Gaza, la guerra interminable: hambre, muerte y desinformación en medio de una ofensiva sin salida

Miles de palestinos mueren por buscar ayuda humanitaria mientras Netanyahu impulsa una ofensiva militar plena. La presión aumenta desde dentro y fuera de Israel

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La guerra que no cesa

La Franja de Gaza vive una de las fases más críticas desde el comienzo de la ofensiva militar israelí en octubre de 2023. En las últimas jornadas, al menos 26 palestinos han muerto mientras intentaban acceder a convoyes de ayuda humanitaria, en un escenario de creciente hambre y tragedia humanitaria que ha dejado más de 61,000 muertos desde que comenzó la guerra, según el Ministerio de Salud de Gaza.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, continúa defendiendo su plan para expandir las operaciones militares en Gaza, argumentando que “Israel no busca ocupar Gaza, sino liberarla del control de Hamas”, mientras aumenta el repudio internacional y las protestas dentro del propio Israel.

Netanyahu se defiende ante la comunidad internacional

En una conferencia con medios extranjeros en Jerusalén, Netanyahu declaró que su país “no tiene más opción que completar el trabajo y derrotar totalmente a Hamas”. Plantea una visión para Gaza en la que existiría una administración civil no israelí acompañada de un control absoluto de seguridad por parte del ejército israelí.

“Hay una campaña global de mentiras en contra de Israel”, afirmó el mandatario, aludiendo a las críticas internacionales recibidas desde países aliados y organismos internacionales como las Naciones Unidas.

A pesar de la presión, Netanyahu anunció que buscará una victoria total, estableciendo una “tregua muy breve” para después ampliar operaciones militares en Gaza City, ciudad que aún resiste el avance israelí.

Civiles en la mira: muertes en puntos de ayuda humanitaria

La situación humanitaria en Gaza es desoladora. El sábado, decenas de personas fueron asesinadas mientras esperaban recibir alimentos en diversas partes del territorio. Testigos relatan escenas de caos, disparos de advertencia e incluso fuego directo hacia multitudes hambrientas en centros de distribución.

  • 10 personas murieron cerca del corredor de Morag, que conecta Rafah y Khan Younis.
  • 6 personas fueron asesinadas esperando ayuda en el norte, cerca del cruce de Zikim.
  • 6 personas más murieron cerca de fundaciones de distribución operadas por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF).

La GHF, que fue instaurada como una alternativa al sistema de distribución de ayuda controlado por la ONU, ha sido criticada por la falta de organización y por ubicaciones peligrosas cercanas a zonas de conflicto. Tanto Israel como GHF desmintieron estar involucrados en los incidentes del sábado.

Hambre, la otra arma: más de 200 muertos por desnutrición

Desde junio, más de 100 niños y 117 adultos han muerto por causas relacionadas con la desnutrición, una cifra que sigue creciendo en medio de un conflicto que ha colapsado todas las estructuras básicas: salud, educación, vivienda y alimentación.

La ONU ha advertido que Gaza está al borde de una hambruna total, con el 90% de la población desplazada y una infraestructura civil colapsada. El acceso limitado a agua potable, electricidad y alimentos ha convertido la región en una zona de desastre humanitario a gran escala.

Presión desde adentro: huelga general y protestas en Israel

Mientras tanto, en Israel las voces críticas crecen. El sábado, decenas de miles de personas salieron a las calles en Tel Aviv para protestar contra las decisiones del gobierno. Grupos de familias de rehenes aún retenidos por Hamas hicieron un llamado a una huelga general para frenar la expansión militar.

Desde el ataque inicial del 7 de octubre de 2023, donde militantes palestinos asesinaron a más de 1,200 israelíes y secuestraron a 251 personas, más de 50 aún permanecen cautivos, y se cree que solo 20 estarían con vida.

“Si el gobierno continúa esta ofensiva, pone en peligro la vida de nuestros seres queridos”, sostuvo Lishay Miran-Lavi, cuyo esposo Omri es uno de los rehenes. También pidió públicamente al expresidente Donald Trump y a su enviado Steve Witkoff que intervengan para frenar la guerra.

Decisiones que dividen: ¿liberación o control eterno?

Netanyahu continúa jugando una línea narrativa en la cual Israel se presenta como víctima obligada a actuar, y no como un agresor. Pero su visión para Gaza ha generado preguntas serias:

  1. ¿Qué significará realmente que Gaza esté “libre” de Hamas?
  2. ¿Qué garantías ofrece Israel respecto a la no ocupación, si sus tropas mantienen control total del territorio y sus recursos?
  3. ¿Qué rol jugará la comunidad internacional en la reconstrucción de Gaza?

El ministro de Defensa, Israel Katz, confirmó además que el ejército israelí permanecerá en los campamentos de refugiados del norte de Cisjordania hasta final de año, lo que indica una política de ocupación prolongada no solo en Gaza, sino también en otras áreas palestinas tras el repunte de la violencia.

La posición internacional: condenas, advertencias e inmovilismo

El Consejo de Seguridad de la ONU ha convocado una reunión de emergencia para abordar la toma de Gaza City, señal clara de la preocupación global que esta escalada militar está generando. Sin embargo, una intervención efectiva sigue sin materializarse.

Por su parte, Estados Unidos continúa respaldando a Israel en público, pero desliza críticas en privado. A pesar de haber impulsado iniciativas como la GHF para distribuir alimentos fuera del marco de la ONU, los esfuerzos siguen resultando insuficientes.

Organizaciones como Human Rights Watch, Amnistía Internacional e incluso voceros del Papa Francisco han pedido un alto al fuego inmediato y el ingreso incondicional de ayuda humanitaria.

Una guerra de narrativas y silencios

Israel intenta demostrar que lleva su relato de forma transparente y, según Netanyahu, ahora invitará a más periodistas extranjeros para informar desde Gaza. Sin embargo, hasta ahora el acceso está totalmente controlado por el ejército israelí, limitando la imagen objetiva del conflicto.

Bajo ese filtro, la información sobre muertes civiles, especialmente en distribución de alimentos, es manipulada o directamente denegada.

Resulta llamativo cómo, en medio del caos, Netanyahu habla de “liberar Gaza”, mientras sus tropas ocupan cada rincón, bombardean mercados alojados en tiendas y provocan desplazamientos masivos. El relato de la liberación choca con la realidad del sitio, el hambre y los cuerpos de niños víctimas de desnutrición.

¿Hacia dónde va Gaza?

La respuesta, hoy, aún es oscura. Los movimientos del gobierno israelí muestran poca apertura al diálogo. Hamas sigue operando desde las sombras, usando civiles como escudos humanos. Y la comunidad internacional permanece atrapada entre diplomacia tibia y ayuda humanitaria insuficiente.

El tiempo apremia. Mientras los líderes discuten geopolítica y seguridad, los niños en Gaza mueren por no tener pan ni agua, y familias enteras son enterradas mientras buscaban desesperadamente un paquete de arroz o acceso a refugio.

Israel, Hamas, la ONU y los actores mundiales tienen una responsabilidad: salvar a la población civil ahora. Cualquier otra prioridad, por legítima que parezca, no puede justificar el costo humano diario de esta catástrofe.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press