Li Li Leung: La mujer que reconstruyó USA Gymnastics desde las cenizas
De una institución en crisis a un modelo en transformación: así lideró Leung la regeneración de una organización marcada por uno de los mayores escándalos en la historia del deporte estadounidense
Un liderazgo que surgió en medio del caos
Cuando Li Li Leung asumió la presidencia de USA Gymnastics en marzo de 2019, lo hizo con la institución al borde del colapso. La sombra del escándalo de Larry Nassar —el médico del equipo acusado y condenado por agresiones sexuales a más de 150 gimnastas— era enorme, y el prestigio de uno de los organismos emblema del deporte olímpico estadounidense estaba por los suelos.
La exgimnasta de la Universidad de Michigan y ejecutiva de relaciones internacionales de la NBA llegó con el reto monumental de reconstruir no solo la estructura financiera, sino también la confianza interna y externa.
“Entré sin tiempo para pensar. Solo hacer”, recordó recientemente Leung en una entrevista. “No se trataba solo de reparar una marca, sino de restaurar vidas dañadas”.
Una institución traumatizada
USA Gymnastics no solo sufría de una mala administración, sino que había perdido a sus principales patrocinadores y estaba bajo el escrutinio constante de la opinión pública. A su llegada, el organismo contaba apenas con seis semanas de flujo de caja. Muchos vaticinaban el cierre inminente.
El ambiente era hostil. Incluso dentro de la comunidad de atletas, entrenadores y directivos, la confianza estaba rota. La inacción de anteriores líderes para proteger a las gimnastas de años de abusos había dejado una huella profunda.
Li Li Leung tenía que actuar, y rápido. Pero no lo hizo desde el pánico, sino desde la serenidad, la escucha atenta y la transparencia.
Transformación silenciosa
En lugar de mostrar gestos grandilocuentes, Leung optó por el contacto directo y la compasión. Junto a la presidenta de la junta directiva, Kathryn Carson, asistió a decenas de audiencias judiciales con sobrevivientes del abuso de Nassar, aunque muchas veces sin micrófonos ni declaraciones públicas. Simplemente, se ofreció a escuchar.
“Tuvimos la oportunidad de expresar personalmente cuánto nos importaba hacer lo correcto y oírlas directamente”, dijo Carson. “Hubo muchas lágrimas”.
Este enfoque marcó una ruptura con la cultura institucional anterior. Ya no se trataba de proteger una marca, sino de reconstruir una comunidad desde la empatía.
El acuerdo que cambió todo
Uno de los grandes hitos de su gestión llegó en 2021, cuando USA Gymnastics y el Comité Olímpico de EE.UU. aceptaron pagar una indemnización récord de $380 millones a las víctimas del caso Nassar.
Este acuerdo fue visto como un cierre simbólico, pero Leung sabía que era solo un paso: “La curación no termina con un cheque. Es un proceso continuo”.
Ganar de nuevo la credibilidad
Recuperar el respeto del público y de las atletas tomó tiempo. En 2019, apenas cinco meses después de asumir, Simone Biles —campeona olímpica y sobreviviente— fustigó públicamente a la organización por su falta de protección hacia las jóvenes.
Cinco años más tarde, Biles reconoció los esfuerzos. Dijo que USA Gymnastics ahora “está haciendo el trabajo” para convertirse en un lugar seguro para las atletas.
También regresaron los patrocinadores. La afiliación superó los 240.000 miembros, entre atletas, entrenadores y propietarios de gimnasios. Y recientemente, USA Gymnastics firmó una importante alianza de transmisión con NBC Sports que se extenderá hasta los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2032.
Reconectar con el pasado (y sanarlo)
Uno de los momentos más potentes de esta nueva era fue el regreso al escenario de Dominique Moceanu —campeona olímpica en 1996 y excrítica feroz de la organización— quien apareció en agosto en la ceremonia del 30° aniversario de su título nacional.
Moceanu, quien en su momento fue silenciada por denunciar abusos físicos y emocionales en el entrenamiento, dijo: “Li Li ha sido una líder estable. Eso ha sido muy positivo. Es un signo de que USAG está comenzando a sanar”.
Un futuro que ya camina solo
En junio, Leung anunció que dejará su cargo al finalizar el año. En su mensaje al equipo, no habló del pasado, sino del futuro: “Ustedes pueden hacerlo, y lo harán. Porque ahora entienden que este trabajo nunca termina. Siempre hay algo que se puede mejorar”.
El proceso de reemplazo ya está en marcha, y Leung, si bien asesorará en la búsqueda, cree que quien tome el cargo debe tener experiencia de atleta, aunque no necesariamente de gimnasia. “Debe conocer la presión competitiva y entender el deporte desde dentro”, dijo.
Hoy, la presidencia de USA Gymnastics, que nadie quería hace seis años, se ha transformado en una oportunidad valiosa de liderazgo deportivo.
El legado silencioso
Leung no busca aplausos. De hecho, evita hablar de sus logros personales. Prefiere atribuir el cambio a su equipo. Pero sin su presencia, templanza y claridad moral, USA Gymnastics no se encontraría hoy en pie.
“Ha estado con nosotros en todo momento”, dijo Carson. “Y siempre desde la humildad, nunca desde lo performativo”.
En una era marcada por las figuras rutilantes, Leung fue la excepción: una líder que transformó sin ruido, pero con impacto.
Ahora, tras “competir sin descanso durante seis años”, como ella misma lo define, Li Li Leung eligió descansar. Al menos por un tiempo.
Pero tal como enseñó a la organización, aún en la pausa resuena la pregunta constante que dejó como brújula: ¿Qué más podemos hacer mejor?