¿Qué está en juego con el rechazo estadounidense a las vacunas mRNA?

La cancelación del financiamiento a la investigación en vacunas de ARNm revela una peligrosa politización de los avances científicos que salvaron millones de vidas

La controversia: Kennedy Jr. vs. las vacunas de ARNm

El pasado martes, Robert F. Kennedy Jr., actual Secretario de Salud de los Estados Unidos y conocido crítico de las vacunas, provocó un terremoto político y científico al anunciar la cancelación de 500 millones de dólares en financiamiento público destinados a la investigación de nuevas vacunas basadas en tecnología de ARN mensajero (ARNm). Su justificación: las vacunas de ARNm no previenen infecciones respiratorias como la gripe o el COVID-19.

Pero esta afirmación omite una verdad científica fundamental que ha sido respaldada por innumerables estudios desde 2020: las vacunas de ARNm no fueron diseñadas para impedir por completo la infección, sino para evitar la enfermedad severa, la hospitalización y la muerte.

¿Cómo funcionan realmente las vacunas de ARNm?

El principio de funcionamiento de una vacuna de ARNm es revolucionario. Mientras que las vacunas tradicionales utilizan virus atenuados o proteínas purificadas, las de ARNm instruyen a nuestras células para producir una proteína específica del virus, generando así una respuesta inmunológica eficaz.

Según el doctor Jake Scott, profesor asociado clínico en la Universidad de Stanford, "una vacuna no puede bloquear una infección respiratoria. Esa nunca ha sido la expectativa ni el estándar para una vacuna contra virus respiratorios". La función esencial de estas vacunas es, en cambio, convertir lo que podría ser una enfermedad mortal en algo tan leve como un resfriado.

“Las vacunas no tienen que neutralizar el virus completamente”, añade Jeff Coller, profesor de biología del ARN en la Universidad Johns Hopkins, “lo importante es que reducen la hospitalización y la mortalidad. Esa es la prueba de una vacuna efectiva.”

Un milagro científico con impacto global

Los datos científicos y epidemiológicos son abrumadores. Por ejemplo:

  • La Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó en 2024 que las vacunas contra el COVID-19 redujeron las muertes en Europa por lo menos en un 57%, lo que equivale a más de 1,4 millones de vidas salvadas.
  • Una investigación publicada en The Lancet Infectious Diseases en 2022 estimó que 19,8 millones de muertes por COVID-19 fueron evitadas en todo el mundo solo en el primer año de uso de las vacunas. Este análisis se basó en datos de 185 países.
  • Una publicación en The New England Journal of Medicine reveló que las dos principales vacunas de ARNm fueron más de 90% efectivas contra el COVID-19 severo.

Estas cifras no solo son esperanzadoras, son la evidencia de que el ARNm ha sido una de las tecnologías más importantes de la medicina moderna.

El Nobel que avala la ciencia

En 2023, dos científicos —Katalin Karikó y Drew Weissman— fueron galardonados con el Premio Nobel de Medicina precisamente por su trabajo para desarrollar las vacunas de ARNm. Esta distinción no es menor: representa el máximo reconocimiento científico internacional y respalda la validez de la plataforma ARNm más allá de la pandemia.

Discurso político vs. evidencia científica

El argumento de Robert F. Kennedy Jr. no se sostiene científicamente. Pero sí tiene peso político, sobre todo dentro de una corriente ideológica que busca desconfianza en instituciones de salud públicas y en la ciencia en general. Su decisión de eliminar fondos representa más que una opinión; es un acto de sabotaje institucional a la investigación y el progreso biomédico.

¿Quién pierde con esta decisión? El ciudadano común. Sean republicanos o demócratas, los millones de estadounidenses que fueron vacunados y cuyos familiares están vivos gracias a estas vacunas son, al quitarse este apoyo estatal, víctimas colaterales de una guerra ideológica.

Muchos expertos se preguntan cómo es posible que la misma administración que impulsó la llamada 'Operación Warp Speed' —la iniciativa federal de Trump para habilitar las vacunas en tiempo récord— ahora permita que se desacrediten los resultados revolucionarios que salvó vidas.

¿Por qué Trump permitiría que Kennedy socave su legado, que lideró una intervención médica que literalmente salvó millones de vidas?”, se preguntó Coller.

El dilema de la desinformación en salud pública

Cancelaciones como estas no solo afectan al desarrollo de nuevas vacunas ARNm contra gripe, RSV o incluso enfermedades como VIH o cáncer, sino que erosionan la confianza global en instituciones científicas. Recordemos que durante la pandemia, la Organización Mundial de la Salud declaró que la desinformación fue una “infodemia” tan peligrosa como el virus mismo.

En un contexto donde el negacionismo y las teorías de conspiración corren como pólvora en redes sociales, decisiones políticas de este tipo funcionan como validación indirecta.

La medicina no puede ni debe ser determinada por likes, algoritmos o trincheras ideológicas.

Lo que se pierde al detener el financiamiento al ARNm

Además de las posibles vacunas contra enfermedades respiratorias, otras aplicaciones en desarrollo incluyen:

  • Terapias personalizadas contra el cáncer: usar ARNm para enseñar al sistema inmunológico a atacar células tumorales específicas.
  • Vacunas contra enfermedades infecciosas como el VIH, la malaria y el virus del Zika.
  • Enfermedades raras y genéticas: entrega de proteínas faltantes o defectuosas codificadas por ARNm.

Detener la investigación en este ámbito es comparable a haber apagado Internet en sus orígenes por miedo a la desinformación. El potencial es inmenso, pero requiere tiempo, inversión y voluntad política.

Una mirada histórica: el avance siempre tuvo detractores

A lo largo de la historia, cada gran avance científico ha tenido sus opositores. Cuando Edward Jenner propuso la primera vacuna contra la viruela en 1796, hubo protestas públicas e incluso grupos satíricos que decían que haría nacer vacas de los brazos de los inoculados. Y sin embargo, la viruela es hoy la única enfermedad humana erradicada por completo.

De igual manera, se temía a la anestesia, a los autoclaves, a la penicilina. La resistencia al cambio no es nueva, pero sí es más peligrosa cuando se viste de ideología y se impone desde oficinas gubernamentales.

¿Cuál es el futuro de las vacunas ARNm?

A pesar de los reveses políticos, la comunidad científica internacional sigue avanzando. En Europa y Asia hay múltiples ensayos sobre vacunas de ARNm contra gripe, tuberculosis, VIH y hasta el cáncer de páncreas. La vacuna de ARNm contra la influenza desarrollada por Moderna ya está en fases avanzadas de prueba.

El progreso no se puede detener, pero decisiones como la de Kennedy Jr. desconectan a EE. UU. del liderazgo mundial en biotecnología. Países como Alemania, Japón y Corea del Sur están invirtiendo fuertemente en esta tecnología, conscientes de que podría ser clave en futuras pandemias y en terapias personalizadas.

Hoy más que nunca, la ciencia necesita protección ante el vaivén de intereses políticos. Y eso solo lo lograremos si ciudadanos, médicos, investigadores y comunicadores sumamos fuerzas para defender la verdad científica, educar al público y vigilar a quienes toman decisiones desde el poder.

La historia premiará a quienes apostaron por salvar vidas, no por quedar bien con sus votantes.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press