La Comunión de Iglesias Evangélicas Reformadas: Patriarcado, nacionalismo cristiano y poder político en EE. UU.

Una mirada crítica al auge de una red conservadora que gana influencia en Washington mientras promueve una teología patriarcal y posturas controvertidas

¿Qué es la CREC y quién es Doug Wilson?

La Communion of Reformed Evangelical Churches (CREC) es una red de iglesias protestantes creada en 1998 que actualmente cuenta con más de 130 congregaciones en Estados Unidos y otros países. Su doctrina se nutre directamente de las enseñanzas del reformador del siglo XVI Juan Calvino, y de los postulados del Reconstruccionismo Cristiano, un movimiento teológico del siglo XX que aboga por implementar las leyes bíblicas como base del sistema legal y gubernamental moderno.

Uno de los líderes más visibles e influyentes de esta red es Doug Wilson, pastor de Christ Church en Moscow, Idaho. Este carismático líder no solo es figura central de la CREC, sino también fundador de múltiples iniciativas educativas y editoriales que refuerzan su visión teológica, como el Logos School, la Association of Classical Christian Schools y la editorial Canon Press.

Teología patriarcal: El rol de la mujer según la CREC

Las posturas de la CREC sobre género se alinean con la doctrina del complementarismo, que sostiene que hombres y mujeres tienen diferentes roles definidos por Dios. En la práctica, esto significa que las mujeres no pueden ocupar roles de liderazgo en la iglesia y se espera que se sometan a la autoridad de sus esposos.

Doug Wilson ha sido particularmente polémico en este tema. Ha expresado públicamente que considera que la aprobación de la Enmienda 19 de la Constitución estadounidense —que otorgó el derecho al voto a las mujeres en 1920— “fue una mala idea”. Aunque su esposa e hijas votan, él preferiría que solo los cabezas de familia votaran, como ocurre en su iglesia.

“El voto en nuestra iglesia normalmente lo emite el padre de familia, porque somos patriarcales y no igualitarios.” — Doug Wilson

Estas ideas han causado un rechazo generalizado entre activistas por la igualdad de género y teólogos que ven en ellas una regresión peligrosa revestida de discurso religioso.

Controversias: del ejército a la sexualidad

Wilson no se limita a la teoría: también ha hecho afirmaciones incendiarias sobre la estructura del ejército y el rol de las mujeres en él. En una entrevista, cuestionó la sensatez de permitir que mujeres sirvan en submarinos, utilizando una comparación ofensiva que fue criticada por múltiples sectores:

“Es como poner 50 gatos en un corral y tirar catnip en el medio. Si crees que eso va a ayudar a que los marineros dejen de tratar a las mujeres como objetos, es que no has salido mucho por ahí.” — Doug Wilson

Además, ha restado importancia a la brutalidad de la esclavitud en el Sur de Estados Unidos, lo que ha derivado en protestas tanto dentro como fuera de Moscow, Idaho. Casas en ese pueblo exhiben carteles en contra de su iglesia y liderazgo.

¿Quién es Pete Hegseth y por qué importa su vínculo con la CREC?

Pete Hegseth, actual secretario de Defensa de EE. UU. y una de las figuras más controvertidas del gabinete de Donald Trump, se ha declarado públicamente como parte activa de la CREC. Asiste regularmente a Pilgrim Hill Reformed Fellowship, una iglesia afiliada situada en un suburbio de Nashville, Tennessee. Su líder, el pastor Brooks Potteiger, incluso ha dirigido oraciones en ceremonias oficiales dentro del Pentágono.

Recientemente, Hegseth compartió en redes sociales un video de CNN sobre la CREC, repostéandolo con el lema de Christ Church: “Todo de Cristo para toda la vida”. Doug Wilson interpretó esto como un asentimiento personal por parte del funcionario:

“Estaba, en efecto, diciendo ‘Amén’.” — Doug Wilson

En la medida en que uno de los jefes militares del país abraza esta cosmovisión fundamentalista, surgen preguntas legítimas sobre la influencia que puede tener en decisiones sobre el rol de la mujer en las Fuerzas Armadas, la política exterior e incluso los derechos civiles.

¿Qué es el nacionalismo cristiano y cómo lo aplica la CREC?

El nacionalismo cristiano sostiene que EE. UU. debería ser una nación explícitamente cristiana, gobernada por principios religiosos. Doug Wilson no esconde su entusiasmo ante este término. Ha afirmado:

“Estoy más que feliz de usar esa etiqueta. Es mejor que blanco nacionalista, teofascista o misógino.”

En una publicación de 2022 dijo que, si triunfan, “esto será la América cristiana 2.0”. Este ideal está en oposición directa a los principios de secularismo sobre los cuales se fundó el país, según la interpretación de la mayoría de los historiadores.

Una agenda teológica que se infiltra en la política

A través de sus iglesias, editoriales y redes educativas, Doug Wilson ha construido un ecosistema férreo para reproducir sus ideas. Canon Press, una editorial bajo su control, ha publicado títulos como:

  • “The Case for Christian Nationalism”
  • “It’s Good to Be a Man: A Handbook for Godly Masculinity”

Wilson ha afirmado que la presencia de funcionarios del gobierno en su nueva iglesia en Washington, Christ Church DC, no responde a fines de lobby, pero lo cierto es que refuerza el nexo entre gobierno y su doctrina eclesiástica. Es la primera vez que la CREC tiene una influencia tan directa en los niveles más altos del poder político en EE. UU.

El peligro de una teocracia moderna

El auge de la CREC y figuras como Wilson y Hegseth plantea un escenario preocupante. Este movimiento recrudece valores patriarcales, cuestiona el principio de igualdad de género, minimiza crímenes históricos como la esclavitud y aspira a que EE. UU. se rija por leyes religiosas. Todo esto mientras gana presencia en el Congreso, el Pentágono y otras esferas gubernamentales.

Para muchos observadores, la CREC y su teología no son meramente una expresión religiosa, sino una potente herramienta de influencia ideológica que puede comprometer derechos civiles conquistados hace más de un siglo. La separación entre iglesia y estado, piedra angular de la democracia estadounidense, podría estar más vulnerada que nunca si esta tendencia continúa.

El debate no solo es teológico. Es político, social y cultural. En un país donde la religión suele entremezclarse con la política, figuras como Wilson y Hegseth nos recuerdan que la libertad religiosa no sólo debe proteger el derecho a creer, sino también el derecho a disentir.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press