Nigeria, Guatemala y Congo: Radiografía del caos causado por grupos armados y terroristas
Mientras Nigeria desmantela a líderes yihadistas, Guatemala enfrenta motines carcelarios y Congo sufre nuevas masacres del ADF. Tres territorios, una realidad: la creciente amenaza de los grupos armados en África y América.
Un golpe histórico contra el extremismo en Nigeria
La captura de Mahmud Muhammad Usman y Mahmud al-Nigeri representa uno de los avances más contundentes en la lucha contra el terrorismo en Nigeria en la última década. Ambos líderes encabezaban grupos extremistas con conexiones internacionales —Usman, cabecilla de Ansaru (brazo africano de al-Qaeda), y al-Nigeri del naciente pero violento grupo Mahmuda.
Estas detenciones fueron confirmadas por Nuhu Ribadu, asesor nacional de seguridad del país, quien aseguró que se lograron tras meses de operaciones encubiertas realizadas entre mayo y julio de 2024. Ribadu subrayó el valor del material digital incautado durante los arrestos, el cual está bajo análisis forense y podría llevar a nuevas capturas.
Ansaru y Mahmuda: el azote del centro-norte nigeriano
Ambos líderes detenidos han sido vinculados con ataques históricos como la fuga de la prisión de Kuje en 2022, donde escaparon múltiples prisioneros de Boko Haram y el ataque a una instalación de uranio en Níger en 2013. También están acusados de orquestar ataques contra infraestructura estratégica y civiles en el noroeste del país.
No es casualidad que su captura coincida con un repunte de las operaciones militares contra el extremismo islamista en Nigeria. Grupos como Boko Haram, el Estado Islámico en África Occidental (ISWAP) y los llamados 'bandidos', han mantenido una presencia peligrosa a pesar de las repetidas ofensivas militares.
Oluwole Ojewale, analista de seguridad en el Instituto de Estudios de Seguridad (ISS, por sus siglas en inglés) en Dakar, opinó que “el impacto real de esta operación dependerá del uso que se le dé a la información recolectada para desmantelar más células extremistas.”
El panorama en Nigeria: ¿Avance o ilusión?
Aunque la operación contra Ansaru representa un golpe simbólico duro, la historia reciente de Nigeria invita al escepticismo. En 2023 se registraron más de 5,000 muertos por conflictos armados internos, según datos del Instituto para la Economía y la Paz (IEP). A finales de julio de este año, el Departamento de Estado de EE. UU. aprobó la venta de armas por 346 millones de dólares para apoyar a Nigeria en sus esfuerzos antiterroristas.
La presencia de grupos con lazos al Magreb –especialmente en Mali, Burkina Faso y Níger– refuerza la teoría de una red internacional de terrorismo transfronterizo.
Guatemala: los tentáculos carcelarios de las maras
Mientras en África se celebra una victoria, en Guatemala se describen días de caos. Desde el martes, los motines carcelarios combinados entre la Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18 han tenido en vilo a las autoridades. Exigían la liberación de algunos de sus líderes, trasladados a áreas de aislamiento en otras prisiones.
El sábado, nueve guardianes fueron liberados por miembros de MS-13 tras tres días de cautiverio. Un oficial de prisiones fue asesinado durante los disturbios del viernes. En total, la semana dejó al menos 11 rehenes liberados, varios centros penitenciarios dañados y un evidente desafío a la autoridad.
José Portillo, viceministro de Seguridad, confirmó que los motines comenzaron como reacción directa al traslado de diez líderes de pandillas a una cárcel de máxima seguridad. El nivel de organización y violencia de estas pandillas refuerza su caracterización como grupos terroristas. En enero, el expresidente Donald Trump ya había designado a la Mara Salvatrucha como organización terrorista internacional.
Durante años, las maras controlan las cárceles
En Guatemala como en otras partes de Centroamérica, las cárceles no representan confinamiento real para líderes criminales. Desde dentro, controlan las extorsiones, el narcotráfico y el sicariato. Según datos de Insight Crime, el 80% de los secuestros express y extorsiones telefónicas en Guatemala proviene de prisiones o desde números vinculados a reclusos.
El salario promedio de un agente penitenciario es de menos de 400 USD mensuales, lo que facilita la corrupción interna. No es extraño que bandas como la MS-13 puedan coordinar fugas, controlar pabellones e incluso asesinar funcionarios desde el interior de las prisiones.
RDC: el infierno del ADF en el este congoleño
Mientras tanto, en la República Democrática del Congo (RDC), la provincia de North Kivu vuelve a ser escenario de un baño de sangre. Al menos 30 personas fueron asesinadas entre el miércoles y viernes en ataques atribuidos al ADF (Fuerzas Democráticas Aliadas), un grupo islamista aliado al Estado Islámico.
El coronel Alain Kiwawa, administrador militar del territorio de Lubero, indicó que muchas de las víctimas fueron degolladas, y otras secuestradas (más de 100 personas). Como si se tratara de una nueva versión africana de las acciones de ISIS en Siria, también fueron incendiadas múltiples viviendas.
ADF: una pesadilla que trasciende fronteras
El ADF, originado en Uganda, ha sido una de las fuerzas más letales en la frontera entre Uganda y el este de Congo. A pesar de una operación conjunta entre ambos países, los ataques han escalado desde finales de 2023. Solo el mes pasado asesinaron a cerca de 40 personas en una iglesia católica en la provincia de Ituri.
La violencia extrema del ADF, basada en doctrinas yihadistas, lo convierte en uno de los grupos más brutales en África central. Operan en zonas de difícil acceso, aprovechando la geografía montañosa y la inestabilidad política congoleña.
El triángulo de la violencia global: ¿coincidencia o patrón?
Las noticias provenientes de Nigeria, Guatemala y RDC parecen lejanas entre sí. Tres continentes, culturas e idiomas diferentes. Pero hay un patrón común: la incapacidad de los Estados para contener a grupos armados radicalizados.
Ya no se trata simplemente de criminalidad local. El avance de organizaciones como Ansaru, ADF o las Maras refleja redes internacionales, tráfico de armas, cooperación entre células y lavado de dinero. Según la ONU, más del 70% de las armas utilizadas en conflictos africanos provienen del mercado ilegal europeo y asiático. En Centroamérica, las armas ingresan mayoritariamente desde Estados Unidos.
Violencia, débiles instituciones y pobreza
La violencia organizada crece cuando confluyen tres factores:
- Pobreza estructural: El 45% de la población nigeriana vive con menos de $1,9 al día (Banco Mundial, 2023).
- Instituciones débiles: En Guatemala, el 98% de los delitos quedan impunes (CICIG, 2019).
- Fronteras porosas y corrupción: En el Congo, más de 40 grupos armados operan sin restricciones entre Ituri, Kivu y Uganda.
¿Hacia dónde vamos?
Las recientes detenciones, liberaciones y masacres subrayan una verdad incómoda: el mundo se enfrenta a franquicias del crimen organizado cada vez más sofisticadas y transnacionales. Ya no basta con arrestar a cabecillas. Se requiere una reinvención del sistema judicial, depuración de fuerzas de seguridad y políticas económicas que desactiven la bomba social que alimenta estas organizaciones.
Por ahora, Nigeria respira con alivio, Guatemala afronta otro motín anunciado y Congo vuelve a enterrar a decenas de civiles inocentes. En estas tres esquinas del mundo, la paz todavía parece un lujo.