La última esperanza del león del Atlas: ¿es posible su reintroducción en África?
Con menos de 200 ejemplares vivos en cautiverio, los esfuerzos para devolver al Barbary lion a su hábitat natural señalan una batalla entre la ciencia, la burocracia y la historia
En las onduladas colinas del norte de África, alguna vez rugió el gran león del Atlas. Hoy, solo sobrevive entre las barreras de acero de zoológicos europeos y algunos pocos centros de conservación.
El Panthera leo leo, también conocido como león del Atlas o león de Berbería, fue una de las subespecies más emblemáticas y majestuosas del planeta. Casi exterminado por los romanos, cazadores coloniales y la creciente presión humana sobre su ecosistema, hoy su historia está confinada a cautiverios y cuentos del pasado. Sin embargo, un reciente nacimiento en la República Checa ha vuelto a encender esa chispa de esperanza que podría resonar más allá de los barrotes.
Un nacimiento simbólico en Dvůr Králové
En agosto de 2025, cuatro cachorros de león del Atlas —tres hembras y un macho— vieron la luz en el Parque Safari Dvůr Králové, reconocido centro de conservación en la República Checa. Bajo la atenta mirada de sus padres, Khalila y Bart, los pequeños retozan entre árboles y estructuras de juego.
“Es un regalo para la conservación”, declaró Jaroslav Hyjánek, subdirector del parque, quien también confirmó que los cachorros serán transferidos a otros zoológicos participantes, como el de Beersheba en Israel, bajo un programa internacional dedicado a especies en peligro.
Este éxito reproductivo no solo es biológicamente importante. Es un recordatorio tangible de que hay vida posible para una especie considerada extinta en estado salvaje desde mediados del siglo XX.
¿Quiénes fueron los leones del Atlas?
Históricamente distribuidos por Marruecos, Argelia y Túnez, los leones del Atlas fueron venerados por su tamaño imponente, melena oscura y comportamiento regio. Gladiadores en la Antigua Roma lucharon contra ellos en coliseos, y durante el período colonial fueron cazados como trofeos de lujo. La última fotografía documentada de un león del Atlas en cautiverio data de 1925, y el último avistamiento conocido en vida libre ocurrió en 1942.
Para los años 60, se dio por hecho que quedaban extintos en la naturaleza. Solo alrededor de 180 a 200 ejemplares sobreviven en zoológicos de todo el mundo, muchos de ellos descendientes directos de animales regalados tradicionalmente por el Sultán de Marruecos a gobernantes europeos.
Conservación genética e identidad perdida
Una de las controversias más grandes dentro de la biología de conservación del león del Atlas es la cuestión de la genética:
- La falta de especímenes salvajes impide comparaciones directas de ADN.
- Muchos de los leones actuales en cautiverio tienen ascendencia mestiza.
- Esto dificulta establecer una población pura para una eventual reintroducción.
No obstante, avances en análisis genómicos han permitido identificar linajes relativamente puros. Algunos proyectos, como el del parque Dvůr Králové, han construido registros cuidadosos para reproducir individuos genéticamente viables.
Reintroducción: ¿un sueño realista?
Hyjánek anunció que se están llevando a cabo conversaciones exploratorias con las autoridades marroquíes para considerar una posible reintroducción del león del Atlas en su hábitat ancestral, especialmente en los montes del Atlas.
Los retos son múltiples:
- Falta de presas naturales: sin gacelas, ciervos o jabalíes en abundancia, los leones no podrían sostenerse.
- Presión humana: las zonas rurales cercanas a áreas protegidas pueden entrar en conflicto con la vida silvestre.
- Adaptación ambiental: la especie lleva generaciones fuera de su entorno natural, lo que podría afectar su comportamiento.
- Burocracia: múltiples leyes y tratados implican tiempo y cooperación internacional.
Aunque la viabilidad del plan aún está en estudio, está previsto un congreso internacional de especialistas en fauna silvestre en Marruecos en finales de 2025 o inicios de 2026. Allí se discutirán los pasos necesarios para determinar si una reintroducción sostenible es factible.
Lecciones de otras especies reintroducidas
No sería la primera vez que la humanidad intenta devolver a su entorno a un animal extinto localmente. Algunos ejemplos que sirven como precedentes:
- Lobos grises en Yellowstone (EE.UU.): reintroducidos en 1995, lograron restablecer el equilibrio del ecosistema.
- Caballos de Przewalski en Mongolia: declarados extintos en vida libre, regresaron en los años 90 gracias a zoológicos europeos.
- Búfalos europeos en Rumanía y Polonia: reintroducidos con éxito y monitoreados de cerca.
Estos casos evidencian que, con planificación, seguimiento y compromiso político, la restauración ecológica puede ser más que una utopía.
¿Por qué luchar por su regreso?
Más allá del romanticismo de devolverle a África uno de sus símbolos icónicos, la reintroducción del león del Atlas tiene implicaciones de gran alcance:
- Educación: fomenta conciencia sobre la pérdida de biodiversidad.
- Turismo sostenible: podría convertirse en motor económico en regiones rurales de Marruecos.
- Restauración de ecosistemas: el gran felino es un depredador clave, cuya presencia beneficia a múltiples especies.
Pero quizás el argumento más poderoso es uno ético: si contribuimos a su extinción, ¿no es también nuestro deber tratar de devolverle su lugar al planeta?
¿Y si fallamos?
La reintroducción conlleva riesgos: muerte prematura de individuos, conflictos humanos, costos financieros altos y fracasos técnicos. Sin embargo, las instituciones modernas, con décadas de experiencia en este tipo de proyectos, han aprendido a manejar tales desafíos con protocolos científicos y participación comunitaria.
Y como dijo Hyjánek al ser consultado sobre el futuro: “Es importante tener una visión para cualquier animal. Sin ella, la existencia de los zoológicos no tendría sentido.”
El rugido que aún no muere
Aunque solo resonaron durante un instante en la República Checa, los rugidos de los cachorros pueden rebotar con eco en los cañones del Alto Atlas o los árboles del Rif, si el mundo —por una vez— tiene la voluntad de hacer justicia no solo con su pasado, sino con su futuro natural.
La hora de actuar es ahora, antes de que el león Barbary sea solo un mito más del desierto.