La maldición de las lesiones en la NFL: cuando el talento no basta
MarShawn Lloyd, C.J. Gardner-Johnson y James Cook enfrentan retos distintos con un mismo enemigo: la fragilidad física y el sistema exigente del fútbol americano profesional
La NFL es un campo de sueños, pero también un campo minado de lesiones y adversidades. Algunos jugadores, como Patrick Mahomes o Christian McCaffrey, logran navegar las aguas turbulentas y consolidarse como leyendas. Pero para otros, la carrera profesional se convierte en una odisea interrumpida por la recuperación física, la frustración y la duda mental.
En esta ocasión nos centramos en la historia de tres figuras que enfrentan momentos decisivos en sus carreras: MarShawn Lloyd (Green Bay Packers), C.J. Gardner-Johnson (Houston Texans) y James Cook (Buffalo Bills). Cada uno vive una situación diferente, pero todos luchan contra un enemigo común: el implacable desgaste físico y mental que conlleva la NFL.
MarShawn Lloyd: una fe que sostiene su carrera
Seleccionado por los Packers en la tercera ronda del draft de 2024, Lloyd llegó a la NFL con grandes expectativas tras brillar en la Universidad del Sur de California. Sin embargo, una sucesión de lesiones ha frustrado su desarrollo.
En su primer año apenas jugó un partido y corrió el balón solo seis veces. Lo que empezó con molestias en el tobillo y los isquiotibiales terminó en algo más grave: una apendicitis descubierta cerca de su esperada vuelta a las canchas. El golpe emocional fue fuerte, pero según dice, su fe lo ha sostenido.
“Eventualmente estas cosas pasarán y podré ser exactamente quien sé que puedo ser,”
Ahora, una lesión en la ingle amenaza con dejarlo fuera por más tiempo. Pero el entorno que lo rodea en los Packers parece estar aportándole la estabilidad que necesita para afrontar estos obstáculos. Su casillero está entre Kenny Clark, Josh Jacobs y Xavier McKinney, tres veteranos de peso que lo han guiado en la gestión de su salud y estado físico.
Relaciones clave en el vestuario
- Kenny Clark: le recomendó incorporar yoga y pilates a su entrenamiento
- Josh Jacobs: lo asesora mentalmente y lo motiva a mantenerse enfocado
- Xavier McKinney: lo orienta en temas de disciplina dentro y fuera del campo
Todo esto refleja una realidad dura pero común en la NFL: el talento por sí solo no garantiza el éxito. El cuerpo debe resistir la brutalidad de 17 semanas más playoffs, y muchos jugadores no logran mantenerse en pie lo suficiente como para desarrollarse plenamente.
La dolorosa caída de C.J. Gardner-Johnson
Mientras Lloyd sueña con un despegue, C.J. Gardner-Johnson vivía un renacer en Houston... hasta que llegó el jueves fatídico.
Durante una práctica, Gardner-Johnson intentó tacklear al receptor John Metchie. Luego del contacto con el receptor, cayó al suelo visiblemente afectado, retorciéndose de dolor sin poder apoyar su pierna derecha. Fue retirado en carrito ante la mirada atónita de compañeros y entrenadores.
“Es desgarrador cuando ves a un jugador caer así y no levantarse rápido. Esta parte del trabajo nunca es fácil.”
Gardner-Johnson, quien fue adquirido por los Texans procedente de los Eagles, llegaba con gran cartel como titular en la seguridad profunda. En 2022 fue líder en intercepciones de la liga con seis. Su carrera ha sido meteórica desde que fue seleccionado por los Saints en 2019.
Su fichaje era clave para una defensa en reconstrucción, sobre todo tras la partida de Eric Murray a los Jaguars. Ahora, la incertidumbre domina el entorno texano, con rumores de posibles reemplazos y ajustes en el sistema defensivo de Ryans.
James Cook: éxito estadístico y reclamo contractual
El caso de James Cook es diametralmente opuesto. No está en recuperación física, sino en una batalla contractual que lo mantiene alejado del campo de entrenamiento. El corredor de los Bills, líder de la NFL en touchdowns por tierra en 2024 (16 anotaciones), está optando por un ‘hold-in’ en busca de un contrato a largo plazo. Su contrato actual expira en marzo y aún no hay señales de extensión.
"Tengo un respeto enorme por él. Pero el equipo debe continuar y estoy seguro de que lo entiende."
Cook participa en reuniones y sesiones de ‘walk-through’, pero no entrena. Esto genera una dualidad: está presente, pero al mismo tiempo ausente. Los Bills evalúan incluso usar a Ray Davis como pateador emergente —un experimento interesante si se concreta en el partido de pretemporada contra los Giants.
Josh Allen, MVP vigente, respalda abiertamente a su compañero.
“Todos merecen lo suyo. James es uno de los mejores corredores del torneo y claro que lo queremos aquí.”
Números que respaldan a Cook
- Yardas por acarreo: 5.3 (quinto entre corredores titulares)
- Touchdowns por tierra (2024): 16 (empatado en el primer lugar NFL)
- Toques totales (carreras+recepciones): más de 300
Una de las anécdotas más curiosas de la semana vino del show “Hard Knocks”, donde se captó a Allen discutiendo en medio de una práctica sobre... Galileo. Una broma interna, sí, pero también una muestra de cómo la mente busca relajar tensiones en un ambiente de tanta presión.
Una liga de talento, pero también de supervivencia
La NFL es una liga que agiganta a los resilientes y entierra a los frágiles. Las historias de Lloyd, Gardner-Johnson y Cook reflejan tres caras del mismo prisma: la de la promesa que aún no logra despegar, la del veterano que sufre un revés repentino, y la del consagrado que exige respeto financiero.
Todas ellas, sin embargo, demuestran que más allá de las estadísticas, hay personas luchando cada semana, física y mentalmente, por mantener un lugar en la élite de un deporte que no perdona debilidades prolongadas.
Y mientras los fans llenan estadios, fantasean con fantasy football y vitorean a sus estrellas, en las salas médicas, oficinas contractuales y entrenamientos silenciosos, hay verdaderos dramas que definen carreras y sueños en esta compleja maquinaria llamada NFL.