El legado de Lionel Taylor y el futuro de Caleb Williams: Pasado y presente de la NFL en evolución

Desde el pionero de los 100 pases atrapados hasta la próxima gran estrella en Chicago, la NFL escribe nuevas páginas de su historia

Una leyenda poco recordada pero fundamental: Lionel Taylor

En el mundo del fútbol americano, pocos nombres capturan tanto respeto entre los conocedores como Lionel Taylor. Su reciente fallecimiento a los 89 años nos obliga a mirar atrás y recordar justamente su impacto no solo en el campo de juego, sino también en los despachos técnicos y en la evolución de la NFL como liga.

En 1961, Taylor se convirtió en el primer receptor en la historia del fútbol profesional —ya sea NFL o AFL— en registrar una temporada con 100 recepciones. Un hito que, si bien hoy en día parece habitual para estrellas como Justin Jefferson o Cooper Kupp, fue revolucionario en aquellos años de ofensivas centradas en el juego terrestre.

Nacido en 1935, jugó en una época en la que los receptores apenas eran protagonistas. Las estadísticas no mienten: en sus primeros siete años en la AFL, lideró la liga en recepciones en cinco de esas temporadas. Entre 1960 y 1966, acumuló 543 recepciones, 6,872 yardas y 44 touchdowns con los Denver Broncos, convirtiéndose en un ícono de la franquicia desde sus inicios.

Rompiendo barreras más allá del campo

Además de su brillante carrera como jugador, Taylor hizo historia de nuevo al convertirse en el primer coordinador ofensivo afroamericano de la NFL cuando asumió ese rol con Los Angeles Rams entre 1980 y 1981. También fue coach de receptores en los Pittsburgh Steelers durante la era de sus cuatro Super Bowls en los años 70, logrando dos anillos con ellos.

Su impacto se dejó sentir también en el NCAA y hasta en Europa, siendo entrenador en jefe de Texas Southern entre 1984 y 1988 y en la NFL Europa con los London Monarchs. Simplemente, su legado es tan prolífico como inspirador.

El presente y futuro: Caleb Williams y los nuevos talentos en Chicago

Mientras se rinde tributo a figuras como Taylor, la NFL también da la bienvenida al futuro. En el caso de los Chicago Bears, toda la atención recae esta pretemporada en el novato mariscal de campo Caleb Williams. Seleccionado como primer pick del Draft y proveniente de USC, muchos lo ven como el nuevo rostro de la franquicia.

El entrenador en jefe Ben Johnson ha sido claro sobre su plan: el segundo juego de pretemporada ante los Buffalo Bills será fundamental para ver en acción a Williams por primera vez en un entorno de juego real.

“Nuestros titulares van a jugar, todos van a jugar”, afirmó Johnson. “La idea siempre ha sido darle a Caleb la mayor cantidad de reps posible para ajustarse al ritmo de la NFL”.

Durante el campamento de entrenamiento, Williams ha mostrado señales de progreso, aunque sus prácticas han sido irregulares. Lo que sí ha dominado es la compleja verborrea ofensiva, algo que Johnson señala como punto clave en su evaluación:

“Estoy satisfecho con cómo está procesando los sistemas”, explicó. “Lo hemos retado mucho, intencionalmente, y ha respondido con cabeza fría.”

Problemas en la línea ofensiva: ¿Quién protegerá a Williams?

A pesar del entusiasmo por Williams, la gran incógnita en Chicago es la línea ofensiva. La posición de tackle izquierdo sigue sin definirse. Braxton Jones, el titular esperado, está siendo presionado por Theo Benedet, un agente libre no seleccionado que sorprendió al compartir repeticiones con el primer equipo. Mientras tanto, el novato Ozzy Trapilo trabaja como suplente en el lado derecho.

La protección de mariscales jóvenes es fundamental. Equipos como los Bengals aprendieron esto por las malas con Joe Burrow. Si los Bears no mejoran su línea, Williams podría pasar más tiempo corriendo por su vida que lanzando pases.

La NFL y su predilección por las prácticas conjuntas

En paralelo a la historia de Williams, otras organizaciones avanzan con nuevas estrategias de pretemporada. Un ejemplo interesante se dio con los New England Patriots y los Minnesota Vikings, quienes realizaron prácticas conjuntas esta semana.

Los entrenadores Mike Vrabel y Kevin O’Connell se conocen desde hace años, compartiendo vestuario en New England. Estas scrimmages conjuntas permiten una evaluación más precisa que los partidos de pretemporada, sin los riesgos físicos innecesarios. Esta vez, curiosamente, no hubo peleas ni tensiones, algo atípico en estos encuentros.

Stefon Diggs, ahora receptor en Patriots y exjugador Viking, fue protagonista en algunas jugadas destacadas, entre ellas una recepción difícil contra su viejo equipo. Mientras tanto, Drake Maye, el joven mariscal de campo de New England, encontró confianza durante estos entrenamientos, construyendo química con jugadores como el novato TreVeyon Henderson.

Lo que deja el pasado y lo que promete el futuro

La NFL está constantemente vibrando entre dos pulsos: honrar su rica historia y adaptarse a un ritmo evolutivo acelerado. El fallecimiento de Lionel Taylor nos recuerda que antes de que las superestrellas cobraran contratos multimillonarios y dominaran redes sociales, hubo precursores que moldearon el juego con sacrificio y excelencia.

Por otro lado, jóvenes talentos como Caleb Williams representan esa esperanza renovada que cada temporada trae consigo. Las franquicias, los aficionados y hasta los medios de comunicación se aferran a la idea de que uno de estos novatos será el próximo héroe que levante trofeos Lombardi y entre al Salón de la Fama.

Pero el camino no es fácil. En la NFL no bastan el talento ni las métricas de rendimiento. Hace falta liderazgo, disciplina y resiliencia: tres cualidades que Lionel Taylor encarnó por décadas, y que ahora Caleb Williams deberá cultivar con cada pase, cada derrota y cada lección aprendida.

Como diría cualquiera que haya vivido en carne propia este exigente deporte: “Puedes cambiar de uniforme, pero el respeto se gana con cada snap.”

Este artículo fue redactado con información de Associated Press