El fondo soberano de Noruega vende acciones israelíes: una señal ética en medio de la tragedia en Gaza
El mayor fondo de riqueza del mundo toma medidas frente a la crisis humanitaria en Palestina, retirando inversiones en 11 empresas israelíes
Una decisión sin precedentes con un mensaje poderoso
El fondo soberano de Noruega, uno de los actores financieros más influyentes del planeta, ha encendido el debate internacional sobre ética, inversiones y derechos humanos. La noticia de que la gestión del Fondo de Pensiones del Gobierno de Noruega, conocido como el Fondo del Petróleo, ha decidido vender sus participaciones en 11 empresas israelíes ha provocado reacciones globales.
La medida fue anunciada el pasado lunes por Nicolai Tangen, CEO de Norges Bank Investment Management (NBIM), en medio de lo que calificó como una "crisis humanitaria seria" en Gaza. Tangen declaró que “estas medidas fueron tomadas en respuesta a circunstancias extraordinarias” y señaló que la situación tanto en la Franja de Gaza como en Cisjordania ha empeorado sustancialmente.
El gigante financiero detrás de esta decisión
El Fondo del Petróleo no es cualquier fondo. Con activos que superan los 1.5 billones de dólares estadounidenses, sus implicaciones impactan en prácticamente todo el sistema financiero mundial. El fondo posee alrededor del 1.5% de todas las acciones que cotizan en bolsas internacionales, con participaciones en unas 9,000 empresas.
Con estas cifras, no se trata de una decisión simbólica. El retiro de inversiones de empresas israelíes por razones éticas puede tener consecuencias tangibles. Incluso si no se identificaron públicamente las empresas, el simple hecho de que los fondos administrados por NBIM dejen de gestionarse en el país, y se cancele la colaboración con gestores externos israelíes, marca una ruptura considerable.
¿Qué motivó realmente esta acción?
El fondo viene intensificando su escrutinio ético desde el otoño de 2023, cuando se intensificó el conflicto armado entre Israel y Hamas. Desde entonces, el Consejo de Ética del fondo ha monitoreado con mayor detalle las actividades de empresas en zonas sensibles.
En palabras de Tangen: “Estamos invertidos en un país en guerra, y las condiciones en Cisjordania y Gaza han empeorado recientemente. En respuesta, fortaleceremos aún más nuestra diligencia debida”.
Estas decisiones no sólo reflejan una postura financiera de reducción de riesgos políticos, sino también un alineamiento con criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). NBIM busca profundizar su política de responsabilidad ética al mostrar que el capital puede jugar un rol activo en contextos de conflicto y violaciones a los derechos humanos.
Precedentes éticos del fondo noruego
Este no es el primer caso en que el Fondo del Petróleo actúa por razones éticas. En el pasado:
- Retiró inversiones en empresas como Walmart por presuntas violaciones laborales.
- Excluyó a varias compañías chinas por sus vínculos con la vigilancia estatal y la represión a minorías.
- Rechazó inversiones en el sector del carbón, armas nucleares, y el tabaco.
Este historial le confiere al fondo una reputación de vigilancia responsable que pocos otros órganos similares ostentan. El reciente retiro de acciones israelíes se suma a una tradición de acción basada en principios.
El contexto: la crisis humanitaria en Gaza
Según cifras de OCHA, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, desde mediados de 2023, más de 34,000 civiles palestinos han perdido la vida en Gaza, la mayoría mujeres y niños. Además, se reportan más de 75,000 heridos, infraestructuras hospitalarias completamente destruidas y cientos de miles de personas desplazadas.
Varios organismos internacionales, incluidos Amnistía Internacional y Human Rights Watch, han calificado algunos bombardeos israelíes como posibles crímenes de guerra por el uso desproporcionado de la fuerza.
Impacto diplomático: ¿aislamiento de Israel o presiones para cambiar?
No es raro que un movimiento financiero como este tenga consecuencias diplomáticas. Si otros fondos soberanos imitan el actuar noruego, podríamos ver un aislamiento financiero progresivo del sistema empresarial israelí.
Es aún temprano para medir el tamaño del impacto, pero lo que sí es claro es que Israel enfrenta crecientes presiones tanto políticas como económicas a nivel internacional.
En respuesta a actos de ocupación o bombardeos, ciudades como Barcelona, Berlín, Ámsterdam y Dublín han reducido la cooperación con ciertos organismos israelíes. Sumado a ello, movimientos sociales como BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones) ganan terreno en universidades, sindicatos y redes sociales.
Reacciones en el ámbito financiero
La comunidad financiera está dividida entre quienes aplauden la medida noruega y quienes advierten que mezclar economía con geopolítica puede desencadenar efectos económicos adversos.
Rebecca Henderson, economista de Harvard y autora del libro “Reimagining Capitalism in a World on Fire”, aborda este tipo de decisiones como “pasos necesarios para restaurar una legitimidad que el capitalismo moderno ha perdido.
“Las grandes instituciones financieras deben mirar más allá del rendimiento inmediato y asumir rol en la defensa de estándares morales que protejan a los más vulnerables”, afirma Henderson.
¿Qué significa esto para las empresas afectadas?
Aunque NBIM no ha nombrado públicamente las 11 empresas israelíes, es probable que incluya firmas tecnológicas, construcción o defensa implicadas en el conflicto. Una investigación de Haaretz señala que empresas como Elbit Systems, Shikun & Binui, o Africa Israel Investments han sido blanco de críticas por actividades relacionadas con asentamientos ilegales o suministro de armamento.
La exclusión del benchmark bursátil noruego también significa una reducción de liquidez para estas compañías y la necesidad de responder a mayores exigencias éticas para recuperar su lugar en los portafolios responsables.
¿Podría esto sentar un precedente global?
Desde hace una década, la inversión socialmente responsable (ISR) ha crecido a tasas aceleradas. En Europa, más del 65% de los fondos institucionales consideran criterios ESG en sus decisiones; en América del Norte, ese número ya sobrepasa el 50%.
Empresas como BlackRock, Vanguard e incluso bancos centrales como el de Francia han declarado su intención de alinear sus actividades financieras con principios éticos. Por tanto, la decisión de Noruega no está aislada, sino que parece insertarse en una ola global de exigencia moral a las finanzas.
¿Y si otros países hicieran lo mismo?
Cabe preguntarse qué ocurriría si otros fondos soberanos tomaran una posición similar. Por ejemplo:
- El fondo soberano de Abu Dabi (ADIA) gestiona más de $800 mil millones.
- El fondo público de pensiones de Japón (GPIF), con más de $1.7 billones, el más grande del mundo.
- El fondo soberano de China (CIC) también supera el billón de dólares.
Si un puñado de estos actores adoptara la misma lógica ética, podríamos ver una forma de diplomacia indirecta, donde las inversiones se transforman en incentivos para la paz o, al menos, para el cese de acciones criticadas globalmente.
Una decisión estratégica o un mensaje ético
La línea entre pragmatismo y moralismo es delgada. Algunos analistas señalan que el fondo noruego también busca blindarse de escándalos e investigaciones futuras que podrían surgir de financiar indirectamente crímenes de guerra.
Pero lo cierto es que, cualquiera sea la motivación, ha logrado colocar el tema palestino-israelí de nuevo en la conversación pública bajo otro enfoque: ético y financiero.
El mundo observa. La banca observa. Las empresas, también.