La memoria eterna del fútbol: Kamamoto, Obeid y el legado de los que inspiran

Desde la gloria olímpica de Kamamoto hasta la tragedia de Suleiman Obeid, el fútbol como espejo del alma humana

Kunishige Kamamoto: el artillero que inspiró generaciones

El fútbol japonés perdió una de sus figuras más emblemáticas con la muerte de Kunishige Kamamoto a los 81 años. Fallecido el pasado domingo por neumonía, Kamamoto deja un legado monumental: 75 goles en 76 partidos con la selección nacional y una influencia que trascendió los límites del deporte.

Kamamoto fue mucho más que un goleador. Su participación en los Juegos Olímpicos de México 1968, donde guió a Japón hacia una histórica medalla de bronce con siete tantos y siendo goleador del torneo, marcó un antes y un después en la historia futbolística del país.

Hasta hoy, su récord goleador permanece intacto en el combinado nipón, convirtiéndose en símbolo de constancia, talento y ética profesional. Además de su carrera deportiva, Kamamoto incursionó en la política como miembro de la Casa de Consejeros, el senado japonés, y llegó a ser vicepresidente de la Asociación Japonesa de Fútbol.

Un legado como el suyo recuerda que el deporte no solo produce ídolos de pasto y taquillas, sino verdaderos constructores de identidad nacional.

Suleiman Obeid: la tragedia humanitaria detrás de un ícono deportivo

Del otro lado del mundo, el fútbol se tiñe de luto y denuncia con la muerte de Suleiman Obeid, exseleccionado palestino, quien fue asesinado por disparos de las fuerzas israelíes mientras esperaba ayuda humanitaria en Gaza.

Obeid fue apodado el “Pelé palestino” y jugó 24 partidos con su selección, marcando dos goles, aunque a nivel local anotó más de 100. Padres de cinco hijos, su historia refleja el contraste desgarrador entre talento y guerra.

La Asociación Palestina de Fútbol contabiliza ya más de 660 muertes de atletas y dirigentes deportivos desde el inicio del conflicto, el cual ha desplazado a millones de personas y devastado grandes zonas de Gaza.

En redes sociales, celebridades del deporte como Mohamed Salah cuestionaron públicamente a la UEFA por su breve y vaga despedida, exigiendo claridad y responsabilidad ante una tragedia que no debería pasar desapercibida.

“¿Pueden decirnos cómo murió, dónde y por qué?”, escribió Salah en una publicación que rápidamente se viralizó.

El presidente de UEFA, Aleksander Čeferin, respondió en una carta remitiéndose al deporte como faro de esperanza: “Fue más que un futbolista. Su talento proporcionaba razones para creer en un mañana mejor”.

El poder del fútbol: entre gloria y duelo

El caso de Obeid no es aislado. Desde que estalló el conflicto el 7 de octubre de 2023, han muerto decenas de miles de personas en Gaza y cerca de 1,200 personas en Israel. Las cifras de atletas desaparecidos o muertos en medio de los ataques aumentan, lo cual plantea una dolorosa pregunta: ¿hasta qué punto puede el deporte inspirar cuando la realidad lo arrasa con violencia y muerte?

El contraste con figuras como Kamamoto, que vivió plenamente sus días como futbolista y dirigente desde el respeto y profesionalismo, sugiere que el fútbol no solo refleja lo mejor del ser humano, sino también hasta dónde se extiende su fragilidad cuando se convierte en víctima de otros intereses.

Florian Wirtz: el futuro de Alemania y la universalidad del talento

Entre memorias y tragedias, también brillan promesas como Florian Wirtz, elegido Futbolista del año en Alemania 2024-25. Con apenas 22 años, su elección (191 votos) celebrada por figuras como Toni Kroos representa el cambio generacional germano.

Tras una temporada estelar con Bayer Leverkusen, Wirtz fichó por el Liverpool por una cifra que podría alcanzar los 116 millones de libras (unos 156 millones de dólares), una de las transferencias más caras de la historia alemana.

Este reconocimiento, otorgado desde 1960 por los miembros de la Asociación de Periodistas Deportivos de Alemania en colaboración con la revista Kicker, consolida a Wirtz como uno de los talentos más prometedores del fútbol europeo.

  • Michael Olise (Bayern Múnich) lo siguió en la votación con 81 votos.
  • Nick Woltemade del Stuttgart logró 71.
  • Thomas Müller, ahora en el MSL, obtuvo 70, despidiéndose así de su era bávara.

Julian Schuster y el milagro de Freiburg

En el apartado de directores técnicos, Julian Schuster fue galardonado como Entrenador del año tras llevar al modesto Freiburg al quinto puesto en Bundesliga y clasificar a la Europa League en su primera temporada al mando.

Este reconocimiento es notable no solo por el logro en sí, sino por hacerlo en un club pequeño tras reemplazar a una leyenda como Christian Streich. Lo siguieron Horst Steffen (Elversberg) y Hansi Flick, ahora al frente de un Barcelona renovado.

El rol de las mujeres: reconocimiento (compartido)

En lo femenino, la distinción fue compartida por Giulia Gwinn y Ann-Katrin Berger, quienes recibieron exactamente 608 votos cada una, un hecho inédito. La votación, activa desde 1996, refleja el creciente interés en el fútbol femenino alemán.

¿Qué nos deja todo esto?

La realidad detrás de estas noticias no podría ser más dicotómica: la celebración del talento—como en el caso de Wirtz o Schuster—convive con el luto por quienes no alcanzaron a vivir su plenitud, como Obeid.

En el mismo espacio temporal en que el talento joven se corona, una familia en Gaza dice adiós a un padre, una leyenda japonesa deja la vida y el recuerdo de su himno olímpico resuena frente a nuevas generaciones que aún creen en el poder del balón.

El fútbol es universal, pero no neutral. Es un arma de diplomacia, una forma de resistencia, una fuente de inspiración, y—como hemos visto—también un canal para la indignación y la memoria.

Más que goles y trofeos, el fútbol se alimenta hoy de contextos que lo convierten en crónica viviente de nuestro tiempo.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press