Pakistán entre la represión y la resistencia: el legado vivo de Imran Khan a dos años de su arresto

Más de 200 arrestos, movilizaciones prohibidas y un gobierno que refuerza su poder mientras la sombra de Khan sigue marcando la política nacional

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La lucha por la democracia en Pakistán ha vuelto a encenderse con fuerza. A dos años del arresto del ex primer ministro Imran Khan, cientos de sus seguidores han desafiado una creciente represión para salir a las calles en varias ciudades del país. El martes pasado, más de 200 personas fueron detenidas, entre ellas políticos de alto perfil, mientras las autoridades intentaban frenar lo que se presumía como un día de protesta nacional.

El arresto de Khan: Un punto de quiebre en la política pakistaní

El 5 de agosto de 2023, Imran Khan fue arrestado tras múltiples acusaciones de corrupción y otros delitos. Lo que podría haberse tratado como un proceso judicial común, pronto se transformó en un símbolo de persecución política. Khan, quien fue destituido en abril de 2022 mediante una moción de censura impulsada por Shehbaz Sharif —actual primer ministro—, ha mantenido un fuerte respaldo popular gracias a su imagen de líder antiestablishment.

Tras su salida del poder, su partido, el Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI), ha enfrentado una ola de detenciones, inhabilitaciones políticas, y crecientes limitaciones para manifestarse. “Estas no eran manifestaciones violentas, sino marchas pacíficas para exigir justicia”, dijo Zulfiqar Bukhari, portavoz del PTI, tras los hechos del martes.

Rehana Dar: una voz anciana que incomoda al poder

Una de las imágenes más impactantes de la jornada fue la de Rehana Dar, una dirigente de 73 años del PTI, siendo arrastrada y arrojada a un vehículo policial en Lahore. Dar es reconocida por su vehemencia y activismo incansable incluso en la tercera edad. Su detención ha generado críticas tanto en redes sociales como en círculos políticos, quienes la ven como un símbolo del descontento cívico que el gobierno intenta acallar.

La represión no distingue ciudades

Aunque la mayoría de los arrestos se produjeron en Rawalpindi, principal bastión de apoyo de Khan y ciudad donde se encuentra encarcelado, también se registraron detenciones en Lahore y Karachi. Las autoridades afirmaron que muchos fueron arrestados por violar la prohibición de reuniones públicas, en vigor desde la víspera de las protestas.

En Islamabad, capital del país, la policía impidió toda concentración e incluso bloqueó accesos a edificios institucionales y estaciones de metro. La respuesta incluía gases lacrimógenos y uso de la fuerza contra manifestantes, según testigos y medios locales.

Omar Ayub Khan y la nueva purga política

La represión política no se limitó a las calles. En paralelo a las detenciones, la Comisión Electoral de Pakistán anunció la inhabilitación del líder opositor Omar Ayub Khan y otros legisladores del PTI, por su supuesto papel en los disturbios ocurridos tras el arresto inicial de Imran Khan en mayo de 2023. Este patrón de descalificaciones ha sido criticado por diversas organizaciones internacionales, que ven una creciente erosión del pluralismo político en el país.

Un historial de protestas y persecuciones

En los últimos años, Pakistán ha oscilado entre olas de turbulencia social y regímenes autoritarios con tintes democráticos. Desde la independencia en 1947, el país ha estado gobernado intermitentemente por autoridades civiles y militares. Imran Khan emergió en 2018 como la promesa de una nueva política anticorrupción, pero pronto su mandato se vio empañado por conflictos institucionales, tensiones con el ejército y problemas económicos críticos.

La persecución legal en su contra ha sido continua desde su salida del poder. En febrero de 2024, fue condenado a 14 años de prisión en uno de los varios casos por corrupción, aunque defensores de derechos humanos y observadores internacionales argumentan que los procesos están viciados por motivaciones políticas.

Reacciones internacionales: silencio y cautela

Ante la represión de este martes, la comunidad internacional ha reaccionado con cautela. Ni Estados Unidos ni la Unión Europea han emitido condenas públicas firmes. Human Rights Watch y Amnistía Internacional, por otro lado, denuncian una intensificación de la violencia contra la disidencia política.

“El arresto de personas por ejercer su derecho a la protesta pacífica viola los principios fundamentales del Estado de Derecho”, declaró Kenneth Roth, ex director ejecutivo de Human Rights Watch, en una columna reciente sobre la situación pakistaní.

¿Khan: mártir o amenaza?

Imran Khan sigue siendo una figura polarizadora. Para muchos paquistaníes —especialmente entre los más jóvenes— representa un símbolo de cambio, integridad y lucha contra la oligarquía. Sus enemigos, sin embargo, lo acusan de populismo, autoritarismo y vínculos con sectores islamistas radicalizados.

Lo cierto es que, desde prisión, Khan sigue ejerciendo influencia. Sus declaraciones, a menudo transmitidas por redes sociales mediante voceros o transcripciones de cartas, se convierten rápidamente en tendencias virales. Sus seguidores continúan organizando actos clandestinos, difundiendo mensajes de protesta y desafiando el aparato estatal.

Pakistán al borde de una nueva crisis política

Analistas locales coinciden en que el aumento de la represión refleja el miedo del poder establecido a una resurrección electoral de Khan. Las elecciones generales están programadas para principios de 2026, pero la incertidumbre rodea el proceso. El gobierno de Shehbaz Sharif enfrenta críticas por crisis inflacionarias, escasez energética y creciente violencia sectaria, especialmente en las provincias de Baluchistán y Khyber Pakhtunkhwa.

Según una encuesta del Gallup Pakistan realizada en junio de 2025, el 42% de los paquistaníes considera que Khan debería volver al poder, frente al 29% que respalda al actual gobierno.

La voz del pueblo no se apaga

Desde Lahore hasta Karachi, y desde las redes sociales hasta las instalaciones carcelarias, la lucha por la liberación de Imran Khan se convierte cada día más en un termómetro de la salud democrática de Pakistán. Y aunque el régimen actual intente consolidar su poder a través de la represión, la historia demuestra que las ideas no se encarcelan tan fácilmente como a los cuerpos.

Tal como afirmaba el poeta paquistaní Faiz Ahmed Faiz: “Aunque la noche sea larga, el alba nacerá”.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press