El renacimiento de los cuerpos cambiados: ‘Freakier Friday’ y la nostalgia reinventada por Disney
Lindsay Lohan y Jamie Lee Curtis regresan para otra dosis de magia corporal y lecciones generacionales en una secuela que intenta actualizar una fórmula nostálgica
Por años, Hollywood ha insistido en una fórmula que rara vez falla: el cambio de cuerpos. De películas adolescentes a comedias familiares, la idea de que dos (o más) personas despiertan un día atrapadas en el cuerpo del otro ofrece una oportunidad única para reflexionar entre carcajadas sobre identidad, empatía y relaciones familiares. En 2003, Disney refinó ese concepto con una versión moderna de “Freaky Friday”, protagonizada por Lindsay Lohan y Jamie Lee Curtis, cimentando su lugar como una obra querida por una generación que ya roza o supera los treinta.
Ahora, Disney revive esa historia en 2025 con “Freakier Friday”, una secuela que reencuentra a madre e hija (Curtis y Lohan) en nuevas circunstancias, nuevos cuerpos... y, esta vez, con el doble de enredos. ¿Vale la pena regresar a esta divertida y caótica premisa? En esta reseña y análisis de nostalgia pop, exploramos los aciertos y fracasos del regreso de esta historia, y por qué (aunque un poco desordenada) sigue siendo un vehículo poderoso para conectar generaciones.
El regreso de las reinas del body-swap
Han pasado 22 años desde la boda de Tess y la presentación de Anna con su guitarra eléctrica. Ahora Anna (Lohan) es madre soltera y representante de una joven estrella del pop, enfrentando los típicos retos de criar a una adolescente (Harper, interpretada por la excelente Julia Butters) mientras navega su propia vida. Tess (Curtis), ahora con melena plateada y aún terapeuta, podcaster y autora, sigue ofreciendo consejos maternales como "haz buenas elecciones".
Freakier Friday propone una nueva etapa generacional: madre, hija y abuela enfrentan las complejidades modernas del crecimiento, el amor y la identidad. Y sí, también está una boda en el horizonte... porque en el universo Disney, todo debe girar en torno a una fiesta final.
Más enredos, menos claridad
Lo que diferencia a Freakier Friday del original no es sólo el salto temporal, sino una apuesta por duplicar la premisa: esta vez hay cuatro personajes cambiando de cuerpo: Anna se convierte en Harper, Tess en Lily (la rival escolar de Harper), y viceversa. Esto, que de entrada suena prometedor en términos cómicos, a menudo sobrecomplica una narrativa sencilla.
¿El resultado? Escenas confusas, momentos donde el espectador se pregunta quién habita cuál cuerpo, y situaciones absurdamente exageradas, como una guerra de comida escolar o una clase de tango con identidades invertidas que raya en el slapstick.
Sin embargo, no todo es desorden. La comedia física de Curtis continúa siendo impecable (su visita a la farmacia es oro puro), y ver a Lohan coqueteando torpemente en el cuerpo de su hija es uno de esos momentos que provocan carcajadas incómodas pero memorables.
Las nuevas caras y el poder del guiño nostálgico
Además del regreso de figuras entrañables como Mark Harmon y Chad Michael Murray, destacan nuevas incorporaciones como Sophia Hammons (Lily) y Manny Jacinto (Eric, el atractivo chef y nuevo interés amoroso de Anna). Estas adiciones buscan conectar con la audiencia más joven, pero al hacerlo, el guión a veces cae en estereotipos superficiales y diálogos más forzados que frescos.
El mejor acierto, sin duda, está en los guiños al pasado: desde la guitarra eléctrica hasta frases icónicas del 2003 aparecen actualizadas. Lo que para muchos es un simple divertimento, para otros se convierte en una puerta de entrada a la nostalgia. En varios momentos, la conexión emocional queda al descubierto: el público que vio Freaky Friday en su adolescencia ahora ve su reflejo en Anna, luchando por entender a su adolescente hija mientras recuerda cuando ella era igual de irreverente.
¿Vale la pena la secuela?
“Freakier Friday” no es una obra revolucionaria ni lo pretende. Retiene la estructura de su predecesora como un homenaje directo, moderno por momentos pero dependiente de la fórmula. A diferencia del primero, que funcionó por la química entre Curtis y Lohan y la frescura de sus contextos, esta nueva entrega es más un experimento de reciclaje con tintes coloridos y desordenados.
Pero eso no la hace irrelevante. Disney ha sabido aprovechar lo que el público desea: entretenimiento cómico que no ofende, viajes emocionales familiares y, especialmente, conexión entre generaciones. En una época donde el cine sufre una crisis de ideas originales, tener una versión expandida de una película querida no es lo peor que puede pasar.
La dirección de Nisha Ganatra acierta al imprimir un ritmo dinámico (aunque a veces excesivo) que mantiene la atención del espectador. Y mientras algunas escenas podrían desaparecer sin afectar el resultado (la lectura de manos por Vanessa Bayer es divertida pero innecesariamente larga), hay un corazón lírico pulsando en la base de toda la locura: la comprensión intergeneracional.
De la comedia al mensaje latente
En medio de los gags y las bromas físicas sobre redes sociales, bodyswaps y ensayos de bodas, Freakier Friday entrega lo que promete: reflexión a través del humor. Su mensaje, aunque repetido, sigue siendo válido: para entender mejor al otro necesitamos, simbólicamente, vivir en su piel. En una sociedad cada vez más marcada por la incomunicación entre padres e hijos, este tipo de comedias siguen siendo una válvula de escape con valor mutigeneracional.
Y sí, Lindsay Lohan vuelve a tocar la guitarra eléctrica. Porque ningún revival está completo sin que la estrella resurja —ya no como la chica rebelde que fue, sino como la madre que aprende de su hija. Esa narrativa, en sí misma, quizás sea la más poderosa de todas.
“Freakier Friday” estrena en 2025, con una duración de 111 minutos. Calificada PG por “elementos temáticos, humor grosero, lenguaje y algunas referencias sugestivas”.
Calificación: ★★★☆☆ (3/5)
Dirección: Nisha Ganatra
Protagonistas: Jamie Lee Curtis, Lindsay Lohan, Julia Butters, Sophia Hammons, Manny Jacinto, Chad Michael Murray, Mark Harmon.
Producción: Walt Disney Studios