Choques diplomáticos y amenazas económicas: El pulso entre Trump, Rusia y Ucrania

La diplomacia estadounidense acelera sus esfuerzos en Moscú mientras se acerca una fecha límite impuesta por Trump. ¿Sirven las amenazas de sanciones para frenar el conflicto en Ucrania?

Estados Unidos, Rusia y el desgaste de la guerra en Ucrania

El conflicto en Ucrania continúa arrastrando consecuencias globales, tanto militares como diplomáticas y económicas. En un nuevo intento por frenar la ofensiva rusa en territorio ucraniano, el enviado especial del presidente de EE. UU., Steve Witkoff, llegó esta semana a Moscú. Su visita se produce apenas días antes de que expire un ultimátum colocado por el presidente Donald Trump al Kremlin: alcanzar un acuerdo de paz o enfrentar severas sanciones económicas.

La llegada de Witkoff se da en un contexto de expectativas y escepticismo. Las cámaras de la agencia estatal rusa TASS captaron al diplomático estadounidense caminando por el Parque Zaryadye, cerca del Kremlin, junto a Kirill Dmitriev, enviado ruso para la cooperación económica y protagonista en contactos diplomáticos previos en Estambul. La escena, si bien simbólica, pone en evidencia el frágil canal de comunicación que sigue abierto entre Moscú y Washington.

El ultimátum de Trump: ¿medida decisiva o presión vacía?

Trump estableció originalmente una ventana diplomática de 50 días para que Rusia cese sus operaciones militares en Ucrania y comience una retirada negociada. Sin embargo, ante los persistentes ataques rusos a ciudades ucranianas —como Járkov, Zaporiyia y Dnipró— el mandatario estadounidense adelantó la fecha límite. Ahora, el viernes es el día D, y el mundo espera si el Kremlin dará alguna señal de cambio o si las sanciones empezarán a aplicarse automáticamente.

Son personajes astutos”, dijo Trump refiriéndose a los líderes rusos. Agregó además que Rusia ha sabido sortear las sanciones mejor de lo anticipado. A pesar de las restricciones internacionales impuestas desde la invasión de febrero de 2022, el Kremlin asegura que la economía rusa ha resistido “moderadamente bien”.

Las sanciones: ¿una herramienta realmente eficaz?

Desde hace décadas, Estados Unidos ha utilizado las sanciones económicas como herramienta de política exterior. Rusia ha sido uno de sus objetivos principales desde la anexión de Crimea en 2014. Las nuevas amenazas incluyen:

  • Aranceles adicionales a sectores clave como energía y banca.
  • Medidas secundarias contra países que comercien con petróleo ruso (especialmente China e India).
  • Bloqueo de acceso a sistemas financieros internacionales.

Sin embargo, un informe del Peterson Institute for International Economics reveló que las sanciones, aunque dañinas para el crecimiento a largo plazo, fueron evadidas mediante nuevas alianzas económicas y un renovado control estatal sobre industrias estratégicas rusas.

Ucrania: resistencia en desgaste

Mientras tanto, en el frente de batalla, la situación se torna cada vez más delicada. El ejército ucraniano sigue perdiendo terreno, especialmente en el este. No obstante, por ahora no hay señales claras de un colapso inminente. Ucrania lucha, pero necesita apoyo.

El presidente Volodímir Zelenski instó esta semana a Estados Unidos y la Unión Europea a imponer sanciones “más contundentes” sobre sectores energéticos y bancarios rusos. Zelenski quiere que el poder económico occidental sea usado con toda su fuerza, especialmente en un momento en el que los aliados internacionales parecen comenzar a mostrar signos de agotamiento en su apoyo militar.

El canal Estambul y la diplomacia rota

Es importante recordar que las negociaciones directas entre Rusia y Ucrania tuvieron en Estambul uno de sus puntos más prometedores. Mediadas por Turquía, estas conversaciones involucraron no solo temas militares, sino también materias energéticas, intercambio de prisioneros y ayuda humanitaria. Dmitriev, actual interlocutor de Witkoff, participó activamente de esas rondas. Sin embargo, tras varias rondas estancadas y escándalos por presuntas violaciones al alto al fuego, los diálogos se congelaron.

Hoy el enfoque ha derivado en discusiones bilaterales entre Rusia y EE. UU., con Ucrania en muchas ocasiones como actor pasivo, lo que ha generado críticas incluso dentro del parlamento ucraniano.

¿Por qué pactar ahora?

Tanto Rusia como Ucrania y EE. UU. enfrentan presiones internas. Las encuestas indican que una mayoría de estadounidenses está en contra de involucrarse en “guerras lejanas”. Por su parte, Rusia enfrenta una inflación interna del 8% anual (Rosstat, 2023), caída de inversiones extranjeras e inestabilidad laboral, especialmente en sectores tecnológicos y bancarios.

Además, se avecinan elecciones presidenciales en EE. UU., y Trump necesita proyectarse como un líder capaz de restaurar el orden global. Mostrar progreso en Ucrania, aunque a través de la diplomacia dura, le daría una ventaja ante sus adversarios políticos.

¿Segunda Guerra Fría?

Las tensiones actuales recuerdan en muchos aspectos a la Guerra Fría. Las amenazas de sanciones, el uso de enviados especiales, la retórica propagandística y la reconfiguración de alianzas energéticas han hecho que muchos académicos hablen ya de una “segunda Guerra Fría económica”.

El incremento de las alianzas entre Rusia y potencias asiáticas, como China o Irán, ha cambiado el balance geopolítico y podría tener implicancias en otras zonas de conflicto (por ejemplo, en Siria, Armenia o Taiwán).

El papel de Europa: entre la unidad y la fatiga

Desde Bruselas, el apoyo de la Unión Europea a Ucrania, tanto económico como humanitario, ha sido sustancial. Según datos de la Comisión Europea, desde el inicio de la invasión se han destinado más de €80 mil millones en asistencia. No obstante, el avance del invierno y las dificultades económicas internas (inflación, crisis energética) comienzan a mermar el entusiasmo por mantener ese apoyo indefinidamente.

Además, algunos países —como Hungría y Eslovaquia— han expresado su oposición a endurecer más las sanciones contra Rusia, alegando que tienen impactos colaterales severos en sus propias economías.

Un escenario incierto

A pocos días del deadline de Trump, nos encontramos ante un tablero cargado de incertidumbre. Las amenazas pueden no ser suficientes para detener una maquinaria de guerra determinada, pero al mismo tiempo, Rusia no puede seguir sometida indefinidamente a un cerco comercial sin consecuencias internas.

¿Será Witkoff el arquitecto de un acercamiento real? ¿O solo un mensajero de números rojos y promesas rotas?

La respuesta se conocerá en breve. Y el mundo entero la espera, sabiendo que cada movimiento —por mínimo que parezca— puede cambiar el curso de un conflicto que ya ha costado más de 300,000 vidas según cifras del Ucrainian Data Center, y mantiene en vilo a Europa y gran parte del hemisferio sur.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press