El retorno de los manuscritos de Tombuctú: un puente entre el pasado y el renacimiento cultural de Mali
Tras más de una década ocultos por la amenaza yihadista, los manuscritos medievales de Tombuctú comienzan a regresar a casa, símbolo de resistencia, identidad y patrimonio africano
El alma intelectual de África Occidental regresa a casa
El 11 de agosto de 2025 marcó un momento histórico y profundamente simbólico para Mali: el gobierno militar del país comenzó el retorno de los legendarios manuscritos de Tombuctú, salvados de la destrucción a manos de grupos yihadistas hace más de una década. Su repatriación no es solamente un acto logístico, sino un grito de reafirmación cultural para un país golpeado por conflictos, golpes de Estado y la amenaza constante del extremismo.
Una travesía digna de epopeya
Cuando Tombuctú cayó en manos de radicales vinculados a Al Qaeda en 2012, se encendieron las alarmas internacionales. Más de 4,000 manuscritos fueron destruidos, junto con nueve mausoleos y una puerta de mezquita incluidas en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Pero la peor catástrofe fue evitada gracias a los valientes bibliotecarios y guardianes locales. Encabezados por Abdel Kader Haidara, estos héroes anónimos organizaron un rescate único: sacaron unos 27,000 manuscritos de la ciudad ocupada en sacos de arroz, carretas de burro, motos, piraguas y vehículos todo terreno. Una operación de película, pero real.
El regreso: ¿por qué ahora?
Hasta ahora, estos manuscritos estaban resguardados en Bamako, la capital. Sin embargo, las condiciones climáticas —húmedas e inestables— ponían en riesgo su integridad. Tombuctú, con su clima seco del desierto del Sahara, representa un sitio más adecuado para su conservación.
El primer lote, compuesto por más de 200 cajas con un peso total de 5.5 toneladas, fue trasladado en avión desde Bamako. Se trata de una etapa inicial en un proceso de repatriación que podría tomar semanas. Esta decisión fue motivada también por reclamos prolongados de autoridades locales y religiosas que pedían restaurar el contacto físico y espiritual con estos documentos.
¿Qué contienen los manuscritos?
Los manuscritos son más que obras de arte. Es un vasto universo de saberes que cubre temas como:
- Teología islámica
- Jurisprudencia
- Matemáticas y geometría
- Astronomía
- Historia y geografía
- Medicina tradicional y científica
Son la prueba viviente de que Mali, y en particular Tombuctú, fue centro de conocimiento global entre los siglos XIII y XVI. Las universidades y madrasas de la región eran reconocidas a nivel mundial. Estos documentos desafían la narrativa colonial que promocionaba una África sin historia escrita ni desarrollo científico.
Tombuctú: epicentro del saber y espiritualidad
Conocida como "la ciudad de los 333 santos", Tombuctú es un símbolo para África Occidental. Su fundación como ciudad del saber data de siglos antes de la colonización europea. Durante el apogeo del Imperio del Mali (siglo XIII al XV) y el Imperio Songhai, la ciudad brillaba como un faro de conocimiento islámico y humanista, rivalizando con Al-Ándalus y Bagdad.
El célebre explorador Leo Africanus describió Tombuctú en el siglo XVI como una "ciudad rica en oro, libros y erudición". Más allá de lo anecdótico, los manuscritos prueban que África fue depositaria, no solo de cultura oral, sino de una civilización con instituciones educativas avanzadas.
Política, memoria e identidad
Según el ministro de Educación Superior de Mali, Bouréma Kansaye, esta repatriación representa más que un gesto académico: "Es un legado que atestigua la grandeza intelectual y el cruce de civilizaciones de Tombuctú". Además, lo definió como "un puente entre el pasado y el futuro del país".
Desde el golpe de Estado de 2021, el gobierno militar maliense ha buscado reforzar la soberanía nacional y proyectar una imagen de autosuficiencia. En ese contexto, la repatriación de los manuscritos se inscribe, también, como una victoria simbólica para fortalecer su legitimidad interna.
Amenazas persistentes
El retorno no está exento de riesgos. Aunque ahora bajo control del gobierno, Tombuctú todavía es blanco de ataques yihadistas. Según International Crisis Group, la seguridad en la región de Tombuctú sigue siendo frágil. Apenas en julio de 2025, militantes radicales atacaron posiciones en las afueras de la ciudad.
Por ello, proteger los manuscritos no será solo una cuestión de conservación física, sino también de resguardar la paz en la región. Las autoridades han mencionado planes para restaurar los mausoleos destruidos y crear museos de alta seguridad para albergar los documentos.
La digitalización: clave para el futuro
Desde ya, diversos especialistas afirman que el paso siguiente debe ser la digitalización masiva de los documentos. Iniciativas como Timbuktu Libraries Project en conjunto con universidades internacionales ya están en marcha, pero requieren mayor financiamiento.
La meta es asegurar que esta riqueza de conocimiento pueda ser compartida con el mundo entero y protegerla de posibles nuevas tragedias. También se estudia la posibilidad de utilizar inteligencia artificial para descifrar textos escritos en árabe antiguo, tamasheq y otros idiomas locales.
Un símbolo de resiliencia y orgullo africano
La importancia de los manuscritos de Tombuctú supera los límites de Mali. Son evidencia viva de la capacidad intelectual y cultural africana a lo largo de siglos. Su destrucción fue un intento de borrar una identidad, y su salvación se ha convertido en símbolo de resistencia, memoria y esperanza.
Como dijo Diahara Touré, vicealcalde de Tombuctú: "Reflejan nuestra civilización y nuestro patrimonio intelectual y espiritual". Con su regreso, se enciende una chispa para reconstruir la autoestima de un continente que comienza a escribir, con orgullo, las nuevas páginas de su propia narrativa.
Los guardianes que hicieron historia
Uno de los mayores héroes modernos es el bibliotecario Abdel Kader Haidara, apodado "el Schindler de Tombuctú". En una entrevista a The Guardian en 2014, afirmó: "Sabía que si no actuábamos, perderíamos una parte esencial de nuestra historia. Decidimos arriesgarlo todo".
Gracias a su esfuerzo y al de decenas de colaboradores, los manuscritos sobrevivieron al fanatismo. Sus acciones han sido reconocidas globalmente: Haidara fue nominado al premio Princesa de Asturias y su historia fue adaptada al libro The Bad-Ass Librarians of Timbuktu de Joshua Hammer.
Un legado compartido
En palabras de Kansaye: "Ahora tenemos la responsabilidad de proteger, digitalizar, estudiar y promover estos tesoros para que sigan iluminando a Mali, África y el mundo".
Tal responsabilidad no solo pertenece a Mali. El rescate y la puesta en valor del patrimonio africano es tarea compartida por todos quienes creemos en la diversidad cultural y el respeto al pasado como cimiento para un futuro próspero.
En un continente aún marcado por las heridas coloniales, el retorno de los manuscritos de Tombuctú es más que una noticia: es una lección de amor por el conocimiento, una prueba tangible de la civilización africana, y una herramienta fundamental de resistencia pacífica.