El giro de Trump hacia las criptomonedas en los planes 401(k): ¿revolución financiera o riesgo calculado?
La orden ejecutiva que permite incluir inversiones en criptoactivos y capital privado en los planes de jubilación estadounidenses genera tanto entusiasmo como preocupación
Un cambio histórico para los planes de jubilación
El expresidente Donald Trump firmó recientemente una orden ejecutiva que sacude los cimientos del sistema de jubilación estadounidense. Esta medida abre la puerta a que los planes 401(k)—utilizados por millones de trabajadores para ahorrar durante sus años laborales—incluyan opciones de inversión en capital privado, criptomonedas e incluso bienes raíces.
Bajo el marco legal vigente, muchos de estos activos estaban tradicionalmente excluidos de los planes 401(k) debido a su alta volatilidad, falta de liquidez y riesgos inherentes. No obstante, esta nueva directriz tiene como objetivo ampliar la diversidad de activos disponibles, lo que podría beneficiar a inversores más jóvenes y con mayor tolerancia al riesgo, pero también expone a millones de trabajadores a inversiones que históricamente han desconcertado incluso a expertos.
¿Una democratización del riesgo?
Desde Wall Street hasta Silicon Valley, la propuesta fue recibida con entusiasmo por varios sectores. El CEO de Swan Bitcoin, Cory Klippsten, dijo: “Era inevitable que el bitcoin llegara a los 401(k). A medida que los fiduciarios comprendan el potencial ajustado al riesgo de Bitcoin a largo plazo, veremos asignaciones crecientes, especialmente entre jóvenes profesionales con mentalidad tecnológica”.
La medida beneficia directamente a sectores financieros que tradicionalmente estaban excluidos del alcance jubilatorio estadounidense, como el sector de capital privado, valorado en más de $5 billones, y el emergente mundo cripto, sobre todo después del crecimiento explosivo del bitcoin y otras criptodivisas en la última década.
¿Qué es un plan 401(k) y por qué importa?
Un 401(k) es un plan de jubilación patrocinado por el empleador que permite a los trabajadores ahorrar parte de su salario sin pagar impuestos sobre esa porción hasta el momento del retiro. Estos planes han servido como una base fundamental del ahorro para la jubilación en EE.UU. desde la promulgación de la Ley ERISA en 1974 (Employee Retirement Income Security Act).
Hasta ahora, los activos incluidos en los fondos ofrecidos por los 401(k) eran conservadores por diseño: acciones, bonos, fondos indexados y otras inversiones estándar que cumplen con requisitos de liquidez, transparencia y rendimiento histórico. La nueva disposición cambia dicho paradigma.
Los ganadores: industrias cripto y de inversión alternativa
Entre los principales beneficiarios de esta medida se encuentran firmas como Coinbase, que donó millones a la campaña de reelección de Trump en 2024, además de financiar un desfile militar organizado durante su gestión. También destacan firmas gigantes de capital privado como Blackstone, cuyo CEO Steve Schwarzman ha declarado desde 2017 que permitir el acceso a fondos 401(k) era “un sueño” del sector.
Bitcoin, por ejemplo, vio un incremento del 2% en su valor tras el anuncio, cotizando a unos $116,542. Aunque ese precio refleja una fuerte subida tras las elecciones, también subraya la volatilidad característica de estas monedas, donde movimientos de 10% diarios no son raros.
¿Y los perdedores? Riesgos legales y financieros para millones
Si bien la inclusión de nuevas opciones podría maximizar el retorno para algunos, también podría traducirse en riesgos significativos para quienes no comprendan del todo el mercado cripto o el capital privado, sectores con barreras de entrada informativas y técnicas. Profesionales de la administración fiduciaria han expresado preocupación.
Bajo presidencias anteriores, tanto demócratas como republicanas, se coincidía en que las inversiones de alto riesgo no debían formar parte del portafolio de jubilación. El cambio actual representa un giro profundo en esa filosofía.
Los reguladores federales bajo administración Biden, por ejemplo, insistían en tratar las criptomonedas con “extrema precaución” debido a su alta volatilidad e historial de fraudes. Incluso la SEC había demandado a empresas como Coinbase antes de que Trump tomara el poder. Pero bajo su mandato, esas demandas fueron desestimadas.
