sin una base sólida previa sigue siendo un riesgo:

“El cuerpo necesita adaptación. Si en dos años pasas de 50 innings a más de 150, estás caminando en la cuerda floja, no importa cuán buena sea la biomecánica.”

Por ello, muchos equipos optan por microajustes: descansos estratégicos, eliminación de aperturas innecesarias o incluso uso como abridores tipo opener para crear ciclos híbridos de uso.

Boyd y los playoffs: ¿puede sostener este ritmo?

Con los Cubs luchando palmo a palmo con los Brewers y los Reds en la División Central de la Liga Nacional, los 22 comienzos de Boyd hasta ahora podrían ser apenas el comienzo. Si Chicago asegura un puesto en la postemporada, el zurdo será probablemente el abridor del primer juego de la serie.

Y en ese contexto, las siguientes semanas serán cruciales. Los Cubs se debaten entre proteger su activo más eficaz... y dejarlo competir sin límites. Una delgada línea que también recorrerán Mets, Phillies, Red Sox y Mariners con sus respectivos casos.

Lo viejo se encuentra con lo nuevo en el montículo

La temporada 2025 está marcando un punto de inflexión silencioso pero poderoso. Por primera vez en años, estamos viendo una ruptura con los “límites fijos”, siendo reemplazados por decisiones adaptativas, informadas y humanas.

Al final, como dijo Boyd en una entrevista reciente: “Nadie sabe lo que viene. Sólo puedes prepararte lo mejor posible y confiar en tu cuerpo y tu equipo.”

Quizá no haya afirmación que resuma mejor el nuevo modelo de encontrar equilibrio en el béisbol moderno.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press