Donald Trump contra los bancos y la estadística: ¿defensa del conservadurismo o poder mal dirigido?

Desde el 'debanking' hasta el control de la Reserva Federal y el Censo, el expresidente busca reescribir las reglas de juego institucionales en favor de su narrativa

Un mandato presidencial para investigar a los bancos

En un giro político que ha despertado intensos debates, el expresidente Donald Trump firmó recientemente una orden ejecutiva para investigar si los bancos han discriminado contra conservadores y ciertas industrias como las criptomonedas y los fabricantes de armas. El fenómeno al que se refiere —el "debanking"— acontece cuando una institución financiera cierra cuentas o rehúsa trabajar con individuos o sectores específicos considerados de alto riesgo.

La orden ejecutiva instruye a los reguladores bancarios federales a garantizar que no exista discriminación por motivos ideológicos o religiosos. En un plazo de 120 días, deberán remitir los casos identificados al Departamento de Justicia. Esta medida suscita interrogantes profundos sobre la independencia económica del país, el papel de las instituciones financieras y el equilibrio con los derechos constitucionales.

¿Qué es el "debanking" y por qué importa ahora?

Según diversas fuentes, los grandes bancos como JPMorgan y Bank of America habrían cerrado cuentas vinculadas a Trump tras su salida de la Casa Blanca. Ambos negaron que haya habido motivaciones políticas. No obstante, la acusación apunta al uso del concepto de "riesgo reputacional" como excusa para apartarse de industrias mal vistas o controvertidas desde la óptica de la opinión pública.

Históricamente, esta práctica no es nueva. Durante los años de Barack Obama, el Departamento de Justicia instó a los bancos a evitar relaciones con industrias consideradas de alto riesgo, como prestamistas de día de pago y fabricantes de armas. Esta política fue conocida como "Operation Choke Point" y fue duramente criticada por conservadores, quienes ahora ven paralelismos con lo que ocurre con las criptomonedas.

El sector cripto y su nueva cercanía con Trump

Si bien la administración de Biden no ha ordenado explícitamente el bloqueo de cuentas a empresas cripto, sus reguladores sí emitieron señales de advertencia sobre los riesgos de estos activos. Esto generó lo que muchos colegas y medios dentro del entorno de Trump denominan “Operation Choke Point 2.0”. Este lenguaje encendió aún más las alarmas en la industria de las criptomonedas, que ha empezado a alinearse más con el Partido Republicano.

Trump ha capitalizado ese rechazo. Durante su primer mandato, mantuvo una postura ambigua frente a las criptomonedas, incluso llamándolas “fraude”. Ahora, parece verlas como una vía para sumar apoyos clave entre los tecnolibertarios y jóvenes empresarios. No sorprende entonces que el Bitcoin Political Action Committee (PAC) haya comenzado a respaldar su retorno a la Presidencia con donaciones sustanciales.

Un nuevo censo y la exclusión de inmigrantes indocumentados

En otra acción altamente polémica, Trump ordenó al Departamento de Comercio que elabore un nuevo censo excluyendo a inmigrantes en situación irregular. El expresidente argumentó que esto es necesario para asegurar que la distribución de poder político y recursos federales refleje “hechos y cifras modernas”.

Esta decisión intenta reinterpretar la 14.ª Enmienda, que establece claramente que el “número total de personas” será utilizado para asignar escaños en el Congreso. Durante su primer mandato, Trump ya intentó excluir a inmigrantes sin documentos del conteo, pero fue bloqueado por la Suprema Corte.

Expertos como Terri Ann Lowenthal y Margo Anderson han señalado que un censo a mitad de década solo puede hacerse en años terminados en 5 y no se puede utilizar para la redistribución política. Además, este tipo de esfuerzo requeriría el visto bueno del Congreso y una maquinaria burocrática gigante, que demora años en ponerse en marcha.

La última vez que se discutió seriamente un censo a mitad de década fue en los años 70, pero el Congreso nunca aprobó los fondos. Hoy día, la American Community Survey ya cumple esa función de forma continua.

Política fiscal, Reserva Federal e inflación

Otra jugada estratégica de Trump fue nombrar a Stephen Miran como miembro del Directorio de la Reserva Federal. Miran, actual presidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, ha sido un férreo promotor de medidas trumpistas como recortes impositivos y aranceles.

Este nombramiento lleva implicaciones inquietantes. La independencia de la Reserva Federal ha sido clave para decisiones impopulares pero necesarias —como aumentar tasas de interés durante la inflación. Trump, sin embargo, ha atacado públicamente a Jerome Powell, presidente de la Fed, llamándolo “un estúpido terco”. El objetivo de incorporar a Miran parece claro: influir decisiones monetarias desde una óptica populista, sobre todo en aras de rebajar las tasas antes de las elecciones presidenciales de 2024.

Reacciones y peligros institucionales

Numerosas voces han expresado preocupación por la politización creciente de entidades tradicionalmente neutrales. La ACLU ha condenado la propuesta de cambiar el censo, calificándola como un intento de “borrar” poblaciones enteras. “El censo refleja a Estados Unidos tal como es —no como algunos quisieran verlo”, declaró Sophia Lin Lakin, directora del Proyecto de Derechos Electorales.

En términos económicos, Jim Bianco, analista financiero, señaló en una entrevista con Bloomberg que “cualquier intento de socavar la independencia de la Reserva Federal puede tener consecuencias graves sobre los mercados y la inflación”.

Muchos advierten que esto forma parte de un plan mayor: reformular la estructura institucional norteamericana con fines partidistas. Trump ya ha presionado a estados como Texas, Missouri e Indiana para que redistriten antes de lo normal, alegando que “están perdiendo oportunidades políticas” de sumar escaños republicanos.

Una tendencia hacia el autoritarismo de datos

La destitución reciente de Erika McEntarfer, directora de la Oficina de Estadísticas Laborales, también encaja en este patrón. Tras la revisión a la baja del empleo añadido en mayo y junio, que contradecía el discurso de reactivación trumpista, fue cesada abruptamente. Según Anderson, profesora emérita de la Universidad de Wisconsin-Milwaukee, “Trump está destruyendo el sistema estadístico federal. Busca datos que refuercen sus logros percibidos”.

¿Libertad o manipulación institucional?

El trasfondo de toda esta estrategia parece ser ideológico y electoral. Trump afirma defender la libertad de expresión y religión, pero sus críticos sostienen que busca moldear las instituciones a su imagen. Al cuestionar la neutralidad de bancos, estadísticas y organismos federales, erosiona la confianza del público en la objetividad de estas instancias.

Ante las elecciones de 2024, el mensaje de Trump es claro: el sistema está en su contra, y debe ser rediseñado. El verdadero dilema es si este rediseño responde a los intereses del país o solo a los de un hombre que se niega dejar atrás el poder.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press