Tensiones nucleares y asfixia humanitaria: Irán y Siria en el centro de la crisis de Medio Oriente

Mientras Irán corta su cooperación con el OIEA en respuesta a bombardeos, Siria enfrenta el colapso humanitario por violencia sectaria y ataques a civiles

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Irán y la ruptura con el OIEA: entre el orgullo nacional y la presión internacional

Teherán ha vuelto a colocarse en el foco de la política internacional tras anunciar la suspensión de la cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Esta medida, confirmada por el canciller Abbas Araghchi, llega luego de ataques aéreos conjuntos de Estados Unidos e Israel que apuntaron contra instalaciones nucleares clave del país.

El viaje previsto de un alto funcionario del OIEA a Irán no incluirá inspecciones, lo que limita severamente la supervisión sobre un programa nuclear que ha alcanzado niveles peligrosos de enriquecimiento de uranio. De hecho, Irán ha llegado a procesar uranio hasta el 60% de pureza, un paso técnico corto hacia el 90% necesario para uso militar, según el propio OIEA.

“Mientras no lleguemos a un nuevo marco de cooperación, no habrá cooperación”, afirmó el canciller iraní, añadiendo que cualquier acuerdo futuro deberá respetar la legislación del Parlamento iraní. Todo esto se da luego de un conflicto de 12 días entre Irán e Israel en junio que dejó un saldo de más de 1,100 muertos en Irán, muchos de ellos altos mandos militares y científicos nucleares.

La historia detrás del programa nuclear iraní

Irán ha sido objeto de escrutinio internacional desde que en 2003 se descubrió que había intentado desarrollar un programa nuclear con fines armamentísticos. A lo largo de los años, bajo el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés) firmado en 2015, el país accedió a reducir sus niveles de enriquecimiento a cambio del levantamiento de sanciones.

Pero tras la salida de EE.UU. del acuerdo en 2018 bajo la administración Trump, Teherán volvió a aumentar su actividad nuclear paulatinamente. Ahora, con el nuevo golpe militar recibido y sin perspectivas cercanas de reanudar negociaciones con Washington, el regreso del país al marco del OIEA parece más distante que nunca.

Siria: represión y violencia en el sur

Mientras tanto, Siria vive una tragedia menos visible pero igualmente alarmante. Un video difundido por activistas en redes sociales mostró lo que parece ser la ejecución sumaria de un trabajador médico en el hospital nacional de Sweida por hombres armados —al parecer miembros de las fuerzas de seguridad del Estado— durante los violentos enfrentamientos entre grupos de la comunidad drusa y fuerzas gubernamentales.

El video, grabado el 16 de julio, muestra a personal médico de rodillas frente a individuos armados. Uno de ellos es arrastrado; tras resistirse, es asesinado a tiros. Otro vídeo muestra un tanque estacionado frente al hospital.

La crisis drusa y el asedio de Sweida

Los combates en la región, de mayoría drusa, se intensificaron en julio cuando grupos tribales y el ejército sirio chocaron en enfrentamientos sangrientos. Desde entonces, la ciudad está prácticamente sitiada, denuncian líderes comunitarios drusos, quienes indican que se ha impedido la entrada de ayuda humanitaria y alimentos.

La Media Luna Roja Siria denunció el ataque directo a uno de sus convoyes humanitarios recientes, y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha expresado su preocupación y ha instado al gobierno sirio a llevar a cabo una investigación “rápida, imparcial y transparente”.

Este nuevo ciclo de violencia evidencia el colapso del contrato social en Siria, donde incluso instituciones médicas son escenarios de represión y violencia. El gobierno del presidente interino Ahmad al-Sharaa, de corte islamista, busca afianzarse desarmando milicias drusas que han defendido sus vecindarios desde el inicio de los enfrentamientos.

Dos escenarios unidos por la erosión institucional

Lo que une los casos de Irán y Siria es la debilitación de las instituciones internacionales en su capacidad de arbitrar y mediar conflictos. El primero se desliza fuera del alcance del OIEA mientras avanza con su programa nuclear, y el segundo muestra un desprecio total por los convenios internacionales de protección a la población civil.

Según el OIEA, Irán había aceptado parcialmente protocolos de inspección, pero con esta nueva decisión y la destrucción de instalaciones clave, esos acuerdos quedan en suspenso. Por su parte, en Siria, los procedimientos jurídicos y los pactos internacionales parecen ser papel mojado frente a la brutal represión vivida.

Un panorama regional cada vez más volátil

Las tensiones entre Irán e Israel, sumadas a la inestabilidad interna de Siria, amenazan con nuevos episodios de conflicto regional. A pesar de que las hostilidades han cesado por el momento, el legado de violencia abre espacio a milicias radicales, represión interna, y debilitamiento del rol coordinador de organismos como Naciones Unidas o la Agencia Atómica.

Las autoridades iraníes insisten en que cualquier cooperación futura debe pasar por el Consejo Supremo de Seguridad Nacional, cerrando aún más la puerta al monitoreo externo. Y en *Siria*, el uso militar indiscriminado en zonas habitadas y de servicios esenciales ha normalizado el terror entre la población.

Humanitarismo en el centro del debate

La declaración del Consejo de Seguridad fue enfática: hizo un llamado a respetar las obligaciones internacionales que garantizan la protección de hospitales, personal médico y ayuda humanitaria. Expresó también preocupación ante la presencia de “combatientes terroristas extranjeros” —una referencia velada a la posible influencia externa en el conflicto sirio, incluyendo a Israel y potencias del golfo.

En ambos casos, se erige una clara advertencia: la política exterior ha sustituido al humanitarismo. Siria se convierte en laboratorio de violencia sectaria tolerada por el régimen, mientras Irán abraza el aislamiento nuclear como símbolo de soberanía, aunque esto signifique arriesgar aun más un posible conflicto armado con Occidente.

¿Habrá espacio en el futuro cercano para acuerdos duraderos en ambos escenarios? ¿O seguiremos presenciando una escalada de tensiones disfrazadas de “reconfiguraciones geoestratégicas”? El reloj diplomático avanza, pero los puentes hacia la paz, hoy por hoy, apenas sobreviven entre los escombros.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press