Sudán al borde del colapso: guerra civil, hambruna y una crisis internacional sin precedentes

El intento del grupo paramilitar RSF de instaurar un gobierno paralelo profundiza la catástrofe humanitaria y amenaza la unidad del país africano

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Una guerra que desangra a Sudán

Desde abril de 2023, Sudán vive una de las peores crisis humanitarias de su historia reciente. El conflicto armado entre las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés), un grupo paramilitar inicialmente leal al ejército, ha dejado más de 40,000 muertos y casi 13 millones de desplazados internos, según estimaciones de agencias de las Naciones Unidas.

Este conflicto estalló en la capital, Jartum, y se expandió rápidamente a otras regiones, particularmente a Darfur, una zona marcada históricamente por violencia interétnica y conflictos armados. En Darfur, los enfrentamientos han alcanzado dimensiones que organismos internacionales describen como crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad.

El Consejo de Seguridad de la ONU interviene

La situación llegó a un nuevo punto crítico cuando, a finales de junio, la RSF anunció la formación de un gobierno paralelo en las zonas que controla, principalmente en Darfur. Esta acción fue inmediatamente condenada por el Consejo de Seguridad de la ONU, que reafirmó el compromiso inquebrantable con la soberanía, unidad e integridad territorial de Sudán.

En palabras del comunicado oficial: “Cualquier intento de socavar estos principios amenaza no solo el futuro de Sudán, sino también la paz y estabilidad de la región en general”.

Hambruna: una catástrofe silenciosa

Más allá de los combates, Sudán enfrenta una crisis alimentaria de proporciones colosales. En palabras del portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, la hambruna ya se declaró hace un año en el campo de desplazados de Zamzam, en Darfur del Norte. Actualmente, 17 zonas de Darfur y Kordofán enfrentan riesgos significativos de hambruna.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) logró entregar asistencia en el-Fasher mediante dinero digital a unas 250,000 personas, pero esta medida no es suficiente frente a la creciente escasez de alimentos. Algunos residentes sobreviven comiendo forraje para animales y desechos, una situación que Dujarric calificó como alarmante.

Crímenes en Darfur: otra página oscura

Darfur ha sido, durante décadas, una tierra marcada por el conflicto. Entre 2003 y 2008, un estimado de 300,000 personas murieron y más de 2.5 millones fueron desplazadas debido al conflicto entre milicias árabes alineadas con el gobierno y grupos rebeldes no árabes.

Hoy, la historia parece repetirse. La Corte Penal Internacional (CPI) investiga casos actuales de crímenes de guerra cometidos por la RSF en la región. Según el fiscal adjunto de la CPI, existen indicios convincentes de masacres y limpieza étnica, especialmente en ciudades como Geneina y Nyala.

El asedio de el-Fasher y la llamada internacional

El-Fasher, aún bajo control parcial del gobierno, es una ciudad clave. En mayo, el Consejo de Seguridad exigió que la RSF levantara el asedio que mantiene sobre la ciudad. Sin embargo, informes más recientes indican que los paramilitares han lanzado una nueva ofensiva, agravando aún más el drama humanitario.

“Instamos a todas las partes a permitir el acceso humanitario sin restricciones para evitar una catástrofe,” subrayó Dujarric, recordando que las vidas de cientos de miles dependen de la ayuda internacional.

Intervenciones extranjeras: la sombra de una guerra proxy

Sudán no solo es víctima de una guerra interna, sino de intereses foráneos que utilizan su territorio como campo de batalla. En julio, el Ministerio de Relaciones Exteriores sudanés acusó a los Emiratos Árabes Unidos de enviar mercenarios colombianos para apoyar a la RSF. Según el gobierno, tienen “pruebas irrefutables” de la implicación emiratí en el conflicto.

Por su parte, los Emiratos negaron rotundamente las acusaciones. Aun así, el Consejo de Seguridad llamó a todas las naciones a abstenerse de “cualquier interferencia externa que promueva el conflicto e inestabilidad”.

La presión internacional y el camino hacia la paz

La comunidad internacional, liderada por la ONU y actores regionales como la Unión Africana, continúa empujando por una solución negociada que lleve a un alto el fuego duradero y un proceso de transición civil hacia una democracia real.

Este esquema busca repetir tímidamente el proceso iniciado en 2019, luego de la caída del dictador Omar al-Bashir, pero que fue interrumpido violentamente por el golpe militar de 2021.

¿Cómo se solucionará esta crisis?

La respuesta no es sencilla. El país está devastado económica, política y socialmente. Cualquier solución viable requerirá de:

  • Presión sostenida de la comunidad internacional.
  • Acceso humanitario sin restricciones para aliviar la crisis.
  • Diálogo político entre SAF, RSF y actores civiles legítimos.
  • Justicia internacional para los crímenes cometidos en Darfur.

Mientras tanto, millones de personas en Sudán esperan en la sombra de la guerra por un futuro que, al día de hoy, parece lejano. Las palabras del Secretario General de la ONU, António Guterres, resumen la magnitud del desastre: “Estamos presenciando una de las peores emergencias humanitarias del mundo. El tiempo para la acción es ahora”.

Fuentes:

Este artículo fue redactado con información de Associated Press