Historias cruzadas en las Grandes Ligas: entre regresos, despedidas y segundas oportunidades

Carlos Correa vuelve a casa, Bregman se convierte en rival, Kendall Graveman enfrenta el ocaso y Gerrit Cole ve la luz al final del túnel: así se entrelazan los destinos en una temporada ardiente de la MLB

Un regreso que enciende a Houston: Carlos Correa vuelve a donde todo comenzó

La jornada del lunes en las Grandes Ligas estuvo cargada de drama, emociones y cargas simbólicas que trascienden las estadísticas. Para los aficionados de los Houston Astros, fue un día de nostalgia y entusiasmo, marcado por el regreso triunfal de Carlos Correa, el campocorto que ayudó a convertir a la franquicia en una potencia del béisbol.

Correa, ahora con 29 años, volvió a enfundarse el uniforme de los Astros tras un traspaso desde los Minnesota Twins en la fecha límite. Lo sorprendente: renunció a su cláusula de no intercambio para poder volver a Houston, una decisión que refleja su conexión emocional con esta ciudad y equipo.

Volver aquí es como un sueño. Esta es mi familia de béisbol”, dijo Correa. Y aunque estuvo fuera durante cuatro años, su impacto fue inmediato: en sus primeros nueve juegos desde el regreso, bateó para .405 con 15 hits, incluyendo dos jonrones y seis carreras impulsadas.

Reencuentros que conmueven: el abrazo con Altuve

Uno de los momentos más emotivos fue su reencuentro con José Altuve, su inseparable compañero del infield. “Cuando llegué, le di un gran abrazo. Lo extrañaba”, confesó Correa.

Para Altuve, su regreso también fue motivo de celebración: “Lo extrañamos mucho y tenerlo de nuevo aquí es una bendición”. Ambos forman una de las duplas más queridas en Houston, con innumerables momentos compartidos dentro y fuera del terreno.

Bregman: de héroe local a rival incómodo

El mismo día en que Correa volvía a casa, Alex Bregman regresaba también a Minute Maid Park, pero como enemigo. El antesalista, dos veces All-Star y uno de los pilares del éxito de los Astros, firmó en la última agencia libre con los Boston Red Sox.

Sigue siendo surreal estar aquí como visitante”, reconoció Bregman. El pelotero, seleccionado en el segundo lugar del Draft de 2015, marcó una época en Houston: ocho postemporadas, cuatro Series Mundiales y dos títulos (2017 y 2022). Incluso fue subcampeón de MVP en 2019 y ganó un Guante de Oro en su última temporada con el club.

Los campeonatos y la resiliencia de la ciudad durante momentos difíciles es lo que más recuerdo”, dijo con nostalgia.

Correa y su reinvención defensiva: del shortstop a la tercera base

Mientras tanto, Correa decidió dar un giro a su rol defensivo. Luego de años como campocorto, ahora ocupa la tercera base. El cambio, según él, le ha dado nueva vida.

No me canso tanto, así que mis piernas están más frescas”, explicó el puertorriqueño. Bregman, con quien compartió durante años el infield, está convencido de su éxito en esta nueva etapa: “Tiene un brazo increíble. Siempre dijimos que si atrapaba la pelota, el corredor estaba out”.

Kendall Graveman y su lento adiós del montículo

En contraste con las alegrías de Houston, otra historia se desenvolvía silenciosamente en Arlington, Texas. El veterano relevista Kendall Graveman, de 34 años, fue designado para asignación por los Arizona Diamondbacks. Su ERA de 7.13 en 19 apariciones habla por sí sola.

Graveman firmó con Arizona tras una larga ausencia, luego de someterse a una complicada cirugía de labrum en el hombro derecho en enero de 2024. Su regreso fue tardío, debutando recién en mayo y sumando más problemas físicos en junio.

En su última aparición, el domingo, permitió tres carreras —incluido un cuadrangular de dos carreras— en un juego que Arizona ganaba 12-3.

“Un guerrero que luchó hasta el final”

El manager de los Diamondbacks, Torey Lovullo, fue sincero: “Kendall estaba dando lo mejor de sí. Tuvo algunos buenos momentos, pero también luchó mucho”. Aunque es probable que su tiempo en las Grandes Ligas esté llegando a su fin, Graveman no está listo para el retiro. Planea seguir buscando oportunidades.

Con una ERA de por vida de 4.03 en 299 juegos (80 como abridor) y una carrera que comenzó en 2014 con los Blue Jays antes de pasar por Oakland, Seattle, Houston y los White Sox, Graveman es un ejemplo de perseverancia en el béisbol.

Recuperar una estrella: Gerrit Cole y su lento pero optimista regreso

Mientras tanto, en Nueva York, las noticias también ofrecieron una dosis de optimismo para los fans. Gerrit Cole, el as de los Yankees, dio su primer paso importante hacia una posible reaparición tras haber sido operado del codo (cirugía Tommy John con refuerzo interno) a principios de 2024.

Cole, de 34 años, realizó 20 lanzamientos sobre terreno plano en el Yankee Stadium. “Se sintió muy bien. Fue un buen día”, comentó el lanzador. El proceso ha sido largo: cirugía, yeso, férula, y más de 90 minutos diarios de rehabilitación.

Aunque todavía faltan meses para que suba al montículo, este es su primer paso real desde la operación. Su calendario de recuperación espera reactivarse por completo para inicio de 2025.

El jugador con seis selecciones al Juego de Estrellas, firmó un contrato de $324 millones por nueve años (hasta 2028) con los Yankees, y acumula una efectividad de 3.18 en 317 aperturas.

Una trayectoria imponente y un futuro incierto

Cole ha lanzado 1,954 entradas en la temporada regular y otras 133 1/3 en la postemporada, siendo uno de los lanzadores más dominantes del último lustro. La cirugía que sufrió es menos invasiva que la reconstrucción convencional, permitiéndole posiblemente una recuperación más sólida.

Su manager, Aaron Boone, se mostró optimista. “Es un hito importante. Está haciendo todo bien y estamos contentos con su evolución”.

Cambios, legados y nuevas oportunidades

Este peculiar lunes en las Grandes Ligas nos recuerda que el béisbol no es solo jugadas de rutina o jonrones espectaculares; es una narrativa viva donde cada jugador defiende su capítulo.

  • Correa regresa a su hogar deportivo y promete dar lo mejor en una ciudad donde se hizo leyenda.
  • Bregman descubre qué se siente enfrentar su antigua casa como rival.
  • Graveman, resistiendo el paso del tiempo, enfrenta su realidad física con dignidad.
  • Y Cole enciende una vela de esperanza hacia un retorno glorioso.

Los Astros, Red Sox, Diamondbacks y Yankees han sido testigos de estas historias entrelazadas en un solo día. Pero para el fanático, lo que queda es una serie de emociones, memorias y la certeza de que, en el béisbol, los regresos siempre tienen un lugar.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press