¿Obligados al cubículo? El regreso a la oficina en California bajo la lupa
La auditoría que desafía las órdenes de Gavin Newsom y plantea nuevas preguntas sobre el futuro del teletrabajo
Un mandato sin datos concretos
En medio del debate sobre el futuro del trabajo híbrido, una auditoría estatal ha puesto bajo el microscopio las decisiones del gobernador de California, Gavin Newsom, respecto al regreso obligatorio de los empleados públicos a las oficinas. El informe, solicitado por legisladores estatales en mayo de 2024, concluye que Newsom no usó datos de productividad ni evaluaciones de espacio para justificar su mandato de regreso presencial, el cual incrementó recientemente de dos a cuatro días semanales en la oficina.
El auditor estatal Grant Parks fue categórico: "Un enfoque único para todos en materia de teletrabajo contradice la política estatal y puede limitar cuestiones de ahorro relevante". Según sus estimaciones, si el estado mantuviera a sus empleados trabajando desde casa tres días a la semana, California podría ahorrar hasta $225 millones de dólares anuales y reducir su espacio de oficina casi en un tercio.
Orígenes de la controversia: de pandemia a política
Durante la pandemia de COVID-19, miles de empleados estatales fueron enviados a trabajar desde casa. Una medida de emergencia que muchos vieron como una oportunidad histórica de reimaginar el entorno laboral. Sin embargo, en 2023, Newsom empezó a exigir que las oficinas volvieran a ocuparse al menos dos días por semana, alegando mejoras en la colaboración y la productividad.
En 2024, redobló su apuesta firmando una nueva orden ejecutiva para aumentar la presencia a cuatro días. Pero como señala la auditoría, esta decisión careció de un respaldo analítico sólido. No se midió de manera formal el rendimiento de los trabajadores en entornos remotos, ni se evaluó si las oficinas eran necesarias para las funciones diarias de cada departamento.
Ignorando sus propios datos
Según el informe de la auditoría, la Oficina del Gobernador desestimó resultados clave recolectados por el Departamento de Servicios Generales de California. Este organismo realizó encuestas e informes que detallaban las necesidades reales de espacio de los distintos departamentos gubernamentales. A pesar de contar con esta información, no fue utilizada como fundamento para las nuevas políticas de retorno.
Como resultado, varios departamentos se vieron obligados a mantener oficinas costosas y subutilizadas, con sistemas híbridos que no reflejan el uso real o las necesidades de su personal. La auditoría acusa al Ejecutivo de haber promocionado una política uniforme que, lejos de optimizar recursos, podría estar encareciendo y complicando la operatividad estatal.
La reacción sindical: apoyo inequívoco al trabajo híbrido
El informe fue recibido con entusiasmo por organizaciones sindicales y defensores del trabajo remoto. Ted Toppin, director ejecutivo del sindicato Professional Engineers in California Government —que representa a ingenieros estatales— afirmó:
“Esta auditoría confirma lo que ya sabíamos: el teletrabajo flexible beneficia a los contribuyentes, al gobierno estatal y a los empleados por igual.”
Cabe señalar que los contratos más recientes firmados entre la administración de Newsom y varios sindicatos incluyen cláusulas que flexibilizan los mandatos del gobernador, permitiendo a muchas agencias mantener esquemas híbridos más suaves de acuerdo a sus necesidades.
Un reflejo del mercado laboral global
Lo que ocurre en California no es un caso aislado. Según un estudio del Stanford Institute for Economic Policy Research, el 27% de los trabajadores estadounidenses trabajaban desde casa al menos un día a la semana en 2023. Empresas tecnológicas como Meta (antes Facebook) y Google han oscilado entre modelos híbridos y requerimientos más presenciales, en una constante búsqueda de equilibrio entre rendimiento, salario emocional y retorno sobre la inversión inmobiliaria.
Además, ciudades como Nueva York, Washington D.C. y San Francisco han iniciado políticas similares, enfrentando tanto críticas como elogios. El retorno generalizado a oficinas ha sido lento, y el uso de espacios corporativos sigue por debajo de niveles prepandemia. De hecho, la estrategia inmobiliaria gubernamental mal ajustada podría estar contribuyendo a la sobrecarga de espacios vacíos en centros urbanos, impactando negativamente en la economía local.
¿Y el cambio climático?
Un aspecto poco abordado por las órdenes de Newsom ha sido el impacto ambiental del regreso universal a oficinas. Según cifras del California Air Resources Board, el sector transporte representa más del 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero del estado. Reducir la necesidad de desplazamientos masivos reduciría directamente esas emisiones.
Los líderes sindicales argumentan que el teletrabajo puede ser una herramienta crucial en los esfuerzos climáticos del estado. Menos tráfico implica menos contaminación, y también una mejor calidad de vida para los empleados, lo que puede traducirse en mayor retención del talento y reducción de costos por rotación.
Propuestas de mejora tras la auditoría
Entre las recomendaciones presentadas por el auditor estatal destacan:
- Requerir que cada departamento identifique cuáles posiciones pueden realizar trabajo híbrido.
- Desarrollar una política estandarizada para medir la eficacia del teletrabajo.
- Fomentar la reducción de espacio físico en oficinas mediante contratos flexibles a largo plazo.
- Utilizar incentivos para reconocer a las agencias que adopten modelos híbridos exitosos.
Estas propuestas pretenden no solo optimizar los recursos estatales, sino también generar un marco legal más claro y sustentable para la evolución del trabajo en la función pública.
Una resistencia política al cambio
Desde el despacho del gobernador, la reacción fue de rechazo parcial. Una portavoz de Newsom, Tara Gallegos, declaró que “el gobernador discrepa respetuosamente” con las conclusiones de la auditoría. Según Gallegos, el informe se basa en “teorías hipotéticas e información incompleta.” También resaltó que "el trabajo presencial tiene beneficios que van más allá de lo cuantificable," como la cohesión de equipos y la formación profesional espontánea.
Pero esa visión puede no estar alineada con la sociedad californiana actual, especialmente con una fuerza laboral cada vez más joven, tecnológica y que valora el equilibrio vida-trabajo tanto como el salario. El desafío principal para la administración será encontrar una política que combine resultados con bienestar.
¿El futuro es híbrido?
La discusión no está zanjada. Lo que sí es evidente es que estamos frente a una transformación estructural del concepto de empleo, una que enfrenta inercias culturales, políticas y administrativas. California, vanguardia en tantas áreas, está en riesgo de quedar rezagada si no adapta sus prácticas laborales a una nueva era que demanda mayor flexibilidad, sostenibilidad y eficiencia.
Tal como escribió el analista Nicholas Bloom, experto en teletrabajo de la Universidad de Stanford: "El trabajo remoto está aquí para quedarse, y los gobiernos deben ser parte de la solución, no del problema."