¿Crisis en Queens? El bajón ofensivo de los Mets y el dilema que enfrenta Nueva York

Mientras los Mets atraviesan una preocupante sequía ofensiva, los directivos mantienen la calma con esperanzas de una pronta recuperación.

Una ofensiva desconectada: el contexto actual de los Mets

Los New York Mets se encuentran sumidos en una preocupante racha negativa. Han perdido ocho de sus últimos nueve juegos, lo que los ha relegado a 2.5 juegos detrás de los líderes de la División Este de la Liga Nacional, los Philadelphia Phillies. Llegaron a Milwaukee con un panorama gris luego de ser barridos por los Cleveland Guardians, registrando apenas cinco hits en los dos últimos juegos de la serie, donde cayeron 3-2 y 4-1 respectivamente.

La situación llegó al punto crítico en el juego final del miércoles, cuando los Mets fueron no-hitters hasta el noveno inning contra el lanzador Gavin Williams. Esta escasez ofensiva ha encendido las alarmas dentro y fuera del vestuario. Sin embargo, para David Stearns, presidente de operaciones de béisbol de los Mets, aún hay razones para no caer en pánico.

David Stearns: "Confío en nuestra ofensiva"

"Claramente todos estamos frustrados", declaró Stearns. "Los jugadores están frustrados, yo lo estoy. Pero creo que tenemos una buena ofensiva. Creo en el talento que tenemos y estoy seguro de que vamos a salir de esta situación".

Los números reflejan la frustración: los Mets se ubican en la posición 15 en Grandes Ligas en carreras anotadas (501), 23 en promedio de bateo (.239), y en el promedio de embasado (.318) también se encuentran a mitad de tabla. Son cifras mediocres para un club que cuenta con figuras como:

  • Francisco Lindor, subcampeón del MVP de la Liga Nacional en 2024
  • Juan Soto, ganador del Silver Slugger en cinco ocasiones
  • Pete Alonso, cinco veces All-Star

En comparación, en la temporada pasada, los Mets fueron séptimos en carreras, 12.º en promedio de bateo y novenos en OPS (On-base Plus Slugging). Alcanzaron la Serie de Campeonato de la Liga Nacional. El contraste es notable.

Luces desde el banquillo: Chávez y Barnes bajo la lupa

La ofensiva no es el único foco de análisis: los cuerpos técnicos también sienten la presión. Stearns, sin embargo, respaldó públicamente a sus coaches de bateo, Eric Chávez y Jeremy Barnes.

"Confío en nuestros coaches", afirmó. "Tienen buenos antecedentes y han ayudado a formar ofensivas de calidad anteriormente".

La estabilidad que ofrece este respaldo institucional refleja un enfoque a largo plazo, pero también una presión contenida. En un mercado tan exigente como Nueva York, las promesas deben transformarse en triunfos con rapidez o la paciencia de la afición se agota.

¿Qué está fallando realmente?

No basta con decir que la ofensiva está dormida. Veamos algunos datos analíticos preocupantes:

  • En cinco de sus últimos ocho juegos, no han superado las tres carreras.
  • Solo han conectado múltiples extrabases en uno de esos encuentros.
  • El equipo tiene también problemas con corredores en posición de anotar, bateando apenas para .221 en esas situaciones.

Francisco Lindor ha tenido más ponches (122) que hits (115) en la temporada. Juan Soto ha visto disminuir su OBP a .370, el segundo peor de su carrera, mientras que Pete Alonso, aunque mantiene su poder con 29 HRs, muestra un bajísimo BABIP (promedio de bateo en bolas en juego) de .217, reflejando falta de consistencia.

El vestuario intenta mantenerse unido

El manager Carlos Mendoza también ha intentado transmitir serenidad. "Cuando estás pasando por una mala racha, todo se siente más ruidoso. Pero si miras alrededor del vestuario, hay mucho talento. Estoy seguro de que saldrán de esta", declaró.

Stearns agregó que, pese a la frustración, el ambiente interno sigue siendo positivo y profesional. "Ves preparación, concentración y compromiso. Eso me da confianza", dijo.

Contexto histórico: otras caídas y recuperaciones notables

No sería la primera vez que un equipo con aspiraciones tropieza y luego retoma la senda del triunfo. En 2016, los San Francisco Giants tenían el mejor récord de las Grandes Ligas en el All-Star break, pero una catástrofe ofensiva los dejó fuera temprano en los playoffs. En cambio, los Cardinals de 2011 estaban casi eliminados en agosto y terminaron ganando la Serie Mundial.

Todo puede cambiar en el béisbol en cuestión de semanas, y eso es lo que mantiene viva la esperanza en Queens.

¿Qué necesitan cambiar los Mets?

Más allá de la paciencia, es hora de decisiones tácticas. Algunas medidas que podrían revertir el mal momento:

  • Reorganizar el orden al bate: darle más protección a Soto podría ayudarlo a ver mejores lanzamientos.
  • Enfocar más el juego en bases robadas e hit-and-runs: maximizar oportunidades reduce la presión de los jonrones.
  • Buscar profundidad en la banca: jugadores como Mark Vientos o DJ Stewart podrían contar con más minutos si los titulares no producen.

El calendario y la presión del tiempo

El tiempo no juega a favor de los Mets. El equipo tiene que enfrentar en las próximas semanas a equipos fuertes como Dodgers, Braves y Padres. Una mala racha en esa etapa podría complicar incluso una posición de wild card.

Con la fecha límite de traspasos a la vuelta de la esquina, también surgen dudas sobre si se reforzarán o si comenzarán a considerar intercambios estratégicos—y ese sería un mensaje preocupante para los aficionados neoyorquinos.

El Metrosismo está latente

Desde su nacimiento, los Mets han sido una franquicia marcada por extremos: de la gloriosa corona de 1969 hasta la debacle de 2007, todo es posible en Flushing. Las olas de rendimiento nunca han sido estables.

Hoy, el equipo encarna ambas caras: una nómina potente con jugadores de alto perfil y una inconsistencia letal. El talento está, los recursos también; ahora el reto está en ejecutar.

¿Drama o renacimiento?

Al cierre de julio, la narrativa aún puede girar. Si la ofensiva despierta, y el equipo encadena una buena racha, los fantasmas se despejarán y los Mets podrían ilusionarse nuevamente con octubre.

Pero si no... quizás sea otro año más de decepción, frustración y cambios profundos.

En palabras del gran Yogi Berra, leyenda neoyorquina: "It ain't over till it's over".

Este artículo fue redactado con información de Associated Press