Ulchi Freedom Shield: ¿Disuasión o provocación? El juego estratégico entre Corea del Sur, EE.UU. y Corea del Norte

Mientras Seúl y Washington refuerzan su alianza militar en medio de tensiones crecientes, Pyongyang redobla sus amenazas y el equilibrio en la península coreana se tambalea

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La península coreana, al borde de una nueva tensión militar

Este lunes comenzó en Corea del Sur el ejercicio militar Ulchi Freedom Shield, una maniobra conjunta de gran escala entre las fuerzas armadas surcoreanas y estadounidenses. Se trata de unas maniobras que se consideran parte esencial de la defensa combinada entre los aliados, pero que para Corea del Norte suponen, año tras año, una provocación directa y un ensayo general para una invasión.

Este año, los ejercicios estarán activos durante 11 días, con la participación de unos 21,000 soldados —18,000 surcoreanos y 3,000 estadounidenses— e incluirán operaciones de puestos de mando simuladas por computadora y ejercicios de campo bajo escenarios que simulan condiciones reales de combate.

Pyongyang reacciona con advertencias

El ministro de Defensa norcoreano, No Kwang Chol, lanzó un mensaje tajante: calificó los ejercicios como una muestra abierta de confrontación militar contra el Norte y advirtió que sus tropas están preparadas para responder ante "cualquier provocación que traspase la línea de demarcación".

Este tipo de respuesta no es nueva. Para Corea del Norte, cualquier cooperación militar entre Estados Unidos y Corea del Sur es una amenaza existencial. En el pasado, los ejercicios conjuntos han sido seguidos por pruebas de misiles y muestras de poderío militar norcoreano, incluidas pruebas nucleares.

Ulchi Freedom Shield: ¿Ejercicio defensivo o catalizador de tensiones?

Las autoridades militares estadounidenses y surcoreanas insisten en que la naturaleza del encuentro bélico es puramente defensiva. Según el comandante de las Fuerzas de EE.UU. en Corea, general Xavier Brunson, este tipo de preparación es vital para mantener un estado óptimo ante potenciales ataques del Norte.

No obstante, incluso dentro de Corea del Sur existen voces críticas que temen que estas maniobras sean explotadas por Kim Jong Un como catalizador para intensificar su programa de armas nucleares.

La alianza militar Corea del Sur - EE.UU. data de los tratados suscritos tras la Guerra de Corea (1950-1953), conflicto que terminó en un alto al fuego pero no con un tratado de paz formal. Desde entonces, Estados Unidos mantiene desplegados cerca de 28,500 soldados en territorio surcoreano.

El papel de la diplomacia en entredicho

El presidente surcoreano, Lee Jae Myung, recientemente electo y de línea liberal, ha declarado su intención de revivir el acuerdo militar intercoreano de 2018, suspendido unilateralmente por Seúl en 2024 tras varios actos hostiles del Norte, como el lanzamiento de globos con contenido basura hacia el Sur.

Dicho acuerdo, firmado en un momento de deshielo diplomático durante la presidencia de Moon Jae-in y tras reuniones históricas entre Kim Jong Un y Donald Trump, había establecido zonas de amortiguamiento terrestre, marítimas y aéreas para evitar enfrentamientos incidentales.

La suspensión de este pacto, y la reanudación de actividades militares en las zonas fronterizas, supuso una escalada de tensión palpable. “Lo que se necesita ahora es el coraje de avanzar paso a paso hacia una reducción de tensiones, pero sin bajar la guardia”, dijo Lee durante una reunión de gabinete.

Donald Trump y el equilibrio de fuerzas

Uno de los puntos más delicados en la relación bilateral entre Corea del Sur y Estados Unidos es la posición de Trump sobre la continuidad del despliegue militar en la península.

Donald Trump, que se prepara para reunirse con Lee en Washington el 25 de agosto, ha cuestionado repetidamente el coste asociado al mantenimiento de tropas estadounidenses en territorio surcoreano. Incluso ha considerado la posibilidad de reducir su presencia como parte de una estrategia centrada en redirigir esfuerzos hacia el Indo-Pacífico y la contención de China.

Según expertos como Elbridge Colby, exsubsecretario de Defensa, esta reestructuración implicaría que Corea del Sur asuma más responsabilidades defensivas ante el Norte, exponiéndose a mayores riesgos.

  • Más gastos para Seúl: Corea del Sur ya cubre aproximadamente el 50% del coste del despliegue estadounidense.
  • Mayor nivel de riesgo: una eventual retirada parcial de tropas haría que Seúl dependiera más de sus propias fuerzas armadas para enfrentar provocaciones norcoreanas.

La amenaza nuclear persistente

Kim Jong Un ha incrementado la frecuencia y letalidad de sus pruebas de misiles en los últimos años. Desde que asumió el poder en 2011, ha supervisado cuatro pruebas nucleares y más de 70 pruebas de misiles balísticos.

En una señal del deterioro de las relaciones intercoreanas, en 2023 Corea del Norte reformó su constitución para calificar oficialmente al Sur como su "enemigo eterno", eliminando cualquier referencia a la posible reconciliación nacional.

Según el Arms Control Association, se estima que Corea del Norte posee entre 40 y 50 ojivas nucleares, con capacidad para montarlas en misiles de corto y mediano alcance capaces de impactar en territorio surcoreano e incluso en partes de Japón.

El impacto en la región y actores claves

El conflicto de la península no solo involucra a las tres Coreas (del Norte, del Sur y la comunidad internacional), sino que ha atraído una cada vez más evidente alineación geopolítica:

  • China: históricamente aliada de Pyongyang e interesada en limitar la proyección militar estadounidense en Asia.
  • Rusia: ha estrechado lazos con Corea del Norte desde su invasión a Ucrania, mediante cooperación tecnológica y militar.
  • Japón: se mantiene en estado de alerta debido a los constantes lanzamientos de misiles norcoreanos, algunos de los cuales han sobrevolado su territorio.

La administración Biden ha reafirmado su compromiso con la defensa de sus aliados en Asia, y ha promovido ejercicios trilaterales con Japón y Corea del Sur como parte de una postura de disuasión reforzada.

¿El futuro? Nadie lo sabe

El Ulchi Freedom Shield 2025, aún sin haber culminado, ya genera reacciones internacionales. Mientras que Seúl y Washington lo consideran una medida imprescindible ante la escalada nuclear del régimen norcoreano, Pyongyang lo interpreta como una provocación estratégica.

Con las incógnitas sobre el verdadero rol de EE.UU. en la región bajo una eventual segunda administración de Trump, y con Corea del Norte avanzando hacia el fortalecimiento de su arsenal, todo parece indicar que la península coreana permanecerá como epicentro de tensión geopolítica global.

En palabras del general Brunson: “Debemos modernizar nuestras alianzas para adaptarnos a este entorno de seguridad tan cambiante”.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press