Impulsos autoritarios y tensiones geopolíticas: el nexo entre Washington D.C. y Ucrania bajo la mirada de Trump
Del despliegue policial en la capital estadounidense a los intentos fallidos de Trump por imponer la paz en Ucrania, un análisis de su visión de autoridad y control
Un Washington más seguro, ¿vía autoritarismo?
"Tenemos que controlar D.C.". Con esa frase lapidaria, Donald Trump ha vuelto a colocar al Distrito de Columbia en el foco político nacional. Esta vez, con un anuncio que no pasó desapercibido: un masivo aumento de la presencia policial federal en las calles de la capital estadounidense para revertir lo que describe como una ola incontrolable de crimen.
Apoyándose en un ataque reciente a un funcionario gubernamental por parte de adolescentes involucrados en un intento de robo de auto, Trump ordenó que fuerzas del U.S. Park Police, DEA, ATF, U.S. Marshals, y otros organismos patrullen las calles a partir de la medianoche del jueves. Todo esto, bajo el mando directo de su “Task Force Making D.C. Safe and Beautiful”. Este despliegue estará activo —al menos oficialmente— durante siete días, aunque con una muy posible extensión.
Lo interesante es que múltiples periodistas, al recorrer D.C. la madrugada del viernes, constataron que la supuesta "inundación de efectivos" brillaba por su ausencia. Solo se observó una presencia "robusta pero no inusual" del Departamento de Policía Metropolitana. Esto genera una pregunta incómoda: ¿hay un problema real de seguridad o se trata de una estrategia de campaña del expresidente?
Autonomía bajo amenaza: ¿adiós al Home Rule?
Quizás lo más preocupante no es el aumento de agentes federales, sino los ecos de una propuesta más radical: eliminar la autonomía de D.C. Como bien se sabe, desde 1973 Washington cuenta con su propio gobierno local bajo la Home Rule Act. Derogar esa ley requeriría acción directa del Congreso, pero Trump ya afirmó que sus abogados están "analizándolo".
"Si D.C. no se pone en orden, tomaremos el control federal de la ciudad y gobernaremos como debe ser gobernada", advirtió el expresidente en Truth Social. La idea no es nueva en su discurso: desde su primer mandato ha criticado la criminalidad, la basura, el grafiti e, incluso, el modelo de gobernanza de la ciudad. La diferencia es que ahora lo dice con más seriedad, en plena antesala de una elección presidencial.
Esta retórica no solo erosiona el concepto de federalismo, sino que revive fantasmas autoritarios. ¿Qué otras ciudades "desordenadas" podrían correr la misma suerte bajo una nueva administración Trump? ¿Chicago? ¿San Francisco? El precedente sería nefasto.
Ucrania: la otra obsesión de Trump
Mientras tanto, al otro lado del mundo, Trump también busca protagonismo: Ucrania.
La guerra iniciada por Rusia en 2022 continúa su curso devastador. Las tropas ucranianas, enormemente disminuidas en recursos y personal, enfrentan una ofensiva rusa que se intensifica cada semana. A pesar de la distancia geográfica, el conflicto también es parte del tablero político del expresidente estadounidense.
Donald Trump ha dado un ultimátum verbal a Vladimir Putin —que, por supuesto, ha sido ignorado— y planifica una improbable cumbre con el líder ruso. Ha declarado incluso que se reuniría con él aún si Putin se niega a hablar con Zelenskyy. Esta actitud ha generado, como era de esperarse, un cúmulo de críticas, en especial desde Europa.
El Institute for the Study of War concluyó en un informe reciente que Putin no muestra intenciones reales de negociar: “Sigue convencido de que puede superar a Ucrania y al Occidente. El tiempo está de su lado”.
El eco de los autoritarismos: ¿diplomacia o imposición?
El patrón de Trump es disturbadoramente claro: resolver conflictos por imposición. Usa la fuerza federal para “controlar” D.C., y pretende una negociación con Putin sin la plausible participación de Ucrania. Ante la ausencia de propuestas concretas para detener la guerra, su aproximación parece más un teatro político que una solución seria.
Incluso líderes como Viktor Orbán, primer ministro de Hungría y aliado ideológico de Trump, han advertido sobre los peligros de excluir a Europa de los foros de negociación. Orbán propone que los líderes de Alemania y Francia viajen a Moscú para asegurar que la postura del continente esté representada. "Esta guerra no se ganará en el frente, se ganará en la mesa de negociaciones", dijo.
Una narrativa de orden... con consecuencias
Combinar estas dos aristas —el control de una ciudad estadounidense y una guerra en Europa— puede parecer forzado, pero ambas revelan el mismo impulso: buscar el orden recurriendo al poder central, omitiendo dinámicas locales y regionales.
Podría decirse que se trata de un renacimiento del law and order de los años 70, aunque esta vez con un barniz posmoderno y una carga populista peligrosa. Quienes defienden la democracia deberían observar con preocupación cómo estas maniobras configuran una teoría del poder que minimiza el consenso en favor del control.
¿Por qué es relevante para el mundo?
El enfoque de Donald Trump hacia D.C. y Ucrania tiene implicaciones que van más allá de Estados Unidos. Su estilo de gobernanza, su tendencia a despreciar el entramado institucional y su forma de instrumentalizar la seguridad generan preguntas serias.
La autonomía local, como la de D.C., no es un lujo sino una garantía democrática. En el otro extremo, subordinar la paz en Ucrania a una reunión entre dos líderes ignorando al país invadido, debilita el sistema internacional de derecho.
Y por si fuera poco, las consecuencias indirectas ya se sienten. En Estados Unidos, el reciente aumento del impuesto a los endowments de las universidades más ricas ha generado recortes y congelamientos de contrataciones en Yale y Stanford, según sus portavoces. Instituciones que durante años han sido motores de investigación científica, innovación y movilidad social.
El modelo de Trump no es solo sobre policía o diplomacia; es una redefinición del rol del Estado en cada esfera del poder. Y eso debe ser asumido, cuestionado e impedido —si se desea preservar la democracia tal como la conocemos.
Frases que definen una visión
- Trump: “Tenemos que gobernar D.C.”
- Comandante ucraniano Buda: “Es imposible negociar con ellos. La única opción es derrotarlos.”
- Orbán: “Esta guerra debe ser resuelta por diplomáticos, no por soldados.”
Estas frases dan una pista de las tensiones que cruzan el escenario geopolítico actual. Del Capitolio a Zaporizhzhia, los impulsos autoritarios no entienden de fronteras.