Los momentos más insólitos e históricos del béisbol: del drama humano al espectáculo eterno
Desde tragedias en el campo hasta proezas legendarias: cómo la historia de las Grandes Ligas se ha forjado entre hazañas, récords y anécdotas inolvidables
Un paseo por los momentos más impactantes del béisbol
El béisbol, más que un deporte, es un espejo de la evolución social, cultural y emocional de Estados Unidos y otros países donde este juego es pasión nacional. Paseándonos por décadas de historia, encontramos episodios que evocan asombro, lágrimas, alegría o incredulidad. Esta es una Opinión sobre cómo los momentos más épicos o insólitos siguen haciendo del béisbol una fuente interminable de emociones.Ray Chapman y la tragedia que transformó el juego
El 17 de agosto de 1920, Ray Chapman, torpedero de los Cleveland Indians, fue impactado en la cabeza por un lanzamiento de Carl Mays. Chapman murió al día siguiente, convirtiéndose en el único jugador de las Grandes Ligas que ha perdido la vida por un accidente en el campo.Este fatídico suceso puso en tela de juicio la seguridad en el juego. Como consecuencia:
- Se intensificó la renovación de pelotas usadas para evitar que se ensuciaran, ya que la pelota que impactó a Chapman estaba visiblemente deteriorada.
- Décadas después, llevaron al uso obligatorio de cascos protectores para los bateadores (aunque no fue hasta los años 70 que este requerimiento se consolidó).
La épica del brazo roto: Dave Dravecky y su último lanzamiento
El 15 de agosto de 1989, el lanzador de los San Francisco Giants, Dave Dravecky, lanzó lo que parecía ser un wild pitch más. Pero tras soltar la bola, cayó al suelo con un grito desgarrador. Acababa de romper su brazo izquierdo, el mismo en el que había superado un cáncer poco tiempo antes.Lo más impactante: Dravecky ganó ese partido, pero su carrera terminaría corto después. Lo que quedó fue un testimonio del valor humano y la brutalidad de un deporte en el que el cuerpo del atleta se exige al límite.
La marcha imparable de los juegos sin hit ni carrera
El no-hitter, ese momento mágico y excepcional donde un lanzador y su defensa dejan sin un solo hit al rival, es uno de los logros más codiciados. Lo increíble es que en 1990 hubo una auténtica explosión estadística: se registraron ocho juegos sin hit ni carrera. Esto rompió el récord moderno de siete en una sola temporada que databa de 1908 y 1917. Uno de los protagonistas: Terry Mulholland, que el 15 de agosto blanqueó a los Giants 6-0 con una joya de pitcheo. El récord dejó claro algo: el béisbol es impredecible incluso desde la aritmética que lo rige.Félix Hernández y el juego perfecto que rompió moldes
En 2012, el venezolano Félix Hernández lanzó el primer juego perfecto en la historia de los Seattle Mariners. Fue además el 23º juego perfecto en las Grandes Ligas y, por primera vez, el tercer de esa misma temporada (junto a Philip Humber y Matt Cain). Ese 15 de agosto quedó inscrito en oro cuando venció a los Tampa Bay Rays 1-0. Sin permitir corredores ni fallos. ★ 27 enfrentamientos exactos. Fue el pináculo de la carrera del “Rey Félix”.Jackie Bradley Jr. y el poder de un solo día
Si se midiera a los jugadores solo por lo que hacen en un día, probablemente Jackie Bradley Jr. estaría ya en Cooperstown. El 15 de agosto de 2015, el outfielder de los Red Sox pegó dos cuadrangulares, tres dobles y remolcó siete carreras. Su equipo apabulló a Seattle 22-10. En los anales del béisbol, actuaciones “inhumanas” como estas son combustibles de leyenda instantánea. Son recordatorios de que en este deporte, cualquier jornada es una oportunidad de dejar marca imborrable.Mark McGwire y el inicio inédito de una carrera con pólvora
En 1990, “Big Mac” McGwire conectó su jonrón número 30 con un grand slam en la décima entrada ante Boston. Se convirtió así en el primer jugador en lograr 30 o más cuadrangulares en cada una de sus primeras cuatro temporadas. Aunque su nombre quedó luego empañado por los escándalos de esteroides, nadie puede discutir sus inicios extraordinarios ni el fenómeno mediático que fue. Con McGwire, la fuerza se volvió espectáculo asegurado.Mo'Ne Davis, la niña que rompió barreras
En el tradicional y masculino mundo de la Serie Mundial de Pequeñas Ligas, el 15 de agosto de 2014 fue revolucionario. Mo’Ne Davis, lanzadora de tan solo 13 años, lanzó un juego de dos hits y ponchó a ocho sin dar bases por bolas.Fue la primera niña en lanzar una blanqueada en ese torneo, y la primera en hacer historia mediáticamente (portada en Sports Illustrated incluida). Su actuación fue más que un hito estadístico: fue un símbolo de inclusión y empoderamiento.
