¿Está Estados Unidos a punto de desmantelar el Seguro Social que prometió Roosevelt?

A 90 años de su fundación, el programa más popular del gobierno de EE. UU. enfrenta su crisis más profunda y una amenaza real de privatización

Una promesa de estabilidad económica en juego

Hace exactamente 90 años, el presidente Franklin D. Roosevelt firmó la Ley del Seguro Social con una promesa clara: asegurar la estabilidad económica de los ciudadanos mayores y edificar un sistema económico más sólido para la nación. Hoy, 69 millones de estadounidenses reciben beneficios mensuales del programa, convirtiéndolo en un pilar esencial para millones de jubilados, personas con discapacidad y otros beneficiarios elegibles.

Sin embargo, el futuro de este sistema se encuentra cada vez más en entredicho. Desde proyecciones alarmantes sobre su insolvencia hasta propuestas de privatización, el debate en torno al Seguro Social ha alcanzado un punto crítico que afecta no solo a los beneficiarios actuales, sino a toda la estructura de protección social del país.

Un sistema al borde del colapso financiero

El informe anual más reciente de los fideicomisarios del Seguro Social reveló que el llamado “día de quiebra” ha sido adelantado al año 2034. A partir de ese momento, el programa solo podría pagar el 81% de los beneficios prometidos, a menos que se tomen medidas correctivas importantes.

Esta situación ha sido agravada por legislaciones recientes. Por ejemplo, la Ley de Equidad del Seguro Social, firmada a inicios del año por el entonces presidente Joe Biden, eliminó disposiciones que limitaban los beneficios para exempleados públicos, lo que incrementó el gasto del sistema.

Donald Trump y la sombra de la privatización

Durante su mandato, Donald Trump prometió que no se recortarían los beneficios del Seguro Social. Sin embargo, bajo su administración, surgieron varios desafíos clave:

  • Se recortó personal en la agencia del Seguro Social, reduciendo su capacidad administrativa.
  • La oficina fue criticada por falta de transparencia.
  • Emergieron propuestas como las "cuentas Trump", interpretadas como un intento de privatización encubierta.

Estas medidas generaron preocupación entre los defensores del Seguro Social. Nancy Altman, presidenta de Social Security Works, advirtió de un riesgo real de que se privatice la administración del sistema, lo cual podría afectar gravemente la equidad y eficacia del programa.

Privatización: ¿oportunidad financiera o trampa neoliberal?

La idea de privatizar el Seguro Social no es nueva. Ya en 2005, el expresidente George W. Bush propuso cuentas de retiro personales voluntarias, pero el rechazo público fue contundente. Hoy, vuelve a estar sobre la mesa con actores como Rachel Greszler, del conservador Heritage Foundation, promoviendo la idea.

Greszler propone que todos los ciudadanos que trabajen la misma cantidad de años reciban el mismo beneficio, independientemente de los ingresos. Esta idea favorecería a las personas con menores salarios, pero pone en duda cómo afectaría a la clase media.

“Si necesitamos reformar el sistema, debe hacerse de forma más reflexiva, protegiendo a los más vulnerables”, señaló Greszler en una reciente entrevista.

¿Opciones viables de reforma?

Según Glenn Hubbard, exasesor económico de Bush y profesor en Columbia University, se deben considerar alternativas como:

  • Elevar los impuestos para mantener el sistema como está.
  • Reducir beneficios para jubilados ricos.
  • Ajustar la edad de jubilación.
  • Establecer un crecimiento más lento de los beneficios.

“Ninguna solución será indolora. Pero ignorar el problema solo hará que el ajuste eventual sea más severo”, afirmó Hubbard.

Una nación dividida, pero con apoyo popular duradero

Una encuesta realizada en abril por el Center for Public Affairs Research y AP-NORC mostró que una mayoría considerable de estadounidenses mayores, especialmente demócratas, sigue apoyando el programa. Sin embargo, también reveló un creciente escepticismo sobre su viabilidad futura.

Becky Boober, de 70 años y residente de Maine, compartió su experiencia: “He trabajado en el servicio público y vivo fundamentalmente del Seguro Social. Creo firmemente que se debería expandir, no recortar”.

Boober sugiere medidas como eliminar el tope de ingresos sujeto a impuestos y considerar con cautela aumentar la edad de retiro.

¿Falta de liderazgo o errores técnicos?

La administración actual enfrenta críticas no solo por las amenazas al presupuesto del programa, sino también por su manejo interno. Martin O’Malley, excomisionado de la agencia bajo Biden, afirmó: “No hay transparencia ni apertura... Las oficinas están al borde del colapso”.

Al mismo tiempo, asociaciones de trabajadores han demandado por temor a que datos sensibles estén siendo mal gestionados, y miles de puestos de trabajo han sido eliminados del órgano encargado del programa.

¿Un esquema Ponzi? La polémica declaración de Elon Musk

Durante el mandato de Trump, uno de sus asesores, el multimillonario Elon Musk, calificó al Seguro Social como un potencial “esquema Ponzi”. Aunque esta afirmación fue desacreditada por expertos, muestra la falta de consenso incluso entre miembros influyentes del poder Ejecutivo.

Según el historiador Eric Rauchway, el Seguro Social fue diseñado específicamente para evitar comparaciones con esquemas piramidales. “FDR lo concebía como un contrato social basado en contribuciones, y no como una promesa vacía financiada por deuda”, explica Rauchway.

Un sistema con futuro, si hay voluntad política

Los expertos coinciden en que el Seguro Social puede salvarse, pero requiere una acción política decidida. Algunas de las propuestas más populares y viables incluyen:

  • Eliminar el techo salarial de ingresos sujetos a impuestos, actualmente en $168,600 (2024).
  • Ampliar la base contributiva, incluyendo ingresos pasivos como inversiones.
  • Aumentar modestamente los impuestos sobre la nómina.
  • Revisar los subsidios no relacionados dentro del programa.

Los analistas del Center on Budget and Policy Priorities han advertido además que recientes recortes fiscales aprobados por los republicanos tendrán un impacto negativo sobre la solvencia del programa.

¿Qué tan cerca estamos del abismo?

La proximidad del año 2034 como fecha potencial de insolvencia debería servir como llamada de atención. En las próximas elecciones presidenciales, el futuro del Seguro Social podría depender del resultado, con candidatos ofreciendo enfoques diametralmente opuestos.

Como expresó la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, en un contexto diferente pero aplicable a este caso: “Estas personas han trabajado duro. Han apostado sus vidas a un sistema que prometía protegerles... Ahora debemos responder con compromiso y liderazgo”.

El legado de Roosevelt merece algo mejor que la incertidumbre. Lo que está en juego no es un mero programa gubernamental, sino un contrato moral entre generaciones.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press