Gaza en ruinas: el calvario del Hospital Shifa y la lucha por la supervivencia
Entre bombardeos, bloqueos y hambre, el icónico centro médico de Gaza se desmorona mientras su personal se aferra a salvar vidas contra todo pronóstico
Un hospital convertido en trinchera
Durante décadas, el Hospital Shifa fue el pilar del sistema sanitario de Gaza. Fundado en 1946 como un puesto militar británico, llegó a ser un complejo hospitalario de siete campos de fútbol, dotado con quirófanos de alta especialización, incluyendo neurocirugía. Pero desde octubre de 2023, Shifa ha pasado de ser símbolo de esperanza a encarnar la catástrofe humanitaria más grave en Palestina desde mediados del siglo XX.
Los 22 meses de asedio israelí, con bombardeos sistemáticos, incursiones militares y bloqueo de insumos médicos, han reducido a cenizas este hospital. Hoy, solo tres quirófanos siguen funcionando y apenas lo hacen con normalidad. En palabras del joven neurocirujano Jamal Salha: “Es tan malo que nadie puede imaginarlo… Han destruido todos nuestros recuerdos”.
El colapso total del sistema de salud
Shifa, que alguna vez contó con 700 camas y 1.600 trabajadores médicos, ahora solo puede operar con unas 200 camas y la mitad del personal. Muchos sanitarios han huido; otros simplemente no pueden seguir trabajando sin comida, medicinas ni salario. Quienes quedan apenas se sostienen de pie, en un escenario en el que la esterilización no existe, los quirófanos son improvisados en pasillos y los pacientes mueren esperando atención.
“No hay ventilación, no hay electricidad, los pacientes gimen de dolor en medio del calor insoportable”, relata Salha. En lo que solía ser una sala de almacenamiento, hoy yace Mosab al-Dibs, un niño de 14 años con una fractura cerebral y desnutrición severa. Miles de casos similares se agrupan en tiendas de campaña improvisadas y ruinas infestadas de moscas.
Datos escalofriantes: el hambre como arma
Desde el inicio del conflicto en octubre de 2023, más de 193 personas, incluidos 96 niños, han muerto por malnutrición, confirma el Ministerio de Salud de Gaza. Además, cerca de 1.400 palestinos han sido asesinados mientras buscaban ayuda humanitaria, ya sea junto a convoyes de la ONU o en puntos organizados por la controvertida Gaza Humanitarian Foundation (GHF).
La GHF, una organización respaldada por Israel y contratistas estadounidenses, ha sido señalada por expertos independientes de la ONU como un “ejemplo atroz de cómo la ayuda humanitaria puede ser utilizada para fines encubiertos militares y geopolíticos”. Según reportes, muchos palestinos mueren intentando llegar hasta estos sitios, controlados por contratistas armados que han utilizado espray pimienta o disparos al aire para dispersar multitudes hambrientas.
Reocupación, chantaje y desplazamientos forzados
En pleno debate sobre el futuro de Gaza, el gobierno de Israel —presionado por sus aliados más radicales— ha insinuado su intención de reocupar completamente la Franja, desplazando a gran parte de su población y restableciendo asentamientos judíos. La propia estructura de entrega de ayuda, rechazada por la ONU, refuerza esta hipótesis: cada vez más palestinos deben viajar kilómetros entre ruinas, arriesgando sus vidas para conseguir algo de agua o comida.
“Israel intenta utilizar la ayuda como método de control poblacional”, alertó en junio de 2025 el portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos. Las condiciones impuestas obligan a los civiles a elegir entre el hambre o convertirse en blancos fáciles.
La vida (y la muerte) en medio del colapso
Desde niños desnutridos que mueren por falta de suero, hasta madres cuyos partos terminan en tragedia por no poder acceder a una incubadora; las imágenes se multiplican. En marzo de 2024, la Organización Mundial de la Salud confirmó la destrucción de 14 incubadoras tras una segunda incursión militar israelí en Shifa. El oxígeno se acabó. La mayoría de los quirófanos quedaron sepultados bajo los escombros.
Salha, que en menos de un año ha hecho más de 200 operaciones, recuerda con angustia cuando no pudo admitir a una paciente con hemorragia cerebral tratable. No había camas, ni oxígeno, apenas había ambulancias. El traslado a otro hospital requería un acompañante técnico, pero ante el temor a bombardeos, nadie podía ir. “Tuve que decirle a su familia que la íbamos a dejar morir”, confiesa.
El desgarrador presente del Hospital Shifa
- De 21 quirófanos, solo tres en funcionamiento parcial.
- De 700 camas, apenas se logra operar con 200.
- Más de 60% de los profesionales sanitarios han huido o no pueden trabajar.
- No hay equipamiento básico: se reutiliza instrumental sin esterilizar, a veces con jabón.
- Pacientes en el suelo, habitaciones sin techo o ventilación; moscas y excremento médico por doquier.
En un anexo improvisado dentro del hospital, el niño Mosab al-Dibs —cuando aún se mantenía consciente— apenas podía comunicarse, su cuerpo reducido a piel y huesos. Su madre, entre lágrimas, susurra: “Ahora quien entra a Shifa no sale con vida. Es una hospital solo de nombre”.
Cita con la muerte: buscar comida puede costar la vida
En las últimas 72 horas, al menos 38 palestinos fueron asesinados mientras buscaban ayuda humanitaria cerca del corredor Morag, al sur de Gaza, y en los alrededores de instalaciones de la GHF. Aunque las Fuerzas de Defensa Israelíes alegan haber hecho disparos de advertencia, los balances hospitalarios contradicen estas versiones.
La complejidad de las operaciones de ayuda humanitaria se ha agravado por ataques coordinados de colonos israelíes, como en el paso entre Jordania y Cisjordania, donde apedrearon camiones jordanos cargados de suministros.
¿Y el derecho internacional humanitario?
Organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch han documentado sistemáticamente el uso de la ayuda como táctica de guerra, lo cual puede constituir crímenes de guerra bajo el Estatuto de Roma. Según sus informes, la indiscriminación de ataques a civiles, hospitales y personal médico es sistemática. Shifa, al igual que otros centros médicos, ha perdido su escudo legal porque Israel sostiene que Hamas “se infiltra” en estos lugares, aunque no ha presentado más pruebas que un túnel con dos habitaciones descubiertas en noviembre de 2023.
Esperanza entre los escombros
No todo es dolor sin salida. Algunos pacientes, como una niña herida en la cabeza, lograron sobrevivir gracias a la rápida intervención de Salha y su equipo, quienes aún sin anestesia ni material quirúrgico adecuado, lograron estabilizarla. “Ella perdió la vista durante el trauma, pero meses después me saludó. Su visión era mejor que la mía”, recuerda el médico. “A veces siento que operamos dormidos y un día despertamos preguntándonos: ¿qué acaba de pasar?”.
El Hospital Shifa es hoy metáfora del sufrimiento colectivo del pueblo gazatí. Pero también representa su resistencia. Mientras la comunidad internacional debate resoluciones y la reocupación de Gaza es objeto de especulación geopolítica, médicos como Salha siguen realizando cirugías con cuchillas sin filo, apagones y hambre en el estómago.
En un rincón devastado del mundo, donde la muerte parece cada vez más cotidiana, la humanidad empieza en el bisturí de un joven doctor que, a pesar de todo, se niega a abandonar su hospital.