Los arrecifes de coral en Vanuatu: una lucha silenciosa entre la devastación y la esperanza

A pesar de ciclones, terremotos y depredadores naturales, los ecosistemas marinos de esta nación del Pacífico se esfuerzan por renacer

Un paraíso que agoniza bajo el agua

Bajo las aguas cristalinas de Vanuatu, frente a las costas de la isla Efate, resiste en silencio uno de los ecosistemas más ricos y vulnerables del planeta: los arrecifes de coral. Durante la última década, este paraíso marino ha sido testigo de una serie de catástrofes naturales que lo han golpeado sin tregua, desde devastadores ciclones, como el famoso ciclón Pam en 2015, hasta terremotos de gran magnitud y plagas naturales como la estrella de mar corona de espinas.

Destrucción tras cada ciclón

Uno de los momentos más dramáticos para los arrecifes fue, sin duda, el paso del ciclón Pam. Según John Warmington, residente de Vanuatu y buzo aficionado desde hace más de 10 años, "la forma en que las olas llegaron literalmente destruyó los corales". El panorama tras el desastre era desolador: cabezas de coral invertidas, ramas de staghorn rotas, arrecifes convertidos en un campo de escombros submarinos.

La devastación no acabó ahí. Las lluvias intensas posteriores arrastraron sedimentos a los ríos que desembocan en el mar, cubriendo los arrecifes con una capa opaca que bloqueó la luz solar necesaria para la fotosíntesis del coral —una sentencia de muerte para muchas especies.

La amenaza silenciosa de la estrella corona de espinas

Tras el trauma inicial, llegó otro enemigo: la estrella de mar corona de espinas (Acanthaster planci), una especie autóctona que, en condiciones normales, ayuda a controlar el crecimiento del coral. Sin embargo, las lluvias intensas provocan un incremento de nutrientes en el agua, lo que dispara su reproducción en masa.

En Vanuatu, estas poblaciones han llegado a niveles epidémicos, devorando corales a una velocidad alarmante, sobre todo especies vulnerables como los acropóridos y los corales placa. Según expertos, un solo individuo de corona de espinas puede consumir hasta 13 metros cuadrados de coral por año.

Una serie interminable de tragedias

Como si los ciclones y los depredadores no fueran suficientes, en 2023 Vanuatu fue golpeado por dos ciclones en menos de una semana, destruyendo áreas que apenas comenzaban un lento proceso de regeneración. Y en diciembre de 2024, un terremoto de magnitud 7,3 provocó un deslizamiento submarino que arrastró secciones completas de arrecifes hacia las profundidades.

Warmington lo describe con tristeza: “El arrecife entero se deslizó como un alud submarino. Fue desgarrador”.

Una nación cada vez más amenazada por el cambio climático

Con una población de aproximadamente 300,000 personas distribuidas en 83 islas, Vanuatu es uno de los países que más sufre los efectos del cambio climático. Desde 1993, el nivel del mar ha aumentado alrededor de 6 milímetros por año en la región, superando con creces el promedio global. En algunas zonas, los movimientos tectónicos han duplicado este ritmo.

Esto ha generado una intrusión de agua salada en las costas que reconfigura los ecosistemas y afecta la agricultura, el abastecimiento de agua y la vida cotidiana de los habitantes.

Pequeños brotes de esperanza

A pesar de todo, los arrecifes están mostrando brotes de resistencia. En áreas poco profundas de la bahía de Havannah Harbour, los corales duros y blandos comienzan a echar raíces. Peces plateados mono nadan en cardúmenes, peces payaso se refugian en anémonas, tortugas pastan sobre algas —símbolos de que aún hay vida.

Christina Shaw, directora ejecutiva de la Vanuatu Environmental Science Society, describe esta recuperación como frágil. “Vemos nuevos corales crecer, pero ¿tendrán tiempo de desarrollarse antes de que otro desastre los elimine? Estamos en constante amenaza”.

Estrategias de resiliencia

A pesar de los enormes desafíos, tanto las comunidades locales como las organizaciones científicas se han movilizado para proteger este invaluable patrimonio submarino. Algunos esfuerzos incluyen:

  • Programas de restauración coralina mediante técnicas de injerto.
  • Control biológico de la estrella corona de espinas, utilizando especies depredadoras naturales y recolección manual.
  • Educación ambiental para frenar la sobrepesca y la contaminación costera.
  • El uso de tecnologías de monitoreo mediante drones submarinos y sensores de temperatura del agua.

Estos programas buscan dar un respiro a los arrecifes para permitirles regenerarse y amortiguar los impactos de eventos climáticos cada vez más extremos.

¿Una batalla perdida o una advertencia urgente?

El drama de Vanuatu no es solo local. Según informes del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el 70% de los arrecifes del mundo están en peligro. Estos ecosistemas, que proporcionan alimento, protección y medios de vida a cientos de millones de personas, podrían desaparecer antes del 2050 si no se reducen las emisiones globales de gases de efecto invernadero y se implementan medidas de conservación urgentes.

La historia de los corales de Vanuatu representa tanto una advertencia global como un testimonio de la increíble capacidad de la naturaleza para resistir y renacer. Pero su futuro, como el de muchos otros ecosistemas del planeta, depende de nosotros.

Una llamada a la acción

Vanuatu incluso ha acudido a la Corte Internacional de Justicia para tratar de responsabilizar legalmente a los países emisores por los daños sufridos a causa del cambio climático. Este pequeño estado insular está dando una gran lección de liderazgo climático frente a la adversidad, apelando al derecho internacional para buscar justicia ambiental.

Mientras tanto, los corales crecen en silencio bajo las olas, desafiando el caos, buscando su lugar en un futuro cada vez más incierto. Cada nueva rama de staghorn o cada cardumen de peces que regresa es un acto de resistencia, una señal de que la vida encuentra el camino, si le damos la oportunidad.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press