Trump, India y el petróleo ruso: la guerra arancelaria que amenaza al nuevo orden económico

Mientras castiga a India con tarifas del 50%, Trump refuerza la industria estadounidense con Apple y reconfigura las relaciones comerciales globales

El nuevo frente en la guerra económica: el castigo a India

El expresidente Donald Trump ha vuelto a sacudir el tablero geopolítico con una decisión de alto impacto. En una movida que refuerza su política de presión económica, Trump firmó una orden ejecutiva que impone un arancel adicional del 25% a la India por la compra de petróleo ruso, llevando el total de tarifas impuestas por Estados Unidos al país asiático a un sorprendente 50%.

Esta nueva medida, que entrará en vigor en 21 días, se produce en un contexto geoestratégico complejo, en el que múltiples naciones buscan reposicionar sus alianzas energéticas y comerciales tras años de tensiones provocadas principalmente por la invasión rusa a Ucrania y la rivalidad Estados Unidos-China.

¿Por qué India?

India, el país más poblado del mundo, ha buscado equilibrar sus alianzas globales mientras prioriza su crecimiento económico. Nueva Delhi mantiene relaciones cercanas tanto con Washington como con Moscú, pero su creciente importación de crudo ruso ha encendido las alarmas en la Casa Blanca.

El gobierno de Trump, conocido por su enfoque mercantilista, ve el comercio de energía con Rusia como una violación implícita del intento occidental de aislar a Moscú económicamente. En consecuencia, castiga a India, a pesar de su importancia como socio comercial y contrapeso a la influencia china en la región Asia-Pacífico.

China, ¿el elefante en la habitación?

Resulta llamativo que China, otra nación que compra petróleo ruso en grandes cantidades, no haya sido objeto de tarifas similares en esta ocasión. Aunque Estados Unidos ya impuso un arancel del 30% a productos chinos —y Beijing respondió con un 10%—, muchos observadores se preguntan por qué India fue blanco de nuevas sanciones y no su vecino del este.

La respuesta podría estar en las negociaciones comerciales en curso entre Washington y Pekín, donde ambas potencias intentan alcanzar un acuerdo que reduzca las tensiones. Castigar a China con nuevos aranceles podría dinamitar esos diálogos, algo que el expresidente parece querer evitar... por ahora.

El plan Trump: castigo afuera, protección adentro

La visión económica de Donald Trump combina proteccionismo selectivo con nacionalismo industrial. Prueba de ello es el otro gran anuncio hecho este miércoles: Apple se comprometió a invertir 100 mil millones de dólares adicionales en Estados Unidos durante los próximos cuatro años.

La portavoz de la Casa Blanca, Taylor Rogers, lo resumió así: “Este anuncio con Apple es otra victoria para nuestra industria manufacturera que ayudará simultáneamente a reubicar la producción de componentes críticos y proteger la seguridad económica y nacional de Estados Unidos”.

Sumado a los $500 mil millones que Apple ya había planeado, el nuevo monto lleva la inversión total a $600 mil millones, en un claro respaldo a los esfuerzos de reindustrialización impulsados por la Casa Blanca.

Apple en la mira: entre China e India

Apple no es una empresa cualquiera. Es el gigante tecnológico estadounidense por excelencia y símbolo de innovación y poder global. Por eso, las críticas recientes de Trump hacia la compañía y su CEO, Tim Cook, fueron tan notorias.

Durante una visita a Qatar a inicios de año, Trump declaró haber tenido una conversación con Cook donde le dejó claro: “No quiero que construyas en India”. Esta frase ilustra su rechazo a que empresas norteamericanas trasladen producción fuera del país, especialmente a lugares que ahora están sujetos a sus sanciones comerciales.

Apple ha estado intentando diversificar su cadena de suministro, trasladando parte de la producción de iPhones desde China a India, en reacción a las tensiones sino-estadounidenses. Pero con esta nueva orden, Trump envía una señal fuerte a otras multinacionales: fabricar en India ya no es una salida aceptable para evitar las tarifas dirigidas a China.

¿Un nuevo orden comercial global?

Este movimiento podría tener ramificaciones significativas. India, además de ser el mercado emergente más importante del mundo, es también un actor clave en la estrategia global de empresas como Apple, Google y Tesla. Aumentarle los costos de exportación complica su ascenso como alternativa industrial a China.

La idea del “China+1” —estrategia empresarial para reducir la dependencia de la manufactura china sumando operaciones en otro país, con India como opción estrella— ahora se encuentra en una encrucijada. Con las nuevas tarifas, ese “+1” podría tener que cambiar de nombre... o volver a casa.

India responde con mesura, pero evalúa opciones

En Nueva Delhi, la reacción ha sido contenida, al menos inicialmente. Voceros del gobierno indio han asegurado que mantendrán líneas diplomáticas abiertas y que están evaluando el impacto de las sanciones antes de tomar medidas. Dado el margen de 21 días antes de que las tarifas entren en vigor, es probable que haya negociaciones intensas entre ambos gobiernos.

Según datos del Ministerio de Energía indio, el crudo ruso representó el 30% de sus importaciones de petróleo en el último año. Renunciar repentinamente a estos envíos tendría un costo operativo y financiero sustancial para la India, que aún depende en gran medida de la importación de energía.

La paradoja de la independencia energética

Irónicamente, la administración Trump ha pregonado durante años la búsqueda de independencia energética global y la diversificación de suministros, especialmente para democracias emergentes. Castigar a India por hacer justo eso —aunque lo haya hecho con un rival geoestratégico como Rusia— puede verse como un mensaje contradictorio.

Además, si Estados Unidos insiste en aplicar medidas similares a otros socios que hagan negocios con Moscú, podría terminar aislándose diplomáticamente. Ya ha habido voces en la Unión Europea criticando este tipo de sanciones secundarias que dificultan la cooperación con Washington.

Apple, beneficiada a pesar del fuego cruzado

En contraste, Apple se encuentra en un lugar privilegiado. A pesar de las presiones sobre su estrategia de producción, la compañía cierra filas con Washington y gana un crédito político importante con su nueva mega inversión. La cifra de $600 mil millones no solo impresiona, también simboliza una victoria narrativa en tiempos de ansiedad económica.

Con esta jugada, Cook y compañía podrían ganarse más margen de maniobra, evitando llamados públicos de boicot de parte del expresidente o de sus aliados en el Congreso.

¿Y qué viene después?

Este capítulo apenas comienza. La estrategia económica de Trump, en caso de regresar a la Casa Blanca, promete más confrontaciones, menos globalismo y fuertes incentivos al “Made in USA”. India, por su parte, tendrá que repensar su rol en la economía mundial y decidir si vuelve sus ojos a Europa, Rusia o redobla sus lazos con Estados Unidos.

Mientras tanto, el ciudadano común —en lugares tan distantes como Bangalore o San Francisco— observará con preocupación cómo decisiones tomadas en Washington afectan desde el precio del iPhone hasta el costo de la gasolina.

Fuentes:

  • Ministerio de Energía de India (datos de importación de crudo)
  • Bloomberg News – Anuncio de inversión de Apple
  • Declaraciones públicas de Donald Trump, febrero 2025
  • Oficina del Representante Comercial de EE.UU. (informes de tarifas)
Este artículo fue redactado con información de Associated Press