Toad’s Place: Medio Siglo de Historia Musical en un Club Legendario de 1,000 Personas

De los Rolling Stones a Kendrick Lamar: cómo un modesto club de Connecticut se convirtió en catedral de la música de culto

Una joya oculta entre edificios de Yale

Ubicado en una humilde calle de una sola dirección en New Haven, Connecticut, rodeado de establecimientos universitarios como Yale, heladerías y pizzerías, se encuentra un lugar que ha sido testigo de medio siglo de historia musical: Toad’s Place. A simple vista parece solo un bar universitario, pero detrás de su fachada modesta, vive una leyenda de la música popular que ha acogido en su escenario a titánicos artistas de todos los géneros.

El nacimiento: De restaurante francés a templo del rock

Toad’s Place abrió sus puertas por primera vez en enero de 1975 como un intento de restaurante francés, idea del fundador Mike Spoerndle junto a dos socios. Sin embargo, el negocio no funcionaba como esperaban. Entonces tomaron una decisión crucial: cambiar el enfoque hacia música en vivo, cerveza barata y noches de fiesta estudiantil. El movimiento no solo salvó al lugar, sino que lo catapultó hasta los libros de historia musical.

Una promoción los martes con bandas en vivo y cervezas a 25 centavos llamó la atención de los estudiantes. Así fue como Spoerndle y luego su socio Brian Phelps, lograron encender la chispa que mantendría prendido el fuego durante cincuenta años.

De bar local a santuario de leyendas

Desde sus inicios, Toad’s Place atrajo una variedad de talentos emergentes. Uno de los primeros en tocar fue un joven Michael Bolotin, oriundo de New Haven, quien luego cambiaría su nombre a Michael Bolton y se haría famoso con baladas premiadas con el Grammy.

Con el tiempo, llegaron figuras más grandes. En 1980, Billy Joel eligió Toad’s para grabar partes de su primer álbum en vivo “Songs in the Attic”. Ese mismo año, una banda poco conocida de Irlanda llamada U2 se presentó allí como telonera. Dieron tres shows antes de despegar a la fama internacional.

Una noche por $3.01: el día que tocaron los Rolling Stones

Sin duda uno de los momentos más icónicos ocurrió el 13 de agosto de 1989. Por un módico precio de $3.01 (sí, tres dólares con un centavo), el club anunciaba la presentación de una banda local y una fiesta privada. Lo que nadie esperaba era que los Rolling Stones subieran al escenario.

La multitud de 700 personas quedó electrificada cuando Mick Jagger gritó “Start Me Up” para dar inicio a una inolvidable presentación de una hora. El club se convirtió en un mito viviente.

Bob Dylan tocó 50 canciones… en una sola noche

Otro hito irrefutable fue la presentación de Bob Dylan en 1990. Su equipo buscaba un lugar íntimo para ensayar su nueva gira, y Toad’s era el escenario ideal. El espectáculo fue una maratón musical que duró cuatro horas y abarcó más de 50 canciones, desde “Walk a Mile in My Shoes” hasta “All Along the Watchtower”. Las entradas se agotaron en tan solo 18 minutos.

El secreto del éxito: Diversidad y autenticidad

El dueño actual, Brian Phelps, quien compró la totalidad del club en 1998, atribuye la longevidad del negocio a su variedad de géneros. “Cuando mezclas estilos musicales, públicos diversos y espectáculos de todo tipo, mantienes las puertas abiertas y las historias vivas”, afirmó.

Toad’s ha acogido a representantes de todos los géneros: desde luminarias del jazz como Dizzy Gillespie y Herbie Hancock, hasta íconos del hip hop como Kendrick Lamar, Cardi B, Public Enemy y Run-D.M.C..

Hip hop, rap y reinvención de una institución

En 1992, Naughty by Nature y Public Enemy llenaron la sala. Kanye West, acompañado por John Legend, tocó allí en sus inicios en 2004. Drake electrificó el club en 2009 y Snoop Dogg hizo lo propio en el 2012 y 2014.

Toad’s nunca se ha conformado. Además de grandes nombres, también organiza concursos de bandas locales, noches de baile universitario y otros eventos para diferentes públicos.

Diversión cerca del baño de mujeres… literalmente

Aparte del escenario, hasta los baños del club narran su historia. En el baño de mujeres cuelga un póster de Jon Bon Jovi, recordando su eufórica presentación que muchas asistentes no han olvidado.

Generaciones cruzadas por una misma tarima

Bandas emergentes como Nor Fork, de Hartford, se sienten honradas de formar parte del legado. Su cantante, Rook Bazinet, de 22 años, aseguró: “Me dijeron que los Stones y Dylan tocaron acá. Ahora estoy yo. Me siento parte de la historia”.

Una noche con historia

Hoy, al entrar en Toad’s Place, no hace falta ver al artista para sentir que estás en un sitio especial. Como dijo Doug Steinschneider, músico local que presenció a los Stones desde un lateral: “No estás mirando una pantalla. Estás viendo a la banda en su estado más puro”.

Refugio para la música en vivo ante una industria digital

En una era dominada por conciertos virtuales, festivales masivos y algoritmos de Spotify, lugares como Toad’s Place son santuarios para quienes todavía creen en el poder transformador de la música en directo.

Aquí no vienen influencers de TikTok. Vienen fans, músicos, leyendas. Viene historia”, dijo un fan la noche del 50 aniversario.

Toad’s Place: más que un club

En sus 50 años, más de 1,000 artistas han subido al escenario. Y aunque hoy parezca un milagro mantener un local independiente con tanta competencia corporativa, Toad’s lo hace con pasión, consistencia y memoria.

Quizá el precio de entrada ya no sea de $3.01, pero lo que sigue siendo impagable es presenciar cómo cada acorde, cada riff, cada verso, forma parte de una melodía más grande: la banda sonora de medio siglo de cultura musical… en un rincón inolvidable de Connecticut.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press