El despido inesperado de Montse Tomé: ¿traición a la evolución del fútbol femenino en España?

A pesar del éxito en la Euro 2025 y la Nations League, la entrenadora fue reemplazada por Sonia Bermúdez. ¿Qué hay detrás de la sorpresiva decisión?

Una destitución que nadie veía venir

Montse Tomé, la primera mujer en dirigir a la selección femenina absoluta de España, ha dejado su cargo como seleccionadora tras llevar al equipo a una final histórica en la Eurocopa 2025. La decisión, comunicada por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) a apenas unas semanas de acabar su contrato, ha generado perplejidad y debate en los círculos futbolísticos y en la opinión pública.

La sustitución de Tomé por la exjugadora Sonia Bermúdez ocurre en un contexto en el que lo deportivo no pareciera ser el motivo principal. Bajo su mandato, la selección española no solo mantuvo un alto nivel competitivo, sino que sumó títulos como la primera edición de la Nations League Femenina y alcanzó la final continental, donde cayó por penales ante Inglaterra.

Resultados que respaldaban su continuidad

Desde que fue nombrada entrenadora del equipo tras la salida de Jorge Vilda en 2023, Tomé enfrentó varios retos institucionales y sociales. Sin embargo, su trayectoria comenzó con éxito inmediato, con el título de la UEFA Nations League en 2024 y una exitosa clasificación a la Euro 2025. En ese torneo, España consolidó un estilo de juego dominante, con victorias destacadas frente a selecciones como Alemania e Italia camino a la final.

Por esa razón, fue sorprendente escuchar a la propia entrenadora declarar en una entrevista a Cadena SER: “Me sorprendió mucho la decisión. Me dejaron con la impresión de que todo iba bien”.

El factor institucional: cuando la palabra vale poco

Tomé afirmó que el presidente de la RFEF, Rafael Louzán, le había asegurado que, si España cumplía una buena actuación en la Euro, ella continuaría en el cargo. “Siempre mostró mucha confianza en mí; por eso me decepcionó ver que no cumplió con su palabra”, expresó Tomé.

Este tipo de decisiones refuerzan la narrativa de una federación masculina que aún no ha aprendido a manejar la equidad y la transparencia en entornos femeninos. Recordemos que su nombramiento fue posterior a la polémica del beso no consentido de Luis Rubiales a Jenni Hermoso después de la final del Mundial 2023, episodio que conmocionó a la opinión pública y que colocó a España bajo la lupa mundial.

¿Realmente fue una decisión netamente deportiva?

Los rumores sobre posibles tensiones internas y la gestión de convocatorias también circularon. Tomé fue criticada por no convocar recientemente a Hermoso, pero ella defendió que sus decisiones eran puramente deportivas: “Nunca he tenido que enviar una lista de jugadoras al presidente. Nadie me impuso traer a una u otra”.

Muchos analistas ven en esta frase un mensaje sutil: quizás sí hubo influencias o conversaciones que, aunque no explícitas, generaron presión o despistes en la conducción técnica. En definitiva, la falta de explicaciones claras contribuye a una sensación de injusticia y opacidad.

La paradoja del éxito en el fútbol femenino español

El caso de Montse Tomé es un reflejo de lo paradójico que puede ser el fútbol: obtener buenos resultados puede no ser suficiente para asegurar continuidad. Esto no es exclusivo del fútbol femenino, pero llama especialmente la atención si consideramos que aún hay una lucha por consolidar espacios de poder para las mujeres en el deporte más popular del mundo.

España venía de ganar el Mundial 2023 femenino, y su continuidad en los más altos niveles competitivos parecía indicar una era dorada. Sin embargo, esta decisión podría ser leída como un revés simbólico más que administrativo.

¿Una cuestión de imagen o de poder?

Sonia Bermúdez es una figura muy respetada, con experiencia como jugadora en Atlético de Madrid, FC Barcelona y la selección española. Nadie cuestiona su capacidad para asumir este nuevo reto. No obstante, la pregunta sigue vigente: ¿fue necesario remover a Tomé para abrir un nuevo ciclo?

La sensación pública es que en lugar de reconocer una gestión sólida y de paso construir un legado, la RFEF optó por un cambio abrupto que no fue comunicado adecuadamente, ni hacia la interesada, ni hacia el entorno mediático ni hacia las propias jugadoras.

El silencio en redes: ¿otro síntoma de distanciamiento?

Otra de las señales que algunos intentan interpretar es que ninguna jugadora se despidió de Tomé en redes sociales. Aunque la entrenadora negó molestia al respecto (“me llegaron muchos mensajes privados, me sentí respetada”), la falta de gestos públicos podría apuntar a grietas en la relación cuerpo técnico-jugadoras.

Esto lleva a pensar en una posible necesidad interna de la Federación de reconstruir dinámicas grupales o buscar liderazgos más cercanos a las nuevas generaciones del equipo.

Una constante en el fútbol femenino: logros sin recompensa

No es la primera vez que una entrenadora exitosa es dejada de lado sin motivos deportivos claros. En 2017, Mark Sampson fue relevado como seleccionador inglés pese a haber llevado a Inglaterra al tercer lugar del Mundial. Jill Ellis, que ganó dos Copas del Mundo con Estados Unidos, fue cuestionada constantemente por su gestión.

¿Será que en el fútbol femenino el éxito aún no garantiza estabilidad? ¿O acaso la dirigencia aún teme a los liderazgos femeninos autónomos?

Lo que viene: desafíos para Sonia Bermúdez

Ahora, todas las miradas estarán puestas en Sonia Bermúdez, quien asume el reto de consolidar un equipo brillante pero potencialmente fragmentado emocionalmente. Las expectativas son altas, y cualquier paso en falso será comparado con la gestión anterior.

La Euro 2025 fue un aviso claro de que España puede dominar Europa, pero también expuso fragilidades internas que deben ser atendidas. La gestión humana y de grupo será tan crucial como lo táctico.

Un punto de inflexión

La destitución de Montse Tomé puede marcar un antes y un después. Si sirve para reflexionar honestamente sobre cómo se construyen y destruyen liderazgos en el fútbol femenino, bien valdrá el debate. Pero si solo es otro caso de decisiones arbitrarias revestidas de formalismo institucional, entonces estaríamos desperdiciando una oportunidad para crecer como sociedad deportiva.

Lo que queda claro es que la figura de Tomé ya tiene un lugar en la historia del fútbol femenino en España: por sus logros, por su resistencia y por seguir abriendo puertas a pesar de cómo se cierren detrás de ella.

Como dijo ella misma: “Cosas que pasan en el fútbol que no esperas”. Tal vez sea hora de que empiecen a dejar de pasar.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press