Micah Parsons y la inquebrantable política de contratos de Jerry Jones en los Cowboys

Generación de talento vs. tradición de demorar: la estrategia de Dallas vuelve a poner en riesgo a su mayor estrella defensiva

La historia se repite en Dallas

Si hay algo predecible en la NFL es el enfoque de Jerry Jones cuando se trata de renovar contratos con sus estrellas. Micah Parsons, el flamante apoyador de los Dallas Cowboys y dos veces All-Pro, es el último en una larga lista de jugadores que deben ‘esperar su turno’ mientras el magistralmente terco dueño-general manager del equipo sigue su juego de ajedrez contractual.

Desde la era de Emmitt Smith hasta hoy, esta narrativa se repite una y otra vez. Jugadores que lo dan todo por la organización deben resistir bloqueo tras bloqueo en las negociaciones —y en algunos casos, incluso perderse partidos— antes de recibir el pago que merecen. En esta análisis exploraremos la naturaleza de estas decisiones, las consecuencias a corto y largo plazo, y qué significa esto para los Cowboys en una división tan exigente como la NFC Este.

Emmitt Smith, el precedente histórico

Para comprender completamente el modus operandi de Jerry Jones, hay que retroceder a 1993, cuando la superestrella Emmitt Smith se perdió los primeros dos partidos de la temporada debido a una disputa contractual. Dallas arrancó ese año con un 0-2 y no fue hasta entonces que Jones decidió firmarle al corredor un contrato de $13.6 millones, convirtiéndolo en el más pagado en su posición. ¿El resultado? Los Cowboys terminaron ganando el Super Bowl.

Esa victoria fue tanto una reivindicación como una bandera roja: los Cowboys podían ganar pese –o debido– a la mano dura de Jones, y así se estableció una estrategia con base en límites financieros, pero también en ego y control.

Prescott, Lamb y Martin: todos pasaron por lo mismo

  • Dak Prescott jugó con la etiqueta de franchise tag en 2020. No recibió su extensión hasta horas antes del arranque de la temporada 2021. ¿El resultado? Un contrato de $160 millones a cuatro años, con un récord en su momento de $60 millones anuales promedio.
  • CeeDee Lamb tuvo que aguantar hasta finales de agosto para recibir su extensión de $136 millones por cuatro años tras su temporada All-Pro.
  • Zack Martin, siete veces All-Pro, se ausentó de buena parte del campamento de entrenamiento en 2023, exigiendo una actualización a su contrato que consideraba desactualizado en comparación con sus pares.

Todos eventualmente recibieron su paga, sí, pero tras un tira y afloja que afectó química, preparación e imagen del equipo.

Micah Parsons: el núcleo defensivo de una generación

Con apenas tres temporadas en la NFL, Parsons se ha consolidado como uno de los mejores cazamariscales del planeta. Suma 40.5 capturas en 50 partidos y ha sido All-Pro desde su campaña de novato. Su impacto en la defensa lo hace indispensable, y jugadores de ese calibre no abundan.

Según estimaciones recientes basadas en las contrataciones de Myles Garrett (4 años, $160M) y T.J. Watt (3 años, $123M), Parsons apunta a un sueldo superior a $41 millones anuales. Este monto lo convertiría en el defensor mejor pagado de la historia.

Sin embargo, Jerry Jones ni siquiera ha negociado formalmente con su agente, David Mulugheta. En cambio, declaró que había hablado directamente con Parsons en la primavera. ¿El resultado? Micah es un “Hold-in” (presente, pero sin entrenar), visiblemente frustrado y, según reportes, incluso habría solicitado un traspaso la semana pasada. Aunque Stephen Jones lo desestimó diciendo:

“No tenemos intención de traspasar a Micah. Eso forma parte de las negociaciones. Todos los jugadores que están en esta situación piden ser canjeados. Micah está en el campamento y aquí se queda”,

el daño ya está hecho.

Un reto financiero pero también emocional

Parsons se llevará $24 millones en 2025 como parte de su contrato de novato. Si los Cowboys no firman una extensión para entonces, sólo quedaría la opción de etiquetarlo como franchise player en 2026. Pero la relación ya parece tensa, y podría erosionarse aún más si no se avanza.

El propio Dak Prescott expresó empatía por su compañero:

“Es frustrante, lo sé por experiencia. Odio que esté pasando por esto. Pero le he dicho que siga manejando la situación con la cabeza en alto. Debe recibir su pago.”

Incluso el legendario agente Leigh Steinberg (representante de Patrick Mahomes) opinó:

“Parsons es demasiado valioso para esta franquicia. Es un talento generacional, irreemplazable en el campo. Al final, espero que se llegue a un acuerdo y tenga una carrera larga en Dallas.”

NFC Este: no hay margen de error

El contexto competitivo no ayuda. La NFC Este es una de las divisiones más feroces:

  • Philadelphia Eagles: vigentes campeones del Super Bowl.
  • Washington Commanders: finalistas de la conferencia.
  • New York Giants: siempre impredecibles y con reconstrucción interesante.

Dallas simplemente no puede permitirse empezar sin su mejor jugador defensivo. Y sin embargo, Jerry Jones lo ve de otra forma. En julio, durante el inicio de campamento, dijo a la prensa:

“No tengo certeza de que Parsons esté en la semana 1. Gran parte de eso depende de él. ¿Cómo podría saberlo yo?”

Esto es una espada de doble filo. Si Parsons se planta, y los Cowboys arrancan mal, la presión mediática y fanática sobre Jones será asfixiante. Ya la percepción externa es que su orgullo y su deseo de tener el control pesan más que la lógica deportiva.

¿Estilo o terquedad?

Jerry Jones no es un directivo cualquiera. Compró el equipo en 1989 y desde entonces se autoproclamó gerente general. Su movimiento más brillante fue contratar a Jimmy Johnson, con quien ganó tres Super Bowls. Pero desde entonces, Dallas no ha llegado ni siquiera a una final de conferencia.

Muchos ven en su estrategia de contratos una extensión de su ego, donde el dueño debe mostrar que nadie (ni el quarterback estrella, ni un jugador generacional como Parsons) está por encima de la institución y su figura.

Esa actitud puede tener un costo deportivo astronómico en un equipo que, desde hace tres décadas, sueña con volver a la cima pero se queda corto.

¿Qué sigue para los Cowboys?

La temporada se avecina, y la pregunta es más urgente que nunca: ¿cuánto tiempo puede prolongar esta situación?

Si Parsons no juega en la semana 1, Dallas enfrenta potencialmente al campeón de conferencia sin su arma defensiva más letal. La historia indica que Jerry Jones cederá eventualmente, pero como ocurrió con Prescott o Emmitt Smith, podría ser tarde para evitar daños colaterales.

Lo único seguro es esto: Micah Parsons merece su contrato, y postergarlo solo debilita a una franquicia que ya ha desaprovechado demasiada grandeza por decisiones tensas desde las oficinas.

Ya no es una cuestión de si, sino de cuándo y cuánto costará el “método Jones”.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press