¿Bajar las tasas o mantener la presión? El dilema que divide a la Reserva Federal

El discurso de Jerome Powell y el próximo movimiento en septiembre podrían redefinir el curso económico de EE. UU.

¿Inflación o empleo? Dos visiones, un solo camino por definir

En las próximas semanas, todo girará en torno a una pregunta esencial en los pasillos de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed): ¿cuál representa el problema más urgente para la economía estadounidense en este momento, la persistente inflación o la desaceleración del mercado laboral?

Justo antes de la esperada reunión de septiembre y el simbólico simposio anual en Jackson Hole, Wyoming, el 16 y 17 del mes mencionado, los operadores financieros, analistas y ciudadanos pendientes del dólar ponen especial atención en señales que puedan anticipar la postura que asumirá la Fed. Y todo apunta a que el presidente de la Fed, Jerome Powell, tendrá en sus palabras indicios clave para descifrar el rumbo de la política monetaria.

Datos a tener en cuenta antes de septiembre

En julio, la economía de EE. UU. sumó solo 35,000 empleos en promedio por mes en el trimestre, una cifra significativamente más baja que la de 123,000 empleos hace un año. Este debilitamiento podría llevar a algunos funcionarios del banco central a considerar un recorte en la tasa de interés federal, actualmente en el 4.3%, como una medida preventiva para estimular el crecimiento económico.

Pero las señales son mixtas. Aunque el empleo se ha desacelerado, la inflación aún no cede lo suficiente. El informe más reciente mostró que, si bien los precios al consumidor crecieron moderadamente, algunos sectores de servicios como atención dental y tarifas aéreas experimentaron aumentos preocupantes.

Doble mandato: Inflación al 2% y pleno empleo

La Reserva Federal tiene un mandato dual: controlar la inflación —apuntando a una tasa promedio del 2%— y maximizar el empleo. Cuando ambos objetivos parecen estar en conflicto, surgen diferencias internas entre sus miembros.

Por ejemplo, Michelle Bowman, miembro de la Junta de Gobernadores, afirmó recientemente: “Con la inflación subyacente moviéndose sostenidamente hacia el 2%, debiéramos centrarnos en los riesgos a nuestro mandato de empleo”.

Sin embargo, Austan Goolsbee, presidente de la Fed de Chicago, relativizó la debilidad del mercado laboral, señalando que varios factores, como la reducción de la inmigración derivada de las políticas de Trump, también están influyendo.

Mercados atentos: ¿una baja asegurada?

Según los contratos de futuros monitorizados por CME FedWatch, los operadores apuestan con un 93% de probabilidad a que la Fed aplique un recorte de tasas en septiembre. Esta proyección cobró fuerza luego del débil informe de empleo de julio y de una inflación que no muestra signos severos de descontrol.

¿Significa eso que el recorte es seguro? No necesariamente. El presidente de la Fed de St. Louis, Alberto Musalem, fue enfático al decir en CNBC que un recorte de medio punto, como sugirió el Secretario del Tesoro, Scott Bessent, es “injustificado” por las actuales condiciones económicas.

¿Son los aranceles un factor inflacionario real?

Las políticas proteccionistas y los aranceles comerciales impulsados por la administración Trump siguen influyendo en la discusión. Algunos miembros de la Fed, como Mary Daly, presidenta de la sucursal en San Francisco, creen que su impacto inflacionario será solo temporal. Por otro lado, Raphael Bostic de la Fed de Atlanta, argumenta que podríamos estar ante una reconfiguración estructural de la economía si estos aranceles inducen un traslado masivo de la producción a EE. UU. u otros países con mayores costos.

Bostic sentenció: “Si esto tiene éxito, estamos frente a una economía diferente. Prefiero esperar hasta que haya más claridad”.

¿Qué puede decir Powell en Jackson Hole?

El simposio de Jackson Hole, celebrado anualmente y considerado una de las plataformas más influyentes del banco central estadounidense, será clave este año. Jerome Powell puede usar su discurso no solo para preparar al mercado sobre un potencial movimiento en las tasas, sino también para recalibrar las expectativas si los datos entrantes no lo respaldan.

Históricamente, las declaraciones desde Jackson han tenido efectos significativos. En 2010, por ejemplo, el entonces presidente Ben Bernanke utilizó el simposio para anunciar la posibilidad de un quantitative easing (expansión monetaria), lo que disparó una subida inmediata en los activos de riesgo.

Los riesgos de actuar demasiado pronto... o demasiado tarde

En un contexto donde la inflación se ha mantenido al borde del objetivo del 3.1% y el mercado laboral sigue braceando por mantenerse, decidir con anticipación puede resultar contraproducente. Como señala Tim Duy, economista de SGH Macro, “Cortar tasas mientras se proyecta una inflación más alta es políticamente costoso y económicamente riesgoso”.

¿Reaccionará la Fed más por el debilitamiento del empleo o se mantendrá firme en controlar los remanentes inflacionarios?

Testimonios dentro del Comité: divergencias profundas

  • Michelle Bowman: a favor de priorizar el empleo frente a una inflación que parece controlada.
  • Austan Goolsbee: advierte sobre la inflación oculta en servicios y resta gravedad al enfriamiento del empleo.
  • Mary Daly: considera que los efectos arancelarios son de corto plazo y sugiere una flexibilización próxima.
  • Raphael Bostic: ve cambios estructurales duraderos y es partidario de esperar.
  • Alberto Musalem: firme opositor a recortes agresivos sin respaldo evidente en los datos.

¿Y la política qué papel juega?

El año electoral en EE. UU. también podría estar jugando un rol indirecto. Con un presidente que busca relegitimarse ante una economía incierta, los movimientos de la Fed pueden ser interpretados como mediatizados por objetivos políticos. Aunque la institución mantiene su independencia formal, los comentarios del Secretario del Tesoro y otros actores muestran que hay presiones externas.

Por otro lado, si la Fed actúa precipitadamente bajando tasas ante posibles signos de debilidad económica, podría encontrarse en una posición incómoda si la inflación repunta hacia finales del 2025.

¿Qué esperar como ciudadano o inversionista?

Para los ciudadanos de a pie y los inversores, esto significa estar preparados para una mayor volatilidad en los mercados en los próximos dos meses. El dólar, las acciones, los bonos y hasta los precios del petróleo podrían reaccionar bruscamente según la postura de Powell el 23 de agosto.

Mientras tanto, la mejor estrategia para empresas e individuos es mantenerse informados, diversificar activos y contemplar escenarios de tasas altas o moderadas durante al menos los próximos seis meses.

Con una inflación aún latente, una contracción del empleo visible, y una economía global afectada por disputas comerciales, el reto de la Fed es mayor que en cualquier otro momento desde la pandemia. Y en septiembre, el mundo observará si el banco central estadounidense logra encontrar ese delicado equilibrio entre crecimiento e inflación que, hasta ahora, parece escurridizo.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press