Haití al borde del colapso: violencia, desplazamiento y una frágil transición política
Mientras las pandillas extienden su poder y la inseguridad alimentaria se agrava, el nuevo gobierno interino lucha por restaurar el orden en un país atrapado entre el caos y la esperanza
La violencia de las pandillas en Haití: más allá de lo imaginable
Desde hace años, Haití ha vivido bajo una creciente ola de violencia causada por pandillas armadas que controlan gran parte del país. La situación, sin embargo, ha escalado a niveles alarmantes en 2024, obligando al gobierno a declarar un estado de emergencia de tres meses en los departamentos del Oeste, Artibonite y Centro.
Estos territorios, especialmente Artibonite—conocido históricamente como "la canasta de arroz" de Haití—han sido una pieza clave en la subsistencia alimentaria del país. No obstante, en tiempos recientes se han convertido en el escenario de masacres, desplazamientos y destrucción sistemática de la producción agrícola.
Las cifras del horror: un país desplazado por el miedo
Según la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, entre octubre de 2024 y junio de 2025, al menos 1,000 personas han sido asesinadas, más de 200 resultaron heridas y unas 620 secuestradas en las regiones afectadas, sin contar las cifras de víctimas que podrían estar desaparecidas. Además, más de 239,000 personas han sido desplazadas solo en el centro de Haití.
Terribles escenas como la ocurrida en abril, donde decenas de personas se vieron obligadas a cruzar a nado el río más grande del país para escapar de los ataques, se han vuelto frecuentes. Estas imágenes, que evocan las crisis de refugiados más devastadoras del mundo, muestran la dimensión del sufrimiento humano que vive la población haitiana.
¿Quién controla Haití? Las pandillas, no el Estado
Alrededor del 90% de Puerto Príncipe, la capital, está bajo control de grupos armados. Las instituciones públicas han sido sobrepasadas: las comisarías han sido abandonadas o quemadas, muchas escuelas han cerrado y los hospitales operan bajo amenaza constante o han tenido que ser evacuados.
El estado de derecho prácticamente ha desaparecido. Líderes de las pandillas como Jimmy Chérizier, alias “Barbecue”—un ex policía—mantienen control territorial, incluso en algunas zonas estratégicas como los accesos principales a la capital y al puerto.
Un nuevo liderazgo policial en medio de la tormenta
En un intento de revertir el colapso institucional, el gobierno nombró al comisario André Jonas Vladimir Paraison como nuevo director general de la Policía Nacional de Haití. Paraison reemplaza a Normil Rameau, quien había sido criticado por su incapacidad para frenar la violencia.
El nuevo jefe policial tiene experiencia como jefe de seguridad en el Palacio Nacional, e incluso estuvo de servicio cuando fue asesinado el presidente Jovenel Moïse en julio de 2021. Este evento marcó un antes y un después en la desestabilización del país.
Misión internacional: ¿una esperanza o una intervención simbólica?
La renovación del liderazgo policial se complementa con la llegada de una fuerza multinacional encabezada por Kenia, que busca apoyar a Haití en la recuperación de su soberanía sobre el territorio nacional. A pesar del respaldo de Naciones Unidas, el despliegue ha sido lento, limitado y aún enfrenta desafíos logísticos y políticos.
Muchos haitianos ven con escepticismo la capacidad real de este contingente para generar un cambio estructural, especialmente si no hay una estrategia integral que aborde tanto el control armado como las causas estructurales que alimentan a las pandillas: pobreza, desempleo juvenil, exclusión social.
La transición política: ¿una solución o una ilusión?
En paralelo a los desafíos de seguridad, Haití enfrenta una transición política crítica. Laurent Saint-Cyr, empresario de renombre, ha sido designado como presidente del Consejo Presidencial de Transición, la entidad que debe garantizar elecciones libres y democráticas antes de febrero de 2026.
Pero la legitimidad de este consejo está bajo constante escrutinio. Muchos sectores sociales denuncian que es un ente impuesto, sin contacto real con las comunidades que más sufren. Otros creen que representa la última oportunidad para restablecer la democracia, aunque reconocen que sin seguridad, ni siquiera pensar en una elección es posible.
La crisis alimentaria: Haití también se muere de hambre
La ocupación de tierras agrícolas por las pandillas ha tenido un efecto devastador: escasez de alimentos, inflación en productos básicos, y un aumento alarmante de la desnutrición infantil. Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), más de 4.9 millones de personas enfrentan inseguridad alimentaria aguda en Haití, casi la mitad de la población.
La ayuda humanitaria no es suficiente y muchas veces ni siquiera logra entrar en las zonas más necesitadas debido a los riesgos de seguridad. Organizaciones como Médicos Sin Fronteras han tenido que suspender operaciones en múltiples ocasiones por amenazas directas.
¿Qué futuro le espera a Haití?
La pregunta no es sencilla. Haití se encuentra atrapado en una crisis multidimensional: inseguridad, colapso político, crisis humanitaria y desplazamiento masivo. Y todo esto mientras gran parte del mundo permanece indiferente o aporta soluciones temporales y superficiales.
Haití no solo necesita ayuda militar. Urge un verdadero plan de reconstrucción estatal que incluya reformas institucionales, programas de reconstrucción económica e inversión internacional sostenida—no solo en forma de donaciones, sino también de desarrollo.
Una advertencia regional
El caso haitiano también debería sonar como alerta para otros países de la región. La ausencia o debilidad de las instituciones estatales, la falta de oportunidades para la juventud y la impunidad frente al crimen organizado pueden desgarrar fácilmente el tejido de cualquier nación latinoamericana o caribeña.
Hoy es Haití. Mañana, puede ser cualquier otro.
“El mundo no puede seguir ignorando a Haití”, dijo recientemente la activista haitiana Monique Clesca. “Si no ayudamos a nuestro país hoy, lo habremos condenado al olvido… y a la muerte.”