Rube Waddell y los no-hitters de otro siglo
Viajamos hasta 1905. Ese día, el excéntrico y genial pitcher Rube Waddell lanzó lo que hoy sería catalogado como un “juego raro” de cinco entradas sin hit ni carrera, venciendo a St. Louis 2-0. En ese entonces, suspender juegos por oscuridad o lluvia era común. Pero lo que no era normal era lanzar con maquillaje (como hacía Waddell en su otra pasión: el teatro) y continuar siendo uno de los mejores pitchers del siglo XX.Los ciclos, una simetría fascinante
Cada vez que un jugador consigue un sencillo, doble, triple y jonrón en el mismo juego, completa lo que se llama un “ciclo”. Es raro. Pero jugadores como Randy Winn (2005), Jim Hickman (1963), Earl Averill (1933) o Tim Raines (1987) lograron completarlo de manera única. • Cuando Tim Raines lo hizo en 1987, lo adornó con un juego de 5 hits incluyendo 4 extrabases.• Randy Winn lo logró en sus primeras cuatro apariciones al plato del juego, como si fuera rutina.
• Mark Teixeira en 2004 no solo hizo el ciclo, sino que también sumó 7 carreras impulsadas. Una proeza de balance perfecto entre velocidad, poder y oportunidad estratégica.
El debut (y despedida) de Eddie Gaedel: el bateador más pequeño de la historia
El 19 de agosto de 1951 ocurrió tal vez el hecho más surrealista de la historia del béisbol. El dueño de los St. Louis Browns, Bill Veeck —célebre por sus movimientos extravagantes— mandó al plato al enano Eddie Gaedel, de apenas 1.09 m y 29 kilos. Vestía el número "1/8". Baseball puro espectáculo. Gaedel recibió cuatro bolas y caminó a primera base sin hacer swing. MLB luego prohibió este tipo de promociones, pero el nombre de Gaedel quedó inmortalizado como símbolo de lo imprevisible en el béisbol.Cuando los hermanos Seager hicieron historia
El 17 de agosto de 2020 es memorable por razones fraternales: Corey y Kyle Seager se enfrentaron por primera vez en las Grandes Ligas. Pero eso no fue todo: ¡ambos conectaron jonrones! El béisbol también es deporte de herencias familiares, de linajes y de emociones compartidas en el ADN. Sucedió antes con los Boone, los Alou, los Molina. Pero que dos hermanos se vuelvan protagonistas en el mismo partido, y con bambinazos, es una belleza narrativa difícil de superar.Últimas reflexiones: el béisbol como narrador del tiempo
Los momentos recabados aquí son la punta del iceberg. Cada juego tiene capas: estadísticas, piel, leyendas, errores y resurrecciones. Hay vínculos emocionales, históricos y hasta filosóficos. Escribir sobre estas rarezas es intentar capturar cómo el béisbol ha logrado sobrevivir a guerras, pandemias y críticas como si funcionara en una dimensión paralela donde el tiempo se mide en entradas, no en relojes. Hay magia en la simetría de un ciclo, tragedia en un brazo roto, poesía en un juego perfecto y catarsis en el jonrón 600. El béisbol siempre está contando algo más que un resultado. Este artículo fue redactado con información de Associated Press