El juicio de Jimmy Lai: ¿libertad de prensa o crimen de Estado?

La batalla legal del fundador de Apple Daily en Hong Kong pone a prueba la independencia judicial, la libertad de expresión y el pulso geopolítico entre Occidente y China.

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Un juicio largamente esperado que sacude a Hong Kong

Jimmy Lai, empresario hongkonés de 77 años, fundador del desaparecido periódico Apple Daily, enfrenta el que probablemente sea el juicio más significativo en materia de libertades civiles en Hong Kong desde el retorno de la ciudad a China en 1997. Acusado de coludirse con fuerzas extranjeras y publicar material sedicioso, podría enfrentar cadena perpetua si se le encuentra culpable bajo la ley de seguridad nacional impuesta por Beijing en 2020.

El caso, que ha superado ya los 150 días de audiencias —casi el doble del tiempo originalmente previsto— pone bajo el microscopio la autonomía judicial en la ciudad y la ya debilitada libertad de prensa tras años de tensiones políticas y sociales.

¿Quién es Jimmy Lai y por qué su caso despierta interés mundial?

Jimmy Lai es el fundador de Apple Daily, un diario que durante años fue una de las voces más críticas del poder central chino y del gobierno local de Hong Kong. En medio de las protestas prodemocracia de 2019, el medio se convirtió en blanco directo de la represión estatal. En 2021, Apple Daily fue clausurado y varios de sus directivos detenidos.

Lai ha sido desde hace tiempo una figura incómoda para Beijing. Admirador del modelo occidental —particularmente de Estados Unidos—, ha tenido contacto directo con funcionarios de alto nivel como Mike Pompeo y Mike Pence, lo cual ha sido usado ahora en su contra como prueba de "colusión extranjera".

¿Es realmente un juicio justo?

Uno de los puntos más controvertidos del juicio es la utilización de la Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong, implementada bajo presión directa de Beijing en 2020. Esta ley ha sido descrita por críticos y organizaciones de derechos humanos como una herramienta legal para eliminar la disidencia política y reprimir la libertad de expresión.

ONGs como Amnistía Internacional y Human Rights Watch han condenado el proceso, señalando que el juicio de Lai es una prueba clara de cómo se están erosionando los compromisos asumidos por China en el acuerdo de devolución de Hong Kong, donde se prometió respetar el principio de "un país, dos sistemas" durante al menos 50 años tras 1997.

Agnes Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional, advirtió: “La detención prolongada de Jimmy Lai constituye un intento descarado de silenciar a los críticos del gobierno. Su juicio es una farsa que pretende aparentar justicia dentro de un sistema que se ha derrumbado.”

El estado de salud de Lai añade una capa de incertidumbre

Durante el juicio, el equipo de defensa de Lai denunció que su cliente ha presentado síntomas preocupantes de salud, incluidos palpitaciones cardíacas. Las autoridades carcelarias han confirmado que se le colocó un monitor cardíaco, pero se niegan rotundamente a admitir cualquier negligencia en su atención médica.

Esto ha generado preocupaciones en la comunidad internacional. El expresidente estadounidense Donald Trump incluso declaró recientemente: “Haré todo lo que esté en mi mano para salvarlo”, aunque matizó que eso no necesariamente lo compromete a una acción directa.

¿Una sentencia escrita de antemano?

Muchos analistas creen que, independientemente de los argumentos legales, la sentencia podría estar fuertemente influenciada por intereses políticos. El hecho de que el juicio esté siendo llevado sin jurado —al igual que varios otros procesos bajo la ley de seguridad nacional— ha alimentado los temores de parcialidad.

Además, quienes han seguido estos procesos en Hong Kong destacan una clara tendencia: de las 281 personas arrestadas bajo la ley de seguridad nacional desde 2020, el 100% ha sido condenado o espera juicio. En ese contexto, las probabilidades de absolución para Lai parecen escasas.

El apoyo de la sociedad civil persiste

A pesar de la represión, decenas de personas se congregaron bajo la lluvia para obtener un asiento en la sala del tribunal el lunes pasado, dejando claro que aún hay quienes defienden a Lai como símbolo de resistencia. Una antigua lectora de Apple Daily, Susan Li, dijo emocionada: “Quiero que sepa que seguimos aquí”.

El rostro de Lai delgado y cansado no impidió que saludara y sonriera brevemente a los asistentes desde el banquillo. Un acto simple pero potente, en un entorno donde cada gesto es observado con lupa.

Prensa libre vs. poder estatal: una lucha histórica

La confrontación entre los medios críticos y los regímenes autoritarios no es nueva. Casos similares se han visto en Rusia (con Novaya Gazeta y el asesinato de Anna Politkóvskaya), Turquía (donde Cumhuriyet ha sido perseguido), y Arabia Saudita (con el brutal asesinato de Jamal Khashoggi en 2018). Lai, en ese contexto, es parte de una larga lista de periodistas y editores perseguidos por defender el derecho a informar.

La libertad de prensa está reconocida en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la cual China ha firmado, aunque no siempre respeta. En Hong Kong, el artículo 27 de la Ley Básica —aún vigente en teoría— garantiza la libertad de expresión, pero la aplicación práctica ha sido otra historia desde 2020.

Un mensaje más allá de Hong Kong

El juicio de Jimmy Lai transciende la jurisdicción local. Envía un mensaje claro sobre el rumbo que ha tomado Beijing en su relación con Hong Kong y hacia qué tipo de relación desea establecer con el mundo. ¿Se prioriza la estabilidad sobre las libertades? ¿La obediencia sobre la crítica?

Para Occidente, Lai simboliza algo más que un empresario rebelde. Es un mensajero de lo que podría venir si naciones democráticas no prestan atención. En palabras de Anthony Blinken, Secretario de Estado de EE. UU.: “El caso de Jimmy Lai es un atentado a la libertad de prensa y no puede ser ignorado”.

El Parlamento Europeo también ha expresado su preocupación y está debatiendo posibles sanciones específicas si se materializa una sentencia severa contra Lai.

¿Qué pasará con Hong Kong?

Desde la introducción de la ley de seguridad nacional, Hong Kong ha caído drásticamente en los rankings de libertad de prensa. En 2020, Reporteros Sin Fronteras lo clasificó en el puesto 80. Para 2023, ya estaba en el 148.

Empresarios y periodistas han huido de la ciudad. Las redacciones que antes florecían ahora operan en el exilio o desde la clandestinidad. Para muchos, el juicio de Lai simboliza el cierre de un ciclo de esperanzas democráticas tras el traspaso de soberanía en 1997.

El destino de Jimmy Lai, más allá de su culpa o inocencia, está intrínsecamente ligado a la historia moderna de Hong Kong y, por extensión, al equilibrio global entre democracia y autoritarismo.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press