África bajo presiones externas: migración, conservación de rinocerontes y una creciente crisis de drogas

Un análisis de tres desafíos que afectan al continente africano: políticas migratorias punitivas de EE. UU., la conservación crítica de los rinocerontes y la lucha social contra las drogas en Liberia

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Un continente entre fronteras cerradas, biodiversidad en peligro y juventud atrapada por las drogas

En las últimas semanas, África ha sido escenario de medidas, informes y protestas que muestran tanto la presión externa que afrontan algunos de sus países, como los enormes retos internos que enfrentan comunidades enteras. Desde las nuevas restricciones de visado impuestas por Estados Unidos a ciudadanos de varios países africanos, pasando por las inquietantes cifras de conservación de especies en peligro como los rinocerontes, hasta el grito desesperado de las madres liberianas contra una epidemia de drogas, el continente resume hoy una encrucijada social sin precedentes.

EE. UU. cierra puertas: las nuevas restricciones migratorias para Zimbabwe, Zambia y Malawi

El gobierno estadounidense, bajo políticas implementadas durante la administración de Donald Trump y todavía en vigencia parcial, dio otro paso hacia el endurecimiento migratorio contra países africanos. El punto más reciente fue la suspensión temporal de todas las solicitudes regulares de visa para ciudadanos de Zimbabwe. La medida fue anunciada por la Embajada de Estados Unidos en Harare, argumentando preocupaciones por el incumplimiento de normas migratorias y el creciente número de personas que exceden el plazo permitido en sus visas.

Además, se puso en marcha un programa piloto de fianza para quienes soliciten visas de turismo o negocios desde Zambia y Malawi. Según esta política, los solicitantes deberán depositar una fianza de entre 5.000 y 15.000 dólares, que perderán si no abandonan el país al vencimiento de su visa.

Estas medidas han sido duramente criticadas por organismos de derechos humanos, pues afectan directamente a naciones ya golpeadas social y económicamente, limitando aún más las oportunidades de sus ciudadanos. De los 36 países señalados por EE. UU. para mejorar sus controles migratorios, la mayoría son africanos.

El rinoceronte: símbolo de resistencia y tragedia africana

En el lado ambiental, el último reporte de la Fundación Internacional del Rinoceronte ha traído una combinación de noticias alentadoras y preocupantes. Por un lado, la especie del rinoceronte negro, en peligro crítico de extinción, ha mostrado una leve recuperación, pasando de 6.195 ejemplares censados en 2021 a 6.788 en 2024. Este aumento es resultado de grandes esfuerzos de conservación realizados principalmente en Kenia, Namibia y Sudáfrica.

Sin embargo, no todas las especies comparten la misma suerte. Los rinocerontes blancos, más numerosos, han sufrido una disminución crítica y ahora se estima que solo quedan 15.752 ejemplares. Más trágica aún es la situación de los rinocerontes de Java, cuya población se ha desplomado de 76 a solo 50 ejemplares, todos concentrados en el Parque Nacional Ujung Kulon, en Indonesia. ¿La causa principal? La caza furtiva y el tráfico ilegal de sus cuernos, altamente cotizados en mercados asiáticos.

Un nuevo mapa del tráfico ilegal

Un dato alarmante del informe revela nuevas rutas de contrabando, incluyendo una emergente entre Sudáfrica y Mongolia, y el uso de Qatar como centro logístico para el tránsito de cuernos de rinoceronte. Solo en Sudáfrica, país que alberga la mayor población de rinocerontes del mundo, se pierden entre 400 y 500 animales al año debido a la caza ilegal.

En respuesta a esto, científicos han comenzado a implementar métodos inusuales para frenar el contrabando, como la inyección de trazadores radioactivos en cuernos de rinocerontes vivos. Aunque no representa un peligro para el animal, permitiría detectar los cuernos en controles aduaneros. Es una muestra de desesperación en una guerra que se libra tanto en los campos de conservación como en los tribunales internacionales.

“Droga es muerte”: Liberia clama por ayuda ante una crisis de adicción

Mientras tanto, en Liberia, miles de mujeres tomaron las calles de Monrovia para manifestarse contra una silenciosa pero devastadora amenaza: el consumo masivo de drogas entre jóvenes. Según datos de la Agencia de Control de Drogas de Liberia, al menos uno de cada cinco jóvenes ha consumido sustancias ilícitas, y se han identificado más de 800 "guaridas de droga" dentro de la capital.

El reclamo principal de las organizaciones lideradas por mujeres es claro: que el gobierno decrete estado de emergencia nacional y establezca penas más altas contra el narcotráfico y el consumo, proponiendo incluso sentencias mínimas de 20 años para crímenes relacionados con drogas de primer grado.

“Este es un grito de desesperación, porque estamos perdiendo a nuestras hijas e hijos, y no hay política pública efectiva para rescatarlos”, declaró Bowoulo Taylor Kelley, miembro prominente de la Asociación de Abogadas de Liberia.

Detrás de las movilizaciones hay historias como la de Joanna Jah, madre de un joven víctima de la drogadicción, quién expresó: “Esta marcha es mi último recurso. Hemos intentado todo. La droga ha destruido nuestras familias”.

¿Qué droga domina las calles?

La sustancia más común es el kush, un producto sintético extremadamente barato que circula en países como Sierra Leona y Liberia. Aunque su composición varía, en muchas ocasiones contiene opioides sintéticos similares al fentanilo, lo que lo hace altamente adictivo y mortal. Su popularidad ha crecido vertiginosamente, dada la pobreza, el desempleo juvenil y el fácil acceso en zonas marginales.

El presidente Joseph Boakai, quien asumió el cargo en 2023 con la promesa de atacar frontalmente la crisis de drogas, ha sido duramente criticado por las organizaciones sociales por la aparente lentitud en la implementación de políticas efectivas.

¿Tienen solución estos tres desafíos?

Desde las medidas migratorias restrictivas de EE. UU. hasta la preservación de especies icónicas en peligro y la crisis de salud pública vinculada a las drogas en jóvenes africanos, los desafíos parecieran inmensos y, en muchos casos, interconectados.

Son temas que no se resuelven de forma unilateral. Las visas condicionadas por altísimas fianzas pueden parecer una solución inmediata para evitar la inmigración irregular, pero a la larga pueden fomentar el resentimiento y la falta de cooperación. La defensa de la biodiversidad exige apoyo internacional más allá de la donación de fondos; requiere investigación, apoyo tecnológico y voluntad política. Combater el narcotráfico, por su parte, demanda una acción conjunta entre gobiernos, sociedad civil, organismos internacionales y líderes comunitarios.

África no necesita más discursos de lástima ni políticas punitivas unilaterales. Requiere una verdadera alianza global que comprenda sus desafíos únicos y se comprometa con soluciones sostenibles, multidimensionales y, sobre todo, humanas.

Nota: Las estadísticas sobre los rinocerontes provienen de la International Rhino Foundation y las cifras de consumo de drogas en Liberia de la Liberia Drug Enforcement Agency.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press