Preocupaciones éticas y políticas
El apoyo que el mundo cripto y el capital privado han mostrado por la administración Trump no es casualidad. Ejecutivos del rubro han visto una oportunidad de insertarse en el mercado más grande del mundo: los fondos de jubilación. Además, el hecho de que estas empresas hayan sido donantes mayores a las campañas y eventos de Trump ha despertado críticas sobre la ética de la medida.
“Trump está intercambiando la seguridad financiera del jubilado promedio por el apoyo de industrias que buscan legitimidad y ganancias inmediatas,” declaró un exfuncionario del Departamento de Trabajo que prefirió no dar su nombre.
La apuesta por la juventud: ¿los millennials y centennials están listos?
Estudios recientes muestran que los millennials y centennials ya invierten más activamente en criptomonedas que generaciones anteriores. Un sondeo de Pew Research en 2023 reveló que al menos un 38% de estadounidenses menores de 35 años habían comprado criptomonedas al menos una vez en los últimos dos años.
Muchos jóvenes ven a las criptomonedas como una forma de independencia frente a un sistema financiero tradicional que perciben como ineficiente o excluyente. Pero ser pro-cripto no implica necesariamente entender los riesgos asociados a esas inversiones a largo plazo y cómo interactúan con un portafolio jubilatorio.
¿Es Bitcoin una buena herramienta de retiro?
En términos de rentabilidad histórica, el bitcoin ha superado ampliamente a cualquier índice bursátil, como el S&P 500. Sin embargo, su alta volatilidad y vulnerabilidad a caídas drásticas (como las que ocurrieron en 2018 y 2022) ha llevado a muchos analistas a sugerir cautela.
Además, a diferencia de activos tradicionales como bonos o bienes raíces, el bitcoin no genera dividendos, intereses o flujo de caja; sólo puede producir ganancias a través de su revalorización, lo que lo convierte en una inversión especulativa por naturaleza.
La responsabilidad del empleador y los fiduciarios
Uno de los pilares de la ERISA es que los empleadores tienen la obligación fiduciaria de actuar en interés de sus empleados. Algunos analistas están planteando dudas sobre si incluir activos de alto riesgo es compatible con esta obligación legal, incluso bajo el nuevo marco.
Incluir fondos de capital privado y cripto implica costos de gestión más altos, menor liquidez, y a menudo, menos transparencia en los estados financieros. Si bien estos activos pueden ofrecer mayores rendimientos, la posibilidad de fuertes pérdidas también es real. Esto podría derivar en futuras demandas o litigios si trabajadores pierden cantidades significativas, especialmente si no comprenden a fondo en qué están invirtiendo.
¿Qué sigue ahora?
La orden ejecutiva no cambia de inmediato el funcionamiento de los planes 401(k). Las agencias regulatorias, como el Departamento de Trabajo, deben ahora iniciar procesos de revisión y redacción de nuevas reglas, lo cual podría tardar varios meses o más.
Si se implementa completamente, las empresas podrán ofrecer una gama más amplia de fondos de inversión, incluyendo aquellos con exposición directa o indirecta a criptoactivos o fondos de capital privado. Los trabajadores deberán entonces decidir si estos activos se ajustan a su perfil de riesgo y horizonte de inversión.
Una nueva etapa para las pensiones, incierta pero inevitable
Así las cosas, la inclusión de criptomonedas y capital privado en el ecosistema 401(k) podría marcar el inicio de una nueva era en las jubilaciones en EE.UU. Algunos la verán como una democratización de las finanzas. Otros, como una apuesta ideológica con consecuencias desconocidas.
Lo cierto es que esta medida vuelve a poner sobre la mesa una discusión crítica: ¿debe el futuro financiero de millones depender del entusiasmo por activos de moda o de decisiones informadas, estables y sostenibles?
La historia juzgará si esta jugada fue un giro visionario o una peligrosa liberalización de un sistema ya complejo. Hasta entonces, financieros, empleados y patrimonios estarán atentos al desenlace.