Bombas de calor: ¿la revolución silenciosa de la eficiencia energética en el hogar?
Aprovecha antes de fin de año los incentivos federales en EE.UU. para mejorar la energía de tu vivienda con una opción ecológica y eficiente: la bomba de calor
Un cambio necesario en el hogar
Con el final del año a la vuelta de la esquina, los incentivos federales en EE.UU. para mejoras energéticas en el hogar están por expirar. Y para muchos propietarios, es ahora o nunca para considerar una alternativa eficiente y ecológica: las bombas de calor.
Ya sea aire acondicionado, calefacción o una combinación de ambos, una bomba de calor bien elegida puede reducir drásticamente tus facturas de energía y tu huella de carbono. Pero no todas las casas ni presupuestos son iguales, por lo que la decisión debe tomarse con cuidado. Te explicamos por qué esta tecnología está ganando terreno y cómo podrías beneficiarte de ella.
¿Qué es una bomba de calor?
Una bomba de calor funciona esencialmente transfiriendo calor de un lugar a otro en vez de generarlo. En invierno, extrae calor del aire o el suelo y lo transfiere al interior de la vivienda; en verano, hace lo contrario. A diferencia de los sistemas tradicionales de calefacción que consumen gas o electricidad para producir calor, una bomba de calor solo lo mueve, lo que representa una mayor eficiencia energética.
De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (IEA), las bombas de calor pueden ser tres a cinco veces más eficientes que los sistemas de calefacción convencionales. Esto se debe a que, en lugar de convertir energía eléctrica en calor, la bomba simplemente la mueve. Esto reduce notablemente el consumo energético.
Tipos de bombas de calor
Existen dos principales tipos de bombas:
- Bombas de calor de fuente de aire: Extraen el calor del aire. Su instalación es menos costosa y son ideales para climas templados. Son las más comunes.
- Bombas de calor de fuente geotérmica: Utilizan tubos enterrados para obtener calor del suelo. Aunque su instalación es más invasiva y costosa, son más eficientes, ya que el suelo mantiene temperaturas constantes durante todo el año.
Ted Tiffany, técnico líder de la Building Decarbonization Coalition, resume la ventaja de las geotérmicas: “Ven una temperatura constante de unos 10 °C (50 °F), no el aire exterior, por eso dominan en eficiencia y ahorro”.
El caso Bill Gerosa: ganancias a largo plazo
Un caso ilustrativo es el de Bill Gerosa, residente a unos 50 km al norte de Nueva York. Gastaba unos $6,700 al año en climatización. Tras invertir $13,000 en una bomba geotérmica, apoyada con incentivos estatales y de servicios públicos, redujo su consumo energético mensual en dos tercios.
¿El resultado? Con paneles solares para cubrir el resto de su consumo, terminó con facturas nulas. Siete años después, ya había recuperado la inversión: “Tuve que demostrarle a mi esposa que no era una locura monumental”, comentó Gerosa.
Costos y recuperación de inversión
El Departamento de Energía de EE.UU. estima que el retorno de la inversión en una bomba geotérmica puede darse entre 5 y 10 años, lo que se traduce también en menos emisiones y menor demanda energética en momentos de picos.
El costo adicional de excavar e instalar los tubos subterráneos para sistemas geotérmicos puede subir a $10,000. Sin embargo, los ahorros energéticos a largo plazo superan esa inversión inicial. Por otro lado, una bomba de aire tiene un margen de instalación más flexible y rápido, por lo que puede ser ideal para quienes buscan una transición menos costosa y más inmediata.
Un cambio en el mercado
Las bombas de calor han comenzado a superar en ventas a los hornos tradicionales desde 2021. El año pasado se registró la mayor diferencia en sus ventas a favor de las bombas de calor, según cifras proporcionadas por organizaciones como la Air-Conditioning, Heating, and Refrigeration Institute.
Panamá Bartholomy, director ejecutivo de la Building Decarbonization Coalition, argumenta: “Una bomba de calor cuesta más que un horno de gas, pero hace el trabajo de ambos: calentar y enfriar”.
Impacto climático
Cuando se trata de luchar contra el cambio climático, las bombas de calor emergen como una de las mejores soluciones inmediatas. Un estudio del National Renewable Energy Laboratory en EE.UU. concluyó que, en casi todos los estados, cambiar a una bomba de calor reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, incluso si se usa electricidad generada por carbón.
Mike Henchen, experto de la organización RMI, afirma: “Necesitamos hacerlo ahora, en casi todas partes”. Añade que el mayor impacto ambiental positivo se produce en climas templados y en estados que ya cuentan con una red eléctrica ecológica (como California, que usa energía solar y eólica).
Problema de disponibilidad de técnicos
Uno de los retos de esta transición energética es la falta de técnicos capacitados. Tiffany apunta que muchos instaladores prefieren reemplazar con el mismo tipo de equipo que conocen: “Si tienes un horno de aceite, el técnico probablemente intente venderte otro horno de aceite”.
Además, el número de instaladores de bombas geotérmicas aún es reducido, lo que encarece los costos por falta de competencia: “La oferta y demanda dictan que no puedes conseguir muchas cotizaciones para bajar precios”, dice Bartholomy.
Sin embargo, esto está comenzando a cambiar a medida que la tecnología gana terreno y más técnicos se certifican en sistemas más eficientes.
¿Por qué decidir ahora?
Con los incentivos federales expirando a fin de año, el momento de actuar es este. Ya sea mediante créditos fiscales, subsidios estatales o bonificaciones por eficiencia energética, hoy el costo de instalar un sistema de bomba de calor está en su punto más bajo en años.
Además, muchas agencias locales de energía han lanzado programas de financiamiento y exploradores de proveedores geotérmicos. Tomarse unas horas para investigar puede rendir dividendos por décadas.
La ecología como objetivo complementario
Además del ahorro económico, instalar una bomba de calor significa una decisión consciente hacia un mundo más sostenible. La capacidad de disminuir la dependencia de combustibles fósiles es vital en la lucha contra el calentamiento global, y el sector vivienda representa una porción considerable del consumo energético total.
La IEA estima que para alcanzar los objetivos climáticos fijados en el Acuerdo de París, deben instalarse más de 600 millones de bombas de calor en el mundo para 2030. El promedio mundial actual, sin embargo, está por debajo del ritmo necesario.
¿Qué debes considerar antes de instalar una?
Antes de tomar esta importante decisión, evalúa:
- Ubicación geográfica: En climas fríos profundos, la eficiencia de las bombas de aire puede verse reducida.
- Presupuesto disponible: Considera tanto el costo inicial como las ayudas financieras.
- Tipo de vivienda: ¿Tienes espacio para una instalación geotérmica o es mejor una bomba de aire?
- Disponibilidad de técnicos calificados: Consultar con varios contratistas puede ayudar a tomar la mejor decisión.
El futuro calienta pero con menos energía
En tiempos de cambios climáticos extremos y de facturas energéticas cada vez más altas, la bomba de calor no es solo una opción inteligente sino prácticamente inevitable. No solo representa un ahorro, sino un paso real hacia un mundo más ecológico y sustentable.
Así que si estás pensando en cómo mejorar tu hogar este año, ve más allá de una capa de pintura o muebles nuevos. Tu próxima gran decisión podría ser la más inteligente y silenciosa revolución que hayas hecho en tu hogar.