El caso Jeffrey Epstein vuelve al centro del escenario político: secretos, conspiraciones y justicia en juego

El Congreso de EE.UU. accede finalmente a investigar los archivos del caso Epstein tras años de presiones, teorías y escándalos

El regreso de un caso que nunca se fue

El nombre Jeffrey Epstein es sinónimo de uno de los casos más turbios y desconcertantes en la historia reciente de Estados Unidos. A pesar de su muerte en 2019 —oficialmente declarada como suicidio— las secuelas de sus crímenes, conexiones de alto perfil y el halo de encubrimiento que rodea su historia siguen provocando controversia.

En una medida que marca una nueva etapa en esta historia, el Departamento de Justicia de EE.UU. aceptó entregar documentos clave al Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes. Esta entrega tiene el potencial de arrojar luz sobre asuntos que por años se han mantenido en las sombras: relaciones políticas, indulgencias legales y la protección de figuras poderosas.

¿Qué se va a revelar?

La información que estará bajo escrutinio incluye todos los documentos y comunicaciones relacionados con Jeffrey Epstein y su excolaboradora Ghislaine Maxwell, quien actualmente cumple una sentencia de 20 años por haber desempeñado un papel clave en la red de tráfico sexual de Epstein.

También se demandan registros sobre la comunicación entre la administración Biden y el Departamento de Justicia respecto a Epstein, así como documentos del controversial acuerdo de no procesamiento alcanzado en 2007 en Florida, liderado entonces por el fiscal Alex Acosta.

“Hay muchos registros en poder del Departamento de Justicia, y tomará tiempo producirlos todos, asegurando que se identifiquen a las víctimas y se elimine cualquier material de abuso sexual infantil,” señaló el congresista James Comer, presidente del Comité de Supervisión.

Maxwell y Epstein: socios en crimen

Ghislaine Maxwell fue condenada en 2021 por su rol en atraer a adolescentes para que fueran abusadas sexualmente por Epstein. Su participación directa y su cercanía con Epstein le dieron una posición de poder y confianza que utilizó para explotar a sus víctimas.

El juicio de Maxwell incluyó testimonios devastadores. Una de las víctimas, utilizando el seudónimo 'Jane', relató cómo Maxwell estuvo presente en varias ocasiones durante los actos de abuso, e incluso participó activamente.

Esta red de tráfico operaba desde múltiples residencias de Epstein, incluida su mansión en Manhattan, su isla privada en las Islas Vírgenes, su rancho en Nuevo México y su propiedad en Palm Beach, Florida.

El ‘suicidio’ que nadie cree

Jeffrey Epstein fue encontrado muerto el 10 de agosto de 2019 en su celda del Centro Correccional Metropolitano en Nueva York. Aunque la autopsia oficial concluyó que se trató de un suicidio, la opinión pública y varios expertos se han mostrado escépticos.

El propio Dr. Michael Baden, un forense contratado por la familia Epstein, indicó que “la evidencia apunta más bien a un homicidio por estrangulamiento que a un suicidio”. A esto se suman fallas inexplicables de seguridad: cámaras apagadas, registros incompletos, y guardaespaldas que supuestamente se quedaron dormidos.

Esa falta de respuestas ha alimentado teorías y sospechas de un encubrimiento a gran escala para proteger a personas poderosas. Figuras como el expresidente Bill Clinton y el príncipe Andrés de Inglaterra, ambos relacionados con Epstein, aparecen recurrentemente en este entramado.

La relación con Bill y Hillary Clinton

El Comité también emitió citaciones para los expresidentes Bill Clinton y la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, buscando aclarar la naturaleza de su relación con Epstein. Aunque Clinton ha negado toda conducta inapropiada y ninguna de las víctimas lo ha acusado directamente, los registros de vuelo del jet privado de Epstein, apodado el “Lolita Express”, lo listan como pasajero en varias ocasiones.

El 2002, Clinton voló en al menos 26 ocasiones en el avión privado de Epstein, varias de ellas sin el personal del Servicio Secreto a bordo. Esto ha generado dudas sobre las intenciones y la discreción en esos viajes.

Donald Trump, ¿héroe o cómplice?

La administración Trump ha sido ambivalente en su manejo del caso Epstein. Si bien el exmandatario llegó a señalar a figuras como Bill Clinton por sus vínculos con Epstein, él mismo fue amigo y frecuente invitado del multimillonario durante los noventa.

En 2002, Trump dijo sobre Epstein: “Es un tipo estupendo. Es muy divertido estar con él. Se dice que le gustan las mujeres tanto como a mí, y muchas de ellas son jóvenes.”

Sin embargo, desde el arresto de Epstein en 2019, Trump ha tomado distancia del escándalo, incluso asegurando que 'era solo un conocido' con el que perdió contacto años atrás. El Departamento de Justicia, bajo su administración, tardó años en dar acceso a los documentos que ahora entrarán a revisión.

La polémica fiscalía de Florida

Uno de los puntos más oscuros del caso es el acuerdo alcanzado en 2007 en Florida durante la primera gran investigación a Epstein. En lugar de enfrentarse a cargos federales con posible cadena perpetua, recibió una sentencia de solo 13 meses en un centro de reclusión del condado, en el cual se le permitió salir durante el día para 'trabajar'.

Este acuerdo fue negociado en secreto por el entonces fiscal Alex Acosta, que años más tarde sería designado por Trump como Secretario de Trabajo. Acosta renunció en 2019 tras el resurgimiento del escándalo y la presión pública.

“Me dijeron que Epstein estaba vinculado a inteligencia y que debía aceptar el acuerdo,” sostuvo Acosta en una reunión privada, según revelaciones posteriores. Este detalle ha dado pie a teorías que apuntan a una posible protección institucional del multimillonario.

Conspiraciones que siguen respirando

El caso Epstein ha sido terreno fértil para teorías conspirativas, desde las más probables hasta las más descabelladas. Algunas apuntan a una red global de tráfico sexual protegida por sectores del poder político, financiero y mediático.

La misma expresión #EpsteinDidntKillHimself se volvió viral en redes sociales, reflejando el escepticismo generalizado del público ante la versión oficial de suicidio. Según una encuesta de Rasmussen Reports de 2020, el 42% de los estadounidenses cree que Epstein fue asesinado.

Tampoco se han revelado los nombres de posibles cómplices poderosos. Varios documentos judiciales se encuentran bajo sello, pero recientes movimientos judiciales impulsan la desclasificación de más datos. La presión pública y ahora la intervención del Congreso podrían marcar un punto de inflexión.

La presión sobre el Departamento de Justicia

Hasta hace poco, el Departamento de Justicia sostenía que no era “apropiada ni justificada” la divulgación de más información del caso. Esto cambió tras las medidas del Comité de Supervisión, que exige rendición de cuentas.

Además, el subfiscal Todd Blanche se reunió durante dos días con Ghislaine Maxwell en un tribunal de Florida, en lo que podría haber sido una preparación para futuras revelaciones o incluso un acuerdo de colaboración.

¿Podría Maxwell estar negociando una reducción de sentencia a cambio de nombres? Es una posibilidad que genera expectativas, tanto entre las víctimas como entre los investigadores.

El valor de la transparencia (y sus riesgos)

La exposición pública de estos documentos podría representar un avance significativo hacia la justicia para las decenas —sino cientos— de víctimas de Epstein. Pero también podría comprometer la privacidad de algunas de ellas y poner en peligro investigaciones en curso o la seguridad de testigos.

Por eso, parte del trabajo será cuidar las identidades de menores y posibles materiales sensibles, lo que podría ralentizar el proceso. No obstante, la demanda pública de claridad es más fuerte que nunca.

La pregunta clave que muchos se hacen es: ¿Se hará justicia o seguirá reinando la impunidad para los poderosos?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press