Europa arde mientras el calor extremo intensifica los incendios forestales

España, Portugal y Grecia se enfrentan a una oleada de llamas en pleno feriado religioso, mientras las altas temperaturas y el viento dificultan las labores de extinción

Una tormenta perfecta: fuego, calor e historia

Mientras Europa celebra festividades religiosas profundamente enraizadas en su historia, un enemigo más moderno e implacable amenaza con devorar bosques, viviendas y patrimonios: los incendios forestales. Desde La Coruña en el noroeste de España hasta la isla de Quíos en Grecia, el verano de 2025 está dejando una cicatriz ardiente en el paisaje europeo.

El 15 de agosto, día de la Asunción de la Virgen, es tradicionalmente una fecha de reunión familiar y procesiones religiosas. Sin embargo, en 2025, en lugar de fuegos artificiales, el cielo se ilumina con llamaradas y humo negro. España, Portugal y Grecia sufren las consecuencias de un patrón climático que combina olas de calor históricas con condiciones de sequedad extrema, un cóctel perfecto para incendios de gran magnitud.

España: una nación bajo llamas

14 incendios activos de gran escala asolaban varias regiones de España el viernes del feriado. Según datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS), más de 158,000 hectáreas han sido devoradas por el fuego en lo que va del año, una superficie equivalente a toda el área metropolitana de Londres (610 millas cuadradas).

La situación más crítica se vive en Galicia, al norte del país, donde las llamas obligaron a cerrar autopistas clave y suspendieron la línea de tren de alta velocidad entre Santiago y Madrid. La Agencia Española de Meteorología (AEMET) lanzó una seria advertencia de riesgo extremo de incendio para prácticamente todo el país, especialmente en el norte y oeste.

El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, publicó en X (antes Twitter): “Hoy será nuevamente un día muy duro, con un riesgo extremo de nuevos incendios”.

Los expertos señalan que las altas temperaturas persistirán hasta el lunes, con máximas que superan los 40 grados Celsius (104°F). En palabras del climatólogo Sergio Valtueña del CSIC: “Estamos empezando a ver incendios de sexta generación, con comportamiento errático e imposible de controlar con los medios actuales”.

Portugal: heroísmo bajo fuego

En el país vecino, más de 4,000 bomberos se enfrentan a siete incendios forestales de gran magnitud. El gobierno portugués declaró estado de alerta extendido hasta el domingo debido a las condiciones extremas.

El ministro de Administración Interna, José Luís Carneiro, destacó en rueda de prensa: “La prioridad absoluta es la protección de vidas humanas. Ya hemos evacuado 1,300 personas desde el martes”.

Los servicios de emergencia portugueses tienen experiencia enfrentando catástrofes como la de Pedrógão Grande en 2017, donde 66 personas murieron. Desde entonces, han implementado mejoras en planes de evacuación, equipos de monitoreo por satélite y unidades aéreas.

Sin embargo, el fuego de 2025 parece tener mente propia. Las condiciones del terreno y los viento cambiantes hacen que las llamas cambien de dirección y velocidad en cuestión de minutos.

Grecia: otra temporada negra

En Grecia, las autoridades luchaban contra incendios en la isla de Quíos, donde el fuego ardía incontrolado por cuarto día consecutivo. Varias evacuaciones nocturnas se llevaron a cabo mientras dos aviones cisterna y dos helicópteros intentaban combatir las llamas desde el aire.

Ante esta nueva emergencia, se activó de nuevo el sistema de alerta civil que ya había sido usado durante los devastadores incendios de 2021, cuando miles de hectáreas alrededor de Atenas y la isla de Eubea quedaron reducidas a cenizas.

El gobierno griego ha reforzado su dotación con unidades extranjeras bajo el programa rescEU de la UE. En su reciente discurso durante la solemne misa por la Dormición de la Virgen María, el Patriarca Ecuménico Bartolomé expresó su solidaridad “con todos quienes sufren por las llamas en el sur de Europa”.

Crítica constante: ¿por qué no estamos preparados?

Los incendios forestales en Europa han dejado de ser fenómenos excepcionales para convertirse en una amenaza estacional. Ya no es una pregunta de si habrá incendios, sino de cuándo y cuán graves serán.

Según la base de datos del EFFIS, entre enero y agosto de 2022 se quemaron 828,000 hectáreas en Europa, un récord desde que se tienen registros satelitales (2006). Con los datos preliminares de 2025, todo indica que este año superará esa cifra.

Muchos expertos advierten sobre la lentitud con la que los gobiernos reaccionan a los nuevos desafíos que plantea un clima más caliente y extremo. En palabras de la climatóloga portuguesa Inês Chagas: “Sabemos desde hace décadas que el sur de Europa se calentará más rápido que otras regiones. Pero nuestra infraestructura forestal y urbana sigue sin estar preparada”.

La ironía del feriado religioso

En un día como la Asunción, donde la espiritualidad invita a la contemplación y la reunión familiar, muchas familias vieron cómo el fuego obligaba a abandonar sus hogares o imposibilitaba viajar para visitar a sus seres queridos.

En Ourense, Galicia, María, de 67 años, comentaba con lágrimas en los ojos: “Se suponía que hoy vendrían mis nietos. Pero estamos rodeados de fuego y la carretera está cerrada. Solo nos queda rezar”.

En Quíos, el párroco Dimitris Evangelou oficiaba la misa frente a una congregación con cubrebocas contra el humo. “Hoy celebramos a la Madre de Dios, pero también debemos honrar a quienes arriesgan su vida para proteger nuestra tierra del fuego”, dijo desde el altar.

Clima extremo: el nuevo normal

Los datos climáticos apuntan a que fenómenos como olas de calor prolongadas, sequías severas y vientos erráticos se volverán más frecuentes e intensos en Europa.

  • Julio de 2023 fue el mes más caluroso registrado en Europa.
  • Desde 2000, el número de días con temperaturas superiores a 35ºC ha aumentado un 40% en el sur de Europa.
  • Un informe del IPCC advierte que los incendios forestales en el Mediterráneo podrían aumentar hasta un 55% para finales de siglo.

Organizaciones ecologistas e investigadores piden una política forestal común a nivel europeo, con énfasis en prevención, reforestación ecológica, y participación comunitaria.

La solidaridad aflora entre las llamas

Pese al escenario desolador, han surgido imágenes conmovedoras de solidaridad: vecinos organizando cadenas humanas para apagar fuegos con cubos de agua, agricultores abriendo sus terrenos para que los aviones puedan abastecerse, y jóvenes voluntarios asistiendo a ancianos evacuados.

También a nivel internacional ha habido cooperación. Italia, Alemania y Francia han enviado unidades aéreas y brigadas de apoyo a los países más afectados.

Volviendo a Galicia, una mujer fue fotografiada intentando apagar el fuego en Santa Baia de Montes con una simple manguera doméstica. Esa imagen captura no solo la gravedad del incendio, sino la resistencia de los pueblos del sur de Europa frente a una adversidad creciente.

¿Qué nos depara el futuro?

La lucha contra los incendios forestales ya no puede basarse solo en reaccionar ante la emergencia. Exige una reinvención de la gestión del paisaje, la adaptación climática y la cultura de prevención. La educación ambiental, la ordenación del territorio y la inversión en tecnología serán una línea de defensa tan vital como los bomberos en el frente.

Europa está quemándose. Pero aún hay tiempo para encender otra llama: la de la conciencia y la acción.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press