Desconexión en Gaza: 20 años después, ¿retirada o preludio de un conflicto permanente?
Dos décadas han pasado desde la retirada israelí de la Franja de Gaza en 2005. Lo que fue visto como un paso hacia la paz, terminó sembrando la semilla de un conflicto aún más profundo. Este es un análisis de su impacto político, social y militar.
La retirada que dividió a Israel
El 15 de agosto de 2005, Israel inició una de las operaciones más polémicas de su historia reciente: la desconexión unilateral de Gaza. Bajo el liderazgo del entonces primer ministro Ariel Sharon, el gobierno israelí desmanteló 21 asentamientos judíos en la Franja de Gaza y evacuó a aproximadamente 8.000 colonos. A esto se sumó la evacuación de cuatro pequeños asentamientos en Cisjordania.
Sharon defendió la medida como una forma de redefinir las fronteras de Israel y reducir los costos —humanos y económicos— de mantener tropas protegiendo a un puñado de colonos frente a 1.5 millones de palestinos. Sin embargo, lejos de aplacar tensiones, la retirada acabó generando profundas divisiones internas y catapultó a Hamas a una posición dominante.
Imágenes que dejaron cicatrices
Los medios registraron con intensidad los momentos en que soldados israelíes sacaban por la fuerza a compatriotas de sus hogares en Gaza. Estas escenas, lejos de generar consenso nacional, movilizaron a la ultraderecha israelí, que vio la retirada como una rendición y traición.
El académico Kobi Michael, del Instituto Misgav y el Instituto para Estudios de Seguridad Nacional, afirmó que "las heridas sociales que dejó ese momento aún no han cicatrizado. La desconexión fue un punto de inflexión político". Esto allanó el camino para la consolidación de figuras como Itamar Ben-Gvir y Bezalel Smotrich, hoy ministros claves en el gobierno de Netanyahu e impulsores de políticas de expansión de asentamientos.
La otra cara: Gaza bajo control de Hamas
La desconexión no vino acompañada de ningún plan de sucesión ni coordinación con la Autoridad Palestina. En 2006, apenas un año después, Hamas ganó las elecciones legislativas y, tras violentos enfrentamientos con Fatah, asumió el control exclusivo de Gaza.
“Fue un error ceder el control sin garantizar un acuerdo mínimo con Abbas. Eso solo fortaleció a los extremistas”, dijo Dan Harel, exgeneral israelí que supervisó la desconexión como jefe del Comando Sur.
En lugar de mayor autonomía, Gaza cayó en un férreo bloqueo por Israel y Egipto, el cual ha endurecido la vida de sus habitantes, aislándolos tanto del resto del mundo como de sus compatriotas en Cisjordania. Desde entonces, Gaza ha sido descrita por numerosos analistas y organismos internacionales como una "cárcel a cielo abierto".
Una guerra casi permanente: de 2005 a 2023
Desde la retirada, Israel y Hamas han protagonizado una sucesión de guerras (2008, 2012, 2014, 2021, 2023), cada una más devastadora que la anterior. La más reciente, iniciada tras el brutal ataque de Hamas el 7 de octubre de 2023, ha dejado más de 35.000 muertos en Gaza y causado daños equivalentes a décadas de desarrollo urbano, según cifras de la ONU y organizaciones como Amnistía Internacional.
El gobierno de Netanyahu ha declarado su intención de mantener presencia militar en Gaza incluso después del cese de hostilidades, lo que contradice la propia esencia de la desconexión de 2005.
¿Se puede hablar de errores estratégicos?
Muchos expertos militares israelíes, incluyendo al propio Harel, sostienen que la retirada no fue el problema, sino lo que ocurrió después. "Nos cegamos ante la transformación de Hamas. Dejamos que se convirtieran en una fuerza militar organizada, con brigadas, túneles y cohetes de mediano alcance", dijo el exgeneral.
Incluso dentro de la derecha hay quienes, como Anita Tucker—una de las primeras colonas en Gaza—, admiten el dolor de la salida pero también reconocen la difícil convivencia que se vivía bajo el esquema anterior: "Antes del retiro, llevar a los niños a la escuela requería escoltas armadas. Simplemente no era sostenible".
El precio emocional y político
El trauma colectivo dejó una marca profunda, no solo en las comunidades evacuadas sino en la sociedad israelí en su conjunto. Muchos de los desalojados luchan 20 años después por reconstruir sus vidas y todavía desean volver.
Tucker, hoy con 79 años, lo afirma sin dudar: “Nos arrancaron de nuestra tierra... pero estamos dispuestos a volver. Fue un error irnos, y lo estamos pagando con sangre y fuego".
El ascenso del bloque ultra y el debilitamiento del centro
El movimiento de colonos y la derecha nacional-religiosa capitalizaron el fracaso percibido de la retirada para consolidar su poder político. Según un artículo del periódico Haaretz, el número de colonos en Cisjordania ha pasado de 250.000 en 2005 a más de 500.000 en 2024, muchos de ellos en bloques que podrían impedir la viabilidad de un estado palestino.
La negativa actual del gobierno israelí de volver a ceder territorio debe entenderse a la luz de esta herencia política de la desconexión.
Palestinos: entre la memoria de una victoria y la desilusión
Para muchos gazatíes, la retirada de 2005 fue en su momento vista como una victoria de la resistencia. Pero dos décadas de bloqueo y guerra han cambiado esa narrativa. "No fue una liberación, fue una estrategia para consolidar su dominio en Cisjordania y escapar de la responsabilidad sobre Gaza", dijo Mostafa Ibrahim, analista palestino cuya casa fue destruida durante los bombardeos recientes.
El politólogo Khalil Shikaki, del Palestinian Center for Policy and Survey Research, indica que hoy incluso entre simpatizantes de Hamas existe frustración sobre si realmente tienen poder de decisión o simplemente administran una prisión bajo asedio.
La eterna encrucijada del futuro palestino-israelí
Lo ocurrido con Gaza pone en entredicho la viabilidad del modelo de solución bilateral. La expansión de asentamientos, el poder decreciente de la Autoridad Palestina y la desconfianza mutua hacen que la promesa de dos estados parezca, al menos por ahora, una ilusión lejana.
"Nunca más se podrá repetir una retirada como la de Gaza", dijo Kobi Michael. "Ni política ni militarmente. La desconexión supuso un costo demasiado alto, y hoy Israel parece más decidido a ocupar que a ceder".
El 20 aniversario de la desconexión llega en un momento en que las lecciones ignoradas del pasado han culminado en la mayor guerra entre Israel y Palestina del siglo XXI. Y millones, tanto en Gaza como en Israel, se preguntan si algún día habrá lugar para la paz.