Bolivia redefine su futuro: Un giro político tras décadas de dominio del MAS
La histórica caída del Movimiento al Socialismo marca una nueva era en Bolivia, donde una sorpresiva segunda vuelta enfrenta viejas heridas, nuevas promesas y un pueblo dividido entre el cambio y la incertidumbre
El fin de una era: La caída del MAS
Bolivia se encuentra en medio de una de las coyunturas políticas más importantes de su historia reciente. Tras más de dos décadas de predominio del Movimiento al Socialismo (MAS), liderado durante años por el carismático y polémico Evo Morales, el país se dirige a una segunda vuelta presidencial, un hecho sin precedentes desde su retorno a la democracia en 1982.
Con el 91% de los votos escrutados, el senador centrista Rodrigo Paz lidera con el 32.8% frente al exmandatario Jorge “Tuto” Quiroga, quien obtuvo el 26.4%. Debido a que ninguno alcanzó el 50% requerido ni logró una diferencia de 10 puntos, se celebrará un balotaje el próximo 19 de octubre.
¿Quién es Rodrigo Paz?
Hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, Rodrigo Paz es una figura política con raíces profundas pero un enfoque moderno. Fue alcalde de Tarija y ahora se presenta como una alternativa centrista entre la izquierda desgastada y la derecha tradicional que gobernó Bolivia antes del ascenso de Morales.
Su campaña, marcada por una crítica abierta al modelo económico del MAS, ha captado a un electorado cansado de la polarización, pero también reticente a volver a las fórmulas neoliberales del pasado. “Este modelo económico debe cambiar,” exclamó Paz en su discurso de victoria parcial, mientras sus seguidores coreaban “¡Renovación!”.
Una economía al borde del colapso
El panorama económico de Bolivia es alarmante. La inflación ha escalado del 2% a más del 25% en menos de dos años. La escasez de combustible y dólares ha paralizado importaciones esenciales como el trigo, y miles de hogares enfrentan dificultades para cubrir necesidades básicas.
El país, alguna vez símbolo de estabilidad económica bajo Morales, ahora está al borde del colapso. Parte de esta crisis se atribuye a la guerra interna dentro del MAS, una fractura entre Morales y el actual presidente Luis Arce que debilitó políticamente al bloque.
El ocaso de Evo Morales
El otrora líder indiscutible del MAS se enfrenta a acusaciones graves, incluido un supuesto caso de violación, y una imagen pública deteriorada por intentos autoritarios de perpetuarse en el poder. Expulsado del proceso electoral por restricciones de mandato, Morales llamó a sus seguidores a votar nulo.
Su influencia aún es palpable: el 19% de los votos fueron anulados o en blanco, una cifra históricamente alta comparada con el promedio del 6%. Esta ola de votos nulos representa un voto de castigo no solo a los oponentes del MAS, sino al sistema político general.
Un país dividido
Las tensiones políticas han desatado incidentes violentos. En la región de Chapare, bastión de Morales, el presidente del Senado y candidato Andrónico Rodríguez fue atacado con piedras y botellas al acudir a votar, después de que un explosivo estallara cerca del local de votación.
“Fue un momento difícil,” comentó Rodríguez tras el ataque, dejando en evidencia el ambiente altamente polarizado que vive Bolivia.
La frustración con los candidatos tradicionales
Ni Jorge “Tuto” Quiroga ni Samuel Doria Medina, ambos representantes de la vieja guardia política, lograron capitalizar el descontento. Su asociación con políticas del pasado y una falta de carisma notable jugaron en su contra.
“Si no pudieron gobernar bien antes, ¿por qué pensar que lo harán ahora?”, se preguntó Yaitzel Poma, una votante en La Paz. Es una crítica común entre los jóvenes bolivianos, quienes se enfrentan a una disyuntiva desconcertante: ¿volver al pasado o arriesgarse con el cambio?
¿Es Rodrigo Paz realmente una nueva cara?
Aunque su mensaje y estilo sean distintos, Paz no es ajeno a los pasillos del poder. Su linaje político y relaciones en círculos empresariales y diplomáticos lo posicionan como un político hábil con experiencia, pero también con vínculos al “establishment”.
Kathryn Ledebur, directora de Andean Information Network, advierte: “Esto no es un nuevo actor con políticas dinámicas. Es un retroceso a redes políticas anteriores.”
El dilema del litio y las relaciones internacionales
El litio, recurso estratégico para el futuro energético del mundo, está en el centro del debate. Mientras Quiroga y Doria Medina proponen vender los yacimientos a empresas extranjeras y recurrir al FMI para salvar la economía, Paz sugiere una visión soberana que combine inversión privada con control estatal.
Asimismo, es probable que Bolivia se replantee su política exterior. Tras años de acercamiento a China y Rusia, el país podría buscar recomponer lazos con Estados Unidos. Una señal de pragmatismo en tiempos de crisis.
¿Qué esperar del balotaje?
El 19 de octubre, Bolivia decidirá entre dos opciones: una derecha renovada, representada por Quiroga, y un centro moderado, encarnado por Paz. Lo cierto es que el MAS ya no es el actor dominante y la gobernabilidad futura dependerá de acuerdos y coaliciones.
El pueblo boliviano ha demostrado que exige cambios profundos, pero las alternativas aún no muestran el dinamismo suficiente para calmar las aguas. Bien lo dijo Quiroga tras felicitar a Paz: “Bolivia le ha dicho al mundo que quiere vivir en una nación libre.”
La incógnita del voto nulo
Los casi 2 millones de votos inválidos serán clave en la segunda vuelta. ¿Se mantendrán como protesta? ¿O se convertirán en apoyo estratégico para uno de los candidatos? El poder de decisión ahora recae en los votos “sin dueño” y en los sectores desencantados.
La contienda está abierta. Y aunque el cambio es inevitable, el rumbo aún no está del todo definido.