El caso sin resolver que tardó 29 años: la muerte de la oficial Denna Campbell y el enigma de la impunidad
La historia de cómo un crimen que estremeció a Maryland en 1995 vuelve a la actualidad por una sorprendente detención tras casi tres décadas
Un crimen que nunca debió ser olvidado
Durante casi 30 años, la muerte de la oficial Denna Fredericka Campbell permaneció como uno de los crímenes sin resolver más trágicos del área metropolitana de Washington, D.C. Campbell, quien tenía apenas 24 años cuando fue asesinada, era una prometedora oficial del Metropolitan Police Department (MPD) y había comenzado a ganarse el respeto tanto de sus colegas como de la comunidad.
El pasado volvió a sacudir a Maryland este 2024, cuando el Departamento de Policía del Condado de Montgomery anunció que Amir Jalil Ali, anteriormente conocido como Kenneth Burnell Wonsom, fue detenido y acusado formalmente de asesinato en primer grado. La noticia reabrió heridas y dejó al descubierto una dolorosa verdad: la justicia había permanecido dormida durante casi tres décadas.
La noche del crimen: pistas ignoradas
La madrugada del 16 de septiembre de 1995, Ali llamó al 911 reportando un supuesto asalto a la residencia que compartía con Campbell en Silver Spring, Maryland. Alegó haber salido a comprar y, al regresar, haber encontrado a su pareja muerta. Desde el principio, los hechos no cuadraban.
De acuerdo con el informe policial, Denna Campbell fue encontrada con cinco impactos de bala, y su arma reglamentaria desapareció sin dejar rastro. Sin embargo, no había signos de entrada forzada ni desorden propio de un robo. Pronto, la versión del allanamiento comenzó a desplomarse.
Testimonios de compañeros de trabajo de la oficial revelaron que Denna temía por su vida y había expresado claramente su intención de dejar a Ali. Incluso llegó a decir: “Si no me presento al trabajo el sábado, sabrán que él me mató y enterró en algún lugar”.
¿Por qué se archivó el caso en 1995?
En un giro desconcertante, Ali fue arrestado inicialmente en 1995, pero la Fiscalía del Condado de Montgomery terminó desestimando los cargos dos meses después. El actual fiscal, John McCarthy, aseguró que no tiene claro por qué su predecesor tomó esa decisión. “No estuve presente en esas conversaciones”, declaró durante una conferencia de prensa celebrada en junio de 2024.
Esta falta de seguimiento ha encendido un debate sobre la eficiencia y diligencia del sistema judicial en casos de violencia doméstica relacionados con miembros de las fuerzas del orden.
Una oficial con alma de heroína
Años antes de su asesinato, Denna había demostrado su valentía al rescatar a cuatro personas de una camioneta en llamas en pleno Pennsylvania Avenue en 1993. Su colega del MPD, el Jefe Ejecutivo Auxiliar Andre Wright, declaró que Campbell “sirvió con honor y valentía, y siempre puso la seguridad de la comunidad por encima de la suya”.
Su carrera apenas comenzaba, pero había dejado una huella imborrable que su asesinato prematuro enterró durante décadas.
Cambios de identidad y ADN como pieza clave
Ali cambió legalmente su nombre en 2021, algo que despertó sospechas entre investigadores que nunca abandonaron del todo el caso. Gracias a avances en tecnología forense, la nueva evidencia de ADN vinculó directamente a Ali con el crimen, demostrando que presentaba heridas sangrantes tras el altercado con Campbell, y descartando definitivamente su versión del robo.
Este avance fue lo que permitió reabrir el caso y presentar cargos formales en 2024.
Una muerte que reflejó un patrón alarmante
El asesinato de Campbell, aunque dolorosamente específico, forma parte de un fenómeno recurrente y alarmante: los feminicidios en relaciones de pareja dentro de cuerpos policiales o militares.
Según la organización Blue H.E.L.P., que recopila datos sobre la salud mental y violencia dentro de las fuerzas del orden en EE. UU., casi el 40% de las mujeres policías que denuncian violencia doméstica reportan ser víctimas de parejas también policías o exmilitares.
Además, un estudio publicado por el American Journal of Preventive Medicine en 2021 identifica que los corpos armados tienen mayores tasas de violencia de pareja letal, precisamente por el acceso a armas de fuego y la cultura institucional de silencio.
Justicia tardía, pero justicia al fin
La detención de Ali fue una noticia esperada durante años no solo por familiares, sino también por organizaciones defensoras de víctimas y una comunidad entera que nunca se resignó al olvido.
Detective Paula Hamill, quien estuvo involucrada en la reapertura del caso, expresó entre lágrimas: “Llamé al padre de Denna para contarle sobre el arresto, y lo único que pudo decir fue ‘gracias a Dios’”. Una frase que resume casi 30 años de desesperación y falta de respuestas.
La valentía de los investigadores y la persistencia de los amigos y colegas de Campbell lograron lo que parecía imposible: dar un paso hacia el cierre emocional que todo crimen merece, por más tiempo que pase.
Una reflexión necesaria: justicia con enfoque de género
Este caso revive la importancia de una mirada judicial con enfoque de género. No basta con recopilar pruebas; es crucial escuchar a las víctimas en vida, especialmente cuando verbalizan el miedo frente a su agresor.
Campbell dio señales claras de alarma. Ella dormía con el arma bajo la almohada. Advirtió a sus compañeros. Compartió su temor con quienes la rodeaban. El sistema —policial, judicial y social— falló en protegerla.
Hoy, aunque el proceso judicial apenas comienza, su historia resalta como un claro ejemplo de lo que ocurre cuando la desatención institucional permite que el amor se transforme en amenaza.
Cierres, apertura de heridas y promesa de memoria
Denna Campbell murió en 1995, pero por más de dos décadas su caso quedó en el limbo entre la verdad y el olvido. Cada nota en el expediente, cada testimonio olvidado y cada decisión judicial inoportuna contribuyeron al silencio.
Para 2024, sin embargo, la memoria ha ganado. El arresto de Amir Jalil Ali es más que una detención: es un grito de justicia pospuesta, pero no silenciada.
Que este caso nos recuerde que, aunque tarde, la justicia es posible si no renunciamos a buscarla.