Cuando el océano toma el timón: el encallamiento viral del Discovery en Hawái
Un análisis de cómo un yate turístico terminó arrastrado por el oleaje frente a Honolulu, dejando a todos boquiabiertos
El pasado 9 de agosto de 2025 en la costa de Honolulu, Hawái, un suceso poco común –e increíblemente viral– sacudió la tranquilidad matutina: un yate turístico de lujo, el Discovery, fue arrastrado como una tabla de surf gigante hasta encallar cerca del puerto de Kewalo Basin. Las impactantes imágenes circularon en las redes sociales en cuestión de minutos, alcanzando millones de visualizaciones en apenas horas.
Desde múltiples ángulos, videos y fotografías captaron al Discovery mientras se tambaleaba, era elevado por las olas y finalmente quedaba varado, sin potencia ni control. Lo que comenzó como una jornada típica para una embarcación turística, casi se convierte en una escena de película.
Surf sobre acero: qué pasó exactamente
Según la Guardia Costera de Estados Unidos, el Discovery —una embarcación de 60 pies (18 metros)— sufrió un incidente cuando dos olas impactaron directamente en su popa. El capitán del barco intentaba maniobrar entre mareas bajas y olas altas, pero no pudo evitar que la nave fuera llevada a la zona más somera. Allí perdió propulsión y maniobrabilidad.
Rodeado por surfistas, turistas y lugareños, el barco emergió de entre las olas, elevado como si se tratase de una tabla de paddle gigante. Lo extraordinario es que no se trataba de una embarcación pequeña o de recreo, sino de un barco turístico profesional certificado por la Guardia Costera, utilizado para transportar pasajeros hacia una zona de buceo en submarino ubicada frente a la famosa costa de Waikiki.
“Básicamente, el barco estaba surfeando como una tabla gigante”, dijo Ramon Brockington, videógrafo que se encontraba filmando a bodyboarders en la zona y cuya grabación del incidente ha sido una de las más difundidas. "He visto muchas cosas en el mar, pero nunca esto. Fue como ver un juguete en manos del océano", añadió.
Los factores detrás del desastre
La tragedia fue evitada por poco, ya que no hubo heridos entre los dos tripulantes ni entre los curiosos transeúntes. No obstante, los expertos coinciden en que se trató de una serie de errores de cálculo y coincidencias desafortunadas:
- Alta marea combinada con bajamar local: Las mareas en descenso crearon áreas de poca profundidad inesperadas.
- Oleaje inusualmente fuerte: Las olas eran superiores a los 2 metros y aumentaban en fuerza, algo anticipado por apps meteorológicas con tres días de antelación.
- Error de navegación: El capitán intentó “ganar” a la ola, acelerando para superarla, lo que resultó infructuoso.
El análisis preliminar apunta a la falta de potencia para enfrentar adecuadamente las olas y, posiblemente, a una subestimación del poder del mar en esas condiciones. La Guardia Costera no ha encontrado fallos mecánicos mayores, pero la investigación sigue en curso.
Una empresa con reputación cuestionada
Atlantis Adventures, la compañía propietaria del Discovery, emitió un comunicado indicando que el barco estaba al día con todas las inspecciones necesarias y que sus capitanes están entrenados y certificados. Afirmaron, además, que colaborarían estrechamente con las autoridades para remolcar, inspeccionar y, eventualmente, reparar el barco.
Sin embargo, este no es el primer incidente vinculado con embarcaciones recreativas turísticas en Hawái. En los últimos cinco años, según reportes del Departamento de Transporte Marítima de Hawái, ha habido al menos 17 incidentes relacionados con este tipo de actividades, incluyendo encallamientos, fallos de motor y rescates por condiciones adversas.
¿Capricho climático o negligencia?
Desde el punto de vista meteorológico, las condiciones eran claramente adversas. Los informes de NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica) habían alertado el 7 de agosto de la llegada de olas de más de 7 pies (2,1 metros) para el fin de semana en zonas expuestas, como la costa sur de O'ahu.
Aun sabiendo esto, la empresa decidió operar con normalidad. Aquí aparece el cuestionamiento popular: ¿se trata de una irresponsabilidad empresarial ante una alerta evidente, o un caso aislado de mala fortuna pese a los protocolos? Esta interrogante ha dividido a los comentaristas en redes y medios.
Algunos críticos locales han sido contundentes. “Lo que vimos no fue una aventura, fue una temeridad”, afirmó Kaleo Aukai, instructor náutico certificado. “Estas situaciones se evitan con un simple principio: si hay oleaje extremo, se cancelan los trayectos turísticos. Punto.”
Impacto ambiental contenido, por ahora
Un elemento esperanzador ha sido que el Discovery, aunque encallado, no provocó un derrame ni contaminación significativa. Gracias a la rápida intervención de personal especializado, se retiraron combustible, aceite y baterías antes de que cualquier sustancia llegara al arrecife.
El barco, finalmente, fue remolcado por una empresa local durante la marea alta, sin incidentes adicionales. Se desconoce por ahora cuánto durarán las reparaciones y si volverá pronto a operar.
Un espectáculo viral y una lección marina
Lo sucedido con el Discovery no solo fue un accidente técnico o marino, sino también un fenómeno mediático. Se calcula que más de 15 millones de personas vieron los videos en las primeras 72 horas. En TikTok, uno de los clips superó los 8 millones de visualizaciones y generó debates sobre seguridad marítima, turismo masivo y cambio climático.
Porque sí, este es otro ángulo del evento: el aumento en la frecuencia y agresividad de eventos climáticos extremos como olas grandes, mareas repentinas o vientos violentos. Todo parece señalar que estos incidentes serán más comunes en la próxima década.
Mientras tanto, en las playas de O’ahu, los locales y turistas siguen hablando del día en que un yate decidió surfear –o más bien, fue obligado a surfear– en uno de los sitios más emblemáticos de Hawái. Y aunque la situación puede haber quedado en anécdota, la entrevista entre el mar y la tecnología dejó una marca imborrable.
"La naturaleza siempre tiene la última palabra. Hoy fue amable. Mañana... no lo sabemos", concluye Brockington en uno de los clips más compartidos, con el Discovery al fondo, aún atrapado entre las olas.