Rap, resiliencia y revolución: el arte como herramienta contra el cambio climático en Pakistán

Desde aldeas devastadas hasta festivales urbanos, mujeres artistas lideran una lucha con ritmos y letras para concienciar sobre el impacto climático en las zonas rurales de Sindh

Contra el silencio: canciones que emergen entre el barro

En las áridas y dañadas tierras de Sindh, al sureste de Pakistán, donde el monzón solía llegar puntualmente como una bendición para los cultivos, hoy deja un rastro de ruina e incertidumbre. Y en ese polvoriento paisaje, emerge una voz clara y poderosa: la de Sham Bhai, una joven de apenas 18 años que ha convertido el dolor de su comunidad en melodía y resistencia.

Somos el pueblo del sur. Las casas han sido arrasadas por la lluvia. Oh, amado, regresa” canta Sham mientras la comunidad escucha en silencio. Su repertorio, más allá de lo melódico, es educativo. En una zona donde apenas el 38% de la gente puede leer y el acceso a internet es casi inexistente, la música se convierte en el canal más eficaz de información y empoderamiento.

Cuando las lluvias no perdonan

Las devastadoras inundaciones de 2022 en Sindh fueron descritas por la ONU como una de las peores catástrofes provocadas por el cambio climático. Más de 1.000 personas murieron solo en esa provincia. Millones quedaron desplazadas, y las infraestructuras agrícolas y rurales fueron arrasadas. Tres años después, los efectos aún son visibles: hogares reducidos a escombros, carreteras intransitables, y lo más importante, una población aún sin preparación suficiente ante nuevos desastres.

“El clima ha cambiado. Ya no sabemos cuándo llegará la lluvia. A veces no llega, y cuando lo hace, destruye nuestras vidas,” asegura Ghulam Mustafa Mahar, un agricultor que ha cambiado sus cultivos por el ganado intentando adaptarse a los erráticos ciclos del clima.

Educando con raíces: la estrategia de Sham

Para que su mensaje cale entre los habitantes de aldeas remotas, Sham comienza sus actuaciones con melodías populares que captan la atención del público. Luego, introduce canciones que versan sobre el clima, el dolor del desplazamiento, la fragilidad de las viviendas construidas con barro y la urgencia de reforestar.

Las mujeres y niños sufren más cuando las lluvias llegan. Los hombres están fuera trabajando y ellas deben enfrentarlo todo solas,” afirma Sham. Sus letras, muchas veces inspiradas por poetas tradicionales de Sindh, son una súplica por el cambio.

Gracias a su trabajo, diversas comunidades han comenzado a construir viviendas más resistentes, plantar árboles y almacenar agua de forma más efectiva.

Una voz que rapea por justicia

Si Sham representa el alma del mensaje, Urooj Fatima, también conocida como Sindhi Chhokri, representa la rabia. Esta rapera, activista y defensora de los derechos de la mujer, usa el hip-hop para amplificar las voces silenciadas por el dolor, la pobreza y el desinterés oficial.

Esta no es una canción, es una revolución,” proclama en una de sus rimas dirigidas a las autoridades de la provincia de Balochistán, tras las mortales inundaciones de 2022. Su estilo directo y crítico ha generado impacto viral en redes sociales, llevando mensajes sobre resiliencia, derechos y ecologismo a miles de personas dentro y fuera de Pakistán.

El rap puede llegar a todos. Si sólo alcanzamos a unos pocos que actúen, entonces nuestro trabajo ya vale la pena,” afirma con firmeza Urooj.

El rol y la vulnerabilidad femenina en la crisis climática

La mujer rural en Sindh, históricamente relegada a tareas agrícolas y domésticas, es una de las más afectadas por la crisis. Son quienes recogen madera, gestionan el agua y cuidan del hogar — una fidelidad a tradicionales roles de género que las convierte en primeras víctimas durante inundaciones.

Cuando llegaron las lluvias de 2022, hubo casas de barro que colapsaron completamente. Murieron mujeres y niños dentro porque no sabían cómo escapar,” relata una lugareña.

Las dificultades se multiplican: desplazamiento, falta de acceso a higiene básica, pérdida de educación, y vulnerabilidad frente a enfermedades. Urooj, que vivió la destrucción de su propia aldea durante las tormentas de 2022 y 2024, dirige ahora campañas para exigir políticas públicas que atiendan estas realidades específicas de género.

Arte como herramienta de transformación social

Ambas artistas —Sham y Urooj— han demostrado que el arte puede transformar mucho más que conciencias. Han conseguido alterar conductas, influir en decisiones comunitarias y, sobre todo, inspirar nuevas generaciones. A través del folklore y el rap, las mujeres de Sindh se están empoderando, llevando mensajes de sostenibilidad y resistencia incluso a quienes nunca han oído hablar de “cambio climático”.

No se trata sólo de cultura ni de entretenimiento: es una revolución. Y está sonando ahora mismo en una aldea perdida entre el polvo y los recuerdos del agua, donde alguien entona:

“Mi corazón está quemado al ver las casas colapsadas por la lluvia. Oh amado, regresa con el sol.”

Este artículo fue redactado con información de Associated